"FESTIVAL DE BERLÍN XIII"

217 19 10
                                    

La cafetería estaba llena de aroma a café recién hecho y panes recién horneados. Lou, Marius y Saar estaban sentados en una mesa junto a la ventana, observando cómo la gente pasaba por la calle. Marius parecía un poco cansado, y se inclinó sobre su taza de café con un suspiro pesado.

—No puedo creer cuántas personas nos saludaron en el camino hasta aquí —murmuró, dejando su taza con un golpe suave en la mesa—. No me malinterpreten, pero… ¿en serio tienen que pedir una foto cada cinco pasos?

Lou soltó una risita, dándole una palmadita en el hombro.

—Vamos, es parte de lo que firmamos al hacer la película. Eres famoso, tienes que acostumbrarte a eso.

Marius bufó, dándole un sorbo al café.

—Sí, pero se vuelve… no sé, agotador. A veces sólo quiero tener un desayuno tranquilo sin que nadie nos reconozca.

Saar, que había estado entretenida con su croissant, miró a Marius con una sonrisa divertida.

—Bueno, hablando de cosas “tranquilas”… —comenzó, con un tono malicioso—. ¿Van a explicar por qué amanecieron tan "tranquilos" juntos? ¿O tengo que imaginarme yo sola el resto de la historia?

Lou dejó de mordisquear su panecillo y miró a Saar, incómodo. Marius, en cambio, levantó la mirada y trató de parecer despreocupado.

—Saar, por favor —rodando los ojos—. Ya te dijimos que fue una cosa de amigos, nada más.

Lou sintió una punzada de decepción en el pecho. Sin pensar demasiado en lo que decía, murmuró:

—Sí, claro… sólo amigos.

Saar notó el tono un poco apagado de Lou y decidió ir un poco más allá, sonriendo con picardía.

—¿Solo amigos? —repitió, levantando las cejas mientras los miraba de uno en uno—. Mmm, a mí me parece que hay algo más que eso. Dormir abrazaditos no es algo que los amigos hagan tan… ¿naturalmente, no?

—Bueno, estaba medio dormido y me dio frío, ¿ok? Lou estaba ahí y, pues… me resultaba cómodo. Nada más.

Lou sonrió nervioso y miró su café, jugueteando con la cuchara.

—Exacto, nada más que eso. —Pero incluso mientras lo decía, sentía una leve tristeza en la voz, como si quisiera escuchar otra respuesta.

Saar observó a Lou y luego a Marius, notando las expresiones de ambos. Decidida a molestarlos un poco más, apoyó los codos en la mesa y les lanzó una mirada inquisitiva.

—Mmm, ¿y entonces, van a decirme que no sienten nada?.

Marius soltó una risa nerviosa, evitando la mirada de Lou.

—No seas dramática, Saar. Lou y yo somos amigos, y nada de eso ha cambiado. Lo demás, bueno… —hizo un gesto de desinterés.

Lou lo miró de reojo.

—Sí… somos amigos.

Saar, en cambio, no se dio por vencida, y continuó observándolos con una sonrisa mientras tomaba un sorbo de su café.

—Bueno, bueno, no voy a insistir… pero a mí me da la sensación de que hay algo aquí que no me están contando —comentó con tono inocente—. Y no me extrañaría que en algún momento se den cuenta de que hay algo más.

Marius y Lou se miraron un segundo, y luego rieron, tratando de disimular sus propios pensamientos mientras seguían con el desayuno. Aunque ninguno lo admitiera en voz alta, las palabras de Saar habían dejado una pequeña chispa en ambos, algo que se quedaría rondando en sus mentes durante el resto del día.

♡ I REALLY LOVE YOU ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora