Capitulo 16: Segundas oportunidades

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Han pasado semanas desde aquel encuentro en el pasillo, donde, después de tanto tiempo, no pude evitar confesarle a Dylan lo que realmente sentía

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Han pasado semanas desde aquel encuentro en el pasillo, donde, después de tanto tiempo, no pude evitar confesarle a Dylan lo que realmente sentía. 

Le dije que aún lo amaba, a pesar de todo, a pesar de los errores, de los silencios y de la distancia que habíamos dejado crecer entre nosotros. 

Desde entonces, algo en ambos cambió. Aunque ninguno lo dijo en voz alta, sabíamos que aún había algo que nos mantenía unidos.

Comenzamos a vernos en secreto, en las noches cuando el resto del mundo estaba dormido y todo se volvía silencioso. 

Él aparecía con su moto en la esquina de mi casa, y yo salía en silencio, con el corazón latiéndome en el pecho. 

Subía detrás de él, y mientras sentía el viento golpearme el rostro, era como si el tiempo se detuviera. 

La ciudad se volvía un borrón de luces a nuestro alrededor, y en esos momentos, sentía que todo podía ser como antes, como si nada hubiera cambiado.

Pasábamos horas dando vueltas, sin un destino fijo, solo nosotros y las luces de la ciudad como testigos de lo que estaba pasando entre nosotros. 

Dylan a veces rompía el silencio para preguntarme cómo estaba, cómo había estado en estos meses. 

Otras veces solo callábamos, y eso también estaba bien, porque después de tanto tiempo de distancia, incluso el silencio entre nosotros se sentía cómodo.

Una de esas noches, mientras estábamos estacionados en una calle tranquila, decidí hablar sobre lo que más me había lastimado.

—Dylan —susurré, sin mirarlo directamente—, ¿por qué subiste esa foto con Sofía? ¿Por qué desapareciste con ella? —Lo sentí tensarse un poco al escucharme, pero necesitaba decirlo. Era como si todas esas preguntas me hubieran estado quemando por dentro, y al fin tenía la oportunidad de dejarlas salir.

Él suspiró profundamente y, por un momento, pensé que no respondería. Pero al final, su voz rompió el silencio.

—Keili... nunca fue lo que pensaste —dijo, su tono suave pero dolido—. Sofía solo intentaba ayudarme a organizar algo para nuestro aniversario. Yo quería hacer algo especial para ti, algo que te demostrara que aún me importabas. Pero luego, cuando vi que no llegabas... —Hizo una pausa, y sus manos se cerraron en puños sobre el volante—. Me dolió tanto pensar que habías preferido estar con alguien más, con Samuel. Fue como si todo se derrumbara.

Su voz se quebró, y por un momento, entendí el dolor que él también había sentido. Yo también había cometido errores, también lo había lastimado.

—Dylan, yo no sabía que era él, ni siquiera sabía quién era Enzo hasta después. Todo fue tan confuso... —Intenté explicarle, sintiendo un nudo en la garganta—. Pero quiero que sepas que a pesar de todo, no podía olvidarte. Pensé que tal vez salir con Samuel me haría sentir mejor, pero solo me di cuenta de que eras tú, siempre fuiste tú.

Amores que aprenden a soltarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora