Samuel
Abrí los ojos, aturdido, llorando. Me incorporé rápidamente. Me toqué el cuello, no hay marca alguna. Zack se levantó y me miró.
-¿No puedes dormir?- preguntó
-He... tenido una pesadilla, nada más.
Se volvió a recostar, yo me quedé mirando a la oscuridad. Noté que me agarró de los hombros y me llevó a su pecho. Me tapó un poco más y me abrazó. Un sueño tranquilo me inundó.Hoy Nick me dijo que no íbamos a entrenar. El desayuno ya acabó y estoy en mi cuarto, sólo. Ya son las 10:20, me supongo que Laura ya está despierta. Cogí el teléfono y marqué su número. Cogió al 3° tono.
-¿Samu?- preguntó.
-Sí. Es que ayer no vi el teléfono, ¿querías algo?
-Ah, no. Es... por si te apetece quedar hoy.
-¿Quiénes?
-Pues María, Sheila, Gema, Javi y yo.
-¿Dónde y a qué hora?
-Al principio de la peatonal de príncipe a las 16:30
-Allí estaré.
-Genial- y colgué.
Salí por la puerta y me dispuse a buscar a Zack. Lo encontré en la cocina con William y Rick.
-Zack, ¿podemos hablar?- pregunté nervioso.
Asintió y vino a junto mía. Nos quedamos mirándonos.
-Voy a salir- le informé.
-¿Qué?
-Necesito salir, con mis amigos, olvidarme de todo aunque sea por un rato.
-Es muy peligroso.
-Pues ven conmigo.
-No.
-¿Por qué?
-Porque no.
-Yo voy a ir quieras o no, si quieres dejarme ir sólo, cosa tuya- le piqué.
-Vale, pero no te vas a alejar de mí.
-Genial- sonreí y me fui.
Subí hasta mi habitación, emocionado, Zack entró por la puerta.
-Prepárate- me ordenó.
-¿Qué? Quedé a las 16:30.
-Pero ya vamos a comer juntos tú y yo.
-Vale- sonreí y salió por la puerta -te espero a las 12:00 en la puerta principal- escuché que dijo desde el pasillo.
Abrí el armario, escogí ponerme una camisa de cuadros, un pantalón negro y mis converse. Después fui al baño común. Me lavé los dientes y la cara. Luego cogí la gomina y el secador. Me hice un tupé y salí por la puerta metiéndome a mi habitación.
Fui a la puerta principal, Zack ya me está esperando. Cuando me vio abrió la puerta y salió. Yo lo seguí. Subimos a su coche, y sin arrancar aún, preguntó:
-¿En serio vas a ir así?
-¿Voy mal?
-Estamos a 7 grados. Te vas a morir de frío.
-No te preocupes.
Llegamos a la peatonal de príncipe sobre la 13:15. Es un sitio muy agradable al que va todo el mundo a pasear. Hay tiendas de ropa, comida.. y ahora, que casi es Navidad, está completamente decorado.
Fuimos andando hasta un restaurante, yo nunca entré en mi vida pero me condujo hasta allí. Entramos, el local, moderno, es precioso. Tiene pinta de ser un Italiano, tiene pinta de ser muy caro.
Llegamos hasta un hombre.
-¿tienen reserva?- preguntó.
-Sí, Zack.
-¿El hombre que no quiso dejar su apellido? Pasen.
Nos acompañó a una mesa y nos trajo 2 cartas. Abrí la mía, el plato más barato cuesta 50€
-¿Has visto estos precios?- le susurré.
-No te preocupes por el dinero.
-Es que ni siquiera sé que es toda esta comida.
-Déjame que pida por ti.
Cerré la carta, como aceptando su petición. 5 minutos después el camarero llegó.
-¿Ya saben que van a pedir?- preguntó.
-2 piccatas de pollo
-Excelente, ¿y de beber?
-Yo una Coca-Cola- dijo Zack.
-Yo un Seven Up- informé.
El camarero se fue y nos quedamos sólos. Mucha gente, casi todos parejas, están sentados en la gran sala. Zack está mirando el plato, pasota. Aún me acuerdo de lo que me dijo ayer. Yo no lo veo como un amigo corriente pero... es que a mí nunca me había pasado esto. Es tan... tan... ¿perfecto? No lo sé. Estoy confuso.
-Como me toca los huevos toda esta mierda de gente- escuché decir al hombre de mi derecha -todos son unos snobs, se les nota que no tienen caché para estar en un sitio como este. Patético.
-Qué coño pasa contigo- le dije.
Tanto Zack como él y la mujer que tiene delante se quedaron viéndome, perplejos.
-¿Qué coño le pasa a este chaval?- escuché.
Estoy oyendo su voz pero... sus labios no se mueven.
-Perdónele- se disculpó Zack.
Empecé a escuchar más voces, voces de gente que no está moviendo la boca o se está moviendo diciendo otras palabras. Tantas voces, la cabeza me va a explotar.
Me levanté y fui corriendo hacia el baño. Allí, me puse las manos sobre las orejas y me coloqué de rodilla. Alguien me tocó la espalda, me di la vuelta. Zack me estaba viendo, preocupado.
-¿Qué te pasa?- me preguntó.
-Muchas voces... en mi cabeza- sollocé -no puedo soportarlo.
Se arrodilló, me sacó las manos de las orejas y me abrazó.
-Tranquilo, Tranquilo.
Poco a poco las voces empezaron a disminuir hasta que ya fueron casi inexistentes.
Cuando ya estuve más tranquilo salimos y nos volvimos a sentar en nuestra mesa. A veces el hombre de al lado me miraba y Zack le lanzaba una mirada asesina. Esperamos un rato hasta que la comida y la bebida vino.
El plato tiene una pinta deliciosa. Una especie de filetes de pollo con especias por encima y una salsa por debajo. Le di el primer bocado. El sabor cumple la vista. Gemí.
-¿Te gusta?- me preguntó.
-Demasiado.
Acabamos de comer y nos quedamos un rato hablando hasta que el camarero se acercó otra vez a nosotros.
-¿Algo de postre?- preguntó.
-2 Zuccottos- respondió Zack y el camarero se fue.
-¿Qué es?
-Es un dulce italiano parecido a la zuppa inglese, la cassata y el tiramisú. Actualmente tiene la forma de una tarta helada semifría. El zuccotto se elabora con forma de bóveda, usando bizcocho o soletillas mojadas en ron o algún otro licor de alta graduación. Se añade una capa gruesa de nata montada, aromatizada a veces con vainilla o chocolate, fruta confitada, frutos secos o nueces, y se cubre con otra capa de bizcocho. Alternativamente puede usarse a veces requesón en su lugar.
-Genial.
Cuando el camarero lo trajo, lo comí muy a gusto. Está riquísimo, una ola de sabores me llenó. Cuando acabamos, Zack pidió la cuenta. Nos la trajo y la miré. 123,50€, impresionante.
Lo pagó, yo discutiendo con él por ir a un sitio tan caro, salimos del restaurante y esperamos a los demás.
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El demonio
RandomSamuel y Laura, dos alumnos del colegio Escuelas Nieto reecobran su amistad tras varios años en los que no se llevaban muy bien. A la madre de Laura no parece que le caiga muy bien Samuel, según ella, un oscuro pasado alberga su alma. Tras descubrir...