Capítulo 55 "Alergia"

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Pov. Lisa.
7:32 a.m.

Los siguientes días fueron una locura, pero una en la que paradójicamente me sentía mejor que nunca. Jennie y yo nos veíamos cada que podíamos, o bien muy temprano en la mañana o al final del día después de las reuniones con la gente del centro. Siempre tratábamos de mantenernos formales frente a los demás, pero cuando estábamos a solas, todo era diferente. Nos devorábamos. Era casi imposible mantenernos separadas e inevitablemente terminábamos en la cama, haciendo el amor.

Y sí, era hacer el amor porque más allá de la atracción física que sentía por ella, ahora después de compartir más momentos a su lado podía entender porqué me había enamorado de ella antes y porqué lo estaba haciendo de nuevo ahora.

Su dulzura, su paciencia… la luz en sus ojos al ver a Quennie y al resto de caballos cuando llegaron… fue simplemente increíble. Jennie estaba vibrante, como una niña en la mañana de Navidad.  No hay duda de que ama a esos animales. Cada gesto suyo lo demostraba y su entusiasmo me hizo sonreír. Así sin más.

Y la forma en que me mira, como si de alguna manera, todo el caos que hay en mi mente no importara. Sin presión, sin reproches y sin estigmas para mi. A cada cosa que le pregunto, me responde de forma natural, sin reservas. Y es que de verdad no tiene nada que esconder y esa seguridad es la que me contagia a mi. No tengo que estar caminando de puntas y con miedo de hacerla enojar. No tengo que fingir que estoy bien con algo cuando lo estoy. Eso es simplemente liberador.

Luego también están esos recuerdos que llegan de repente. Últimamente son demasiados. A veces solo pequeños momentos: el sonido de nuestra risa juntas, el tacto de su piel bajo mis dedos. Otras veces son más vívidos, como si por un instante todo volviera a mí. Pero no se lo digo. Aún no. Me gusta este espacio que hemos creado, este lugar sin presión, donde no hay expectativas.

Era mi escape. Porque la realidad sigue siendo más complicada de lo que me gustaría. Diana, había cumplido su promesa, solo al día siguiente de nuestra cena me dio acceso a los detalles de las actividades de la fundación que ella manejaba. Como la comunicación con el personal, contratación de proveedores y compra de medicamentos para el hospital. En dos días, tenía archivos formando una montaña en mi escritorio de la casa. Era demasiado que leer, pero tenia sus beneficios. Podía pasar la noche entera metida en esos documentos y Diana no diría nada porque la excusa seguía siendo la misma: Acelerar el proceso para la boda.

Y lo mejor. No dormía en la misma cama con ella.

El problema es que la montaña de papeles estaba bajando y aun no encontraba nada fuera de lugar. Yo sabía que algo de todo eso era una fachada, pero no sabía de qué hilo jalar para acelerar las cosas y ya me estaba desesperando. A este ritmo tal vez tendríamos que armar un plan B y solo hacer que confesara lo que me hizo a mi para alejarla de la Fundación y ojalá su madre fuera lo suficientemente conscientes como para no dejarla tomar parte de nada, nunca.

ꟷCariño, te quedaste despierta otra vez ꟷoigo su voz y como siempre últimamente mi cuerpo se pone en alerta y no de la mejor manera.

ꟷSí. Todo esto es muy informativo ꟷdejo los papeles sobre la mesa y ella coloca una taza de café delante de mi, con una sonrisa demasiado zalamera para mi gusto. Últimamente parecía más feliz que nunca.

ꟷtoma esto.

ꟷGracias ꟷrecibo la taza y fuerzo una sonrisa. Pero ella me mira con una ceja enarcada como esperando que lo tome en ese instante y evalúo su expresión. Es extraño, pero cuando finjo tomar un sorbo del café, parece tranquilizarse y toma asiento frente a mí, con otra taza igual.

ꟷQuería ver contigo lo del lugar para la ceremonia. Mamá dice que sería mejor un local de recepción, porque la playa tiene demasiada gente. ¿Tú que piensas?

HeartAttack | JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora