Capítulo 19

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Zack

No soy capaz de dormir. Llevo unas cuantas horas intentándolo pero ya me rendí. Encendí la luz, cogí la foto que le enseñé antes a Samu y me puse a verla. Sólo tengo este recuerdo de ella. A veces me pongo a mirarla; cuando estoy desanimado o cuando soy incapaz de recordar su cara. Llevo 11 años sin ella y aún la echo muchísimo de menos. Los primeros años estuve fatal, ahora estoy un poco mejor pero... no me acostumbro a no estar con ella. Teníamos una conexión increíble. Por contra, a mi padre no lo llegué a conocer. Cuando mi madre se quedó embarazada de mí se fue, y jamás volvió. Mi madre siempre me decía que él era un gran hombre, una bella persona, pero que ya llevaba unos meses raros y quedarse embarazada de mí le asustó. Yo no pienso lo mismo que ella. Una buena persona jamás habría dejado a una persona criando a su hijo sola, es un capullo.
Salí por la puerta y me dirigí a la cocina. Tengo sed, cogí un vaso, lo llené de auga y lo acerqué a mi boca, empecé a notar el frío líquido por dentro de mí, bajando poco a poco. Cuando acabé dejé el vaso en el fregadero y empecé a andar sin rumbo por la mansión. No sé porqué, pero acabé delante de la puerta de Samu. Puse la oreja en ella, nada. Estará durmiendo, la gente normal a estas horas está durmiendo. Un ruido que procedía de la habitación me llamó la atención. El ruido cada vez se hizo más intenso y sonaba más alto. Parece la voz de Samuel. El sonido se convirtió en un grito. Rápidamente giré el pomo y entré corriendo. Me acerqué a él y me puse a llamarlo, al tercer toque abrió los ojos y llorando me agarró muy fuerte. Al ver que era yo me abrazó y se quedó llorando en mi pecho.
-Tranquilo, era una pesadilla- intenté calmarlo mientras le acariciaba el pelo.
Se apartó de mí y me miró, aún seguía llorando el pobre.
-¿Zack?- aún sigue confundido.
-Sí, ¿Qué era?
-Pues... veía a mi madre, yo estaba en frente, viéndola, viendo como la mataban, y ahí me quedaba, quieto, viendo como sus ojos se iban vaciando, viendo como la palidez empezaba a inundarla- aún sigue llorando.
-Tranquilo, ya pasó.
-Lo sé.
Me levanté dispuesto a irme.
-Bueno, si ya estás bien... me voy.
-No, por favor- me suplicó -sólo hoy.
-Vale- sonreí.
Me acerqué otra vez a junto suya, me hizo un hueco y me acosté a su lado. Me quedé mirando al techo, no sé que me pasa. No sé que siento por Samu, es mi amigo pero... no sé. Un sentimiento está creciendo dentro de mí, pero aún no sé cual es.
-Gracias por todo- me agradeció.
-Aquí me tienes para lo que quieras- aseguré -duerme, te vendrá bien.
Instintivamente me acerqué más a él, los dos nos quedamos mirando el techo. Nuestras manos se chocaron y las dejamos juntas. Abrí su mano y puse mis dedos sobre los suyos, rozándolos y finalmente entrelazándolos. Nos pasamos un rato así hasta que, con las manos aún juntas, se giró hacia mí y me abrazó el brazo, poniendo su cabeza muy cerca de mí. Noté su respiración sobre mi hombro, muy cerca del cuello. La sensación no me desagradó.
-No quiero dormir- me susurró al oído.
-Por qué- le susurré también.
-No quiero volver a ver eso.
-Duerme -le pido-. Si las pesadillas vienen a por ti, yo lucharé contra ellas.
Abrazó más fuerte mi brazo y cerró los ojos. Yo me noté más ligero, el sueño vino a mí, los párpados se me empezaron a cerrar.

Samuel

Un rayo de luz se chocó contra mis ojos, depertándome poco a poco. Abrí los ojos y busqué a Zack con la mirada. Ya no está. Me levanté y me vestí. Luego salí por la puerta. No sé muy bien a donde ir, lo primero que se me ocurrió fue: mañana y comida, así que me dispuse a ir a la cocina. Cuando llegué allí, estaban Samanta, Nick, William y Zack desayunando y hablando. Nada más verme se callaron.
-Hola- saludé.
Ellos hicieron los mismo, todos excepto Zack.
-¿Quieres tomar algo?- me ofreció William.
-No, yo no desayuno.
-Samuel, hoy empezarás tu entrenamiento. Sé que es demasiado pronto después de lo de ayer pero necesitas aprender a defenderte ahora que saben qué eres- me dijo Nick.
-Va...le.
A las 10:00 me llevó a la parte trasera del descampado, parece que vamos a empezar el entrenamiento de mañana, que bien.
-cuando termines tu entrenamiento, deberías ser capaz de patear y perforar paredes o poner fuera de combate a un alce con un solo golpe.
-Yo nunca golpearía a un alce- dije -Están en peligro de extincion.

El demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora