♡ I REALLY LOVE YOU ♡

"FESTIVAL DE BERLÍN XVII"

Lou estaba sentado en el comedor, distraído en su celular mientras hablaba con Anthony sobre la  decisiva audición de la película, programada para el día siguiente. La conversación estaba cargada de nervios y expectativas, y Lou estaba tan absorto en su pantalla que no notó a Marius lanzándole un trocito de papa desde la cocina. Cuando el pequeño pedazo le cayó justo en la mano, miró sorprendido hacia el, quien le sonreía.

—¿A sí estamos? —Lou sonrió, devolviéndole el trocito de papa con precisión, riendo junto con Marius cuando él lo atrapó al vuelo.

En ese momento, algo llamó la atención. Al levantar la mirada, notó que alguien se había asomado en la entrada de su habitación. Al enfocar mejor, vio a Elías, con una sonrisa traviesa y cómplice.

Lou, todavía intrigado, dejó el celular y se fue hacia su habitación. Elías ya estaba cómodamente sentado en la cama, con los brazos cruzados y una expresión de auténtica satisfacción.

—¿Qué haces aquí? —cerrando la puerta tras él.

—Vengo a salvarte la noche, amigo —Elías respondió con entusiasmo—. Es tu oportunidad perfecta, ¿no te das cuenta? Marius está solo contigo, cocinando. ¡Y Saar ni siquiera está aquí! Es la mejor noche para, ya sabes… —le hizo un gesto exagerado—, ¡aprovechar y darle un poco de romance!

Lou lo miró con incredulidad y dejó escapar una risa nerviosa.

—¿Romance? ¿De qué hablas? No, no es para tanto… además, es solo una cena.

—Solo una cena… —imitó el tono de Lou, rodando los ojos —. Vamos, sé que eres un poco… ¿cómo decirlo? ¡Tímido! Pero esta noche tienes la oportunidad de hacerla especial. Marius está solo contigo, ¿no te da ninguna idea?

Lou suspiró, frotándose la frente, y se dejó caer en la cama junto a él.

—¿Cómo haces para que todo suene tan sencillo? —dijo entre risas.

—¡Porque lo es! Mira, aquí está el truco: la próxima vez que Marius te mire, tú le devuelves la mirada, pero no así casual, ¿eh? Míralo con esa expresión que dice “Destrozame ” —Elías puso cara de enamorado, simulando ser Lou, mientras el reía cada vez más.

—¿Y eso realmente funciona?.

—Créeme, funciona. ¿Y por qué no intentas algo más? Puedes ir a la cocina, pedirle que te pase una cuchara o algo, y cuando lo haga, le rozas la mano. Así, casual, pero suficiente para que note algo.

—¿Y luego qué? —entrecerró los ojos, como si estuviera considerando sus consejos, aunque con una sonrisa de incredulidad.

—Luego… lo miras con esos ojos que parecen de película romántica. —Elías hizo un gesto exagerado, como si estuviera viendo al amor de su vida en cámara lenta—. O, si tienes más agallas, le dices algo lindo, no sé… que te gusta cómo se ve cuando cocina.

—No puedo creer que esté escuchando esto, pero… —se pasó una mano por el cabello, riendo—, lo haré… bueno, intentaré no parecer un desastre, al menos.

Elías le dio una palmada en la espalda.

—¡Esa es la actitud! No pierdas la oportunidad, Lou. No todos los días tienes a Marius cocinando para ti. ¿Quién sabe? Quizás mañana estés contando cómo fue la mejor noche de tu vida.

Lou lo miró y, aunque aún estaba un poco nervioso, se sentía motivado por la insistencia de Elías.

—Gracias… supongo.

Elías le dio una sonrisa cómplice y le guiñó el ojo.

—Suerte, amigo. Haz que sea una noche inolvidable.