A veces, en el rostro de un desconocido,
encuentro el reflejo de la calma que busco,
y es que en su distancia, en su falta de historia,
no hay promesas rotas ni recuerdos pesados.
Las palabras fluyen como un río sin cauce,
sin barreras, sin juicios, sin huellas previas.
Quizá es su mirada limpia, libre de pasado,
o la paz de saber que mañana no exigirá nada.
Es extraño, pero en esa calma anónima,
siento la libertad de ser quien realmente soy,
sin expectativas, sin máscaras, sin heridas,
simplemente existiendo, siendo escuchado.
Y en el eco de esa conversación sin dueño,
encuentro una paz que con los conocidos se pierde.
⚠️Se estarán agregando algunos poemas que Dylan escribió y que cautivaron a Keili espero que les gusten.
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Amores que aprenden a soltar
Roman d'amourEn un día que debería ser el más feliz de su vida, él la observa caminar hacia el altar, y su corazón se quiebra al darse cuenta de que no es el hombre que la acompaña. Durante seis años, compartieron risas, sueños y momentos inolvidables, pero la r...