Samuel
Entré por el portal hacia el patio,
No es muy grande pero en el instituto tampoco somos mucha gente. Es un instituto pequeño, tiene demasiados años y fue creado por un hombre para que fueran los niños sin dinero de la ciudad. No está mal la verdad, es pequeño pero acogedor.Miro hacia una esquina y allí están ellos, mis amigos. Somos una pandilla un poco peculiar. Sentada pegada a la pared está Alexandra, tiene el pelo castaño y le cae hasta los hombros. Es Brasileña y tiene las características típicas de allí: piel oscura, caderas anchas, grandes senos... Delante de ella está Yomara, es una chica muy tierna, muy bajita, con el pelo castaño peinado en forma de cola de caballo... tiene unos mofletes bastante carnosos que dan ganas de agarrar y no soltarlos jamás. Lo que haría yo si no fuera lesbiana. Conforme me voy acercando diviso a Iago, es mi mejor amigo desde los 3 años, es un poco friki y pesado a veces pero me cae bien. De momento sólo están ellos pero con el paso del tiempo irán viniendo más, siempre llegan un poco tarde.
-Samu- me grita Alexandra desde la otra punta del patio -¿Qué haces ahí parado? Ven-
Su voz sigue tan aguda como siempre, a veces me estresa un poco. La miro otra vez y sigo caminando hacia ellos.
-Hola- digo.
-Hola- dicen al unísono.
-hoy llegan un poco tarde, ¿no?- pregunto con tono burlón.
-Qué raro- contesta Iago también con tono burlón. Todos reímos.
-Bua Samu, tengo que contarte algo muy extraño, ven conmigo- dice Alexandra cogiéndome del brazo y llevándome lejos de toda la gente.
-¿Qué pasa?- es lo único que me atrevo a decir.
-¿Sabes Rafa?
-Sí- Rafa es uno de nuestra pandilla. Es bastante simpático.
-Dicen que hace unas noches vio una supuesta figura. según él un "demonio" o algo así, dice que nada más verlo desapareció pero su madre dice que cuando "lo vio" él estaba en su casa.
-Qué extraño y absurdo a la vez- digo perplejo.
-Ya, dicen que están llevándolo al psicólogo y todo, durante un tiempo no va a venir a clase.
-No sé qué quieres que te diga.
-No hace falta que digas nada, volvamos.
-Vale.Laura
-¡Sal ya Marta!- miro al reloj, las 8:50 -¡Que tengo que estar en clase en 10 minutos!-
-¡Que ya salgo joder!- dice sin darle importancia alguna a mi prisa. Ella tiene 19 años, acabó la E.S.O y dejó los estudios, ahora trabaja en una cafetería de mala muerte, trabaja mucho, cobra poco... por eso yo me propuse acabar mis estudios e ir a la Universidad.
De repente la puerta se abre y veo salir a mi hermana, con la cabeza aún húmeda por la ducha. Entro en el baño, cojo el cepillo de dientes en una mano y la pasta en la otra, rápidamente lleno el cepillo hasta casi desbordarlo y me lo meto en la boca, mientras me cepillo los dientes me miro al espejo, allí sigue todo. Mi rubio pelo perfecto, mi piel pálida, mis ojos azules...
-Vas a llegar tarde- grita mi madre desde la cocina. Es una mujer especial, muy dura a veces pero es buena, no me deja hacer muchas de las cosas que me gustarían pero lo hace por mí, sólo quiere lo mejor para mí.Me saco el cepillo de la boca, le quito los restos de la pasta y me enjuago la boca. Salgo corriendo del baño y me dirijo hacia mi habitación. me pongo la mochila a todo correr y vuelvo a ver el reloj, las 8:56, 4 minutos, estaba claro que no llegaría a tiempo, pero no vivo muy lejos del instituto. Voy corriendo hacia la cocina, me despido de mi madre y salgo por la puerta. Todo el camino voy corriendo, cuando ya estoy llegando vuelvo a ver el reloj, las 9:03, no llego tan tarde, la puerta del patio ya está cerrada, así que subo las escaleras hasta la puerta principal, timbro y la secretaria me la abre, llego hasta la puerta de clase, peto y abro.
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El demonio
RandomSamuel y Laura, dos alumnos del colegio Escuelas Nieto reecobran su amistad tras varios años en los que no se llevaban muy bien. A la madre de Laura no parece que le caiga muy bien Samuel, según ella, un oscuro pasado alberga su alma. Tras descubrir...