Capítulo 5

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Samuel

El camino al centro comercial fue rápido, lo único que hay que hacer es cruzar un semáforo y bajar una pequeña cuesta. El camino nos lo pasamos riendo todo el rato. En la cuesta vimos a un chico cantando y le acabé dando 1€. Pobre, solo quiere ganarse la vida. Cuando llegamos, entramos en el centro comercial. Esta entrada estaba arriba del todo. Como siempre vengo en bus, siempre entro por esta.
-¿Primero vemos las películas que hay, cogemos las entradas y después vamos a comprar?- propuso Laura.
-Por mí genial- dijo María .
-¿Y a qué esperamos?- dije yo.
Nos dirigimos a la taquilla de entrada. Me fijé en que hoy había demasiada gente para ser un lunes. Mucha venía al cine, otra andaba para aquí y para allá, pero casi toda entraba en las tiendas y después salía con 1 o 2 bolsas. Nos pusimos a la cola para coger la entrada. En lo primero que me fijé fue en una que parecía pastelosa.
-Eso yo no lo veo- señalé a la cartelera.
-Yo menos- dijo María riéndose.
Lo siguiente que vi fue una titulada "Los supervivientes". Parecía sobre zombies o algo así. Tenía muy buena pinta.
-¿Qué os parece esa?- sugirió Gabriel señalando a una llamada "Marte".
-¿Qué? No sé si a las chicas les va a gustar- dijo Javi. Yo creo que al que no le iba a gustar era a él pero dijo <<a las chicas>> por decir.
-¿Y qué tal esa?- sugerí mirando la de zombies.
-¡Sí!- dijeron todos al unísono, todos excepto María.
-¿Qué? ¿Una película de miedo? No sé si seré capaz de verla.
-Venga María, no seas cagada- la picó Laura.
-Bueno, venga, vale.
10 Minutos después la cola era casi inexistente, quedaban 2 grupos de personas por delante nuestra. Miré el que estaba pidiendo las entradas, parecía una pareja. Él la mira como si se la fuera a comer en pocos segundos. Tenía cara de ser un gilipollas. Por contra, ella era muy guapa, parecía agradable e incluso interesante. Los que estaban delante nuestra era un grupo de 4 chicos. Eran altos, todos llevaban gafas, muchísimos granos todos, pelo rizo, vestían fatal... -Frikis- pensé. No tengo nada malo en contra de los frikis pero... bueno, eso es otro tema.
Pasaron los minutos y por fin nos tocaba. Me dieron todos el dinero a mí para que pagase yo. Se creen que soy su criado o algo asi.
-Hola, que desea- dijo un señor mayor. De unos 50 y algo de años. Se le notaba en la voz que le quedaba poco para la jubilación.
-Eh... si, hola, pues quería 8 entradas para ver... esto... "Los supervivientes"
-Y por donde queréis sentaron más o menos.
-¿Por donde queréis?- Les pregunté a mis amigos.
-Por arriba en el centro- dijo Laura.
-Perfecto, 8 entradas, arriba del todo en el centro. Son 56€- Le di el dinero por debajo de la ventanilla y el me dio las entradas.
-Gracias- le agradecí.
-Pasároslo muy bien- sonrió.
Nos alejamos de toda la multitud y repartí las entradas.
-¿Ahora vamos al Carrefour a comprar?
-Al Carrefour a comprar qué, se compran ahí dentro- dijo Bryan.
-¿Te vas a gastar tú 5€ por unas palomitas?- le pregunté con tono borde.
-Claro- Es tonto.
-Bueno, pues de momento aquí yo no soy rico, me voy a ir al Carrefour a cogerme lo que quiera que sale mucho más barato, ¿alguien listo que haga lo mismo que yo?- pregunté.
-Yo- dijeron todos excepto Bryan.
-Pues vamos- sugerí.
Todos bajamos hasta el Carrefour, y nos pusimos a ver que comprar. Yo cogí una Coca-Cola y unas galletas de chocolate, Javi cogió Coca-Cola zero por la diabetes y unas galletas sin azúcar. Laura cogió Kas y nada más... cuando ya cogimos todos fuimos a pagar. Miré el reloj, las 17:15, miré las entradas, la película es a la 17:30.
-Tenemos que ir subiendo, nos quedan 15 minutos- dije.
-Vale, subamos- dijo Laura.
Entramos en la sala donde se compran las cosas dentro del cine. Bryan se paró a comprar, acabó gastando 9€. Estúpido. Cuando acabó fuimos hasta el revisor y le enseñamos las entradas, les hizo una marca y nos dejó entrar. Vi otra vez la entrada, era la sala 9. La encontramos casi al final del largo pasillo. Entramos, lo primero que se veía era la gigantesca pantalla, siempre que entro me quedo impactado, es fantástico.
-Fila 9, asientos del 3 al 11- informó María.
Subimos poco a poco, fila 1, fila 2, fila 3... cuando por fin llegamos a la 9 miramos derecha e izquierda. Teníamos que entrar hacia la derecha y así lo hicimos. Laura fue la que se puso más al centro de la pantalla, a su lado me coloqué yo, a mi lado María, después Alexandra, a su lado Gabriel, luego Sotelo, después Bryan y de último, la más alejada de nosotros, Sheila. Me dio pena que estuviera tan lejos de nosotros y tan cerca de Bryan, pero lo dejé pasar. De repente las luces se apagaron y la pantalla se encendió. Pusieron un anuncio de una pasta de dientes, salían unas caries raperas y un señor muy extraño que luchaba contra ellas. ¿Pero qué es esto? ¿Qué clase de anuncios ponen para una película de miedo? Cuando acabó el anuncio pasaron unos cuantos trailers de películas. Algunas parecían estar bien, otras un rollo...
-Empieza o qué- gritó Bryan
-¿Te quieres callar la boca?- le contesté.
Los que estaban detrás rieron.
-Que coño te pasa conmigo, yo no te he hecho nada malo.
-Lo peor que me has echo es existir, te pasas el puto día dando la nota, por eso nadie quiere quedar contigo. Viniste porque quisieron ellos dos porque si fuera por los otros no tenías ni agua- empecé a notar como la sangre me empezaba a hervir bajo las venas.
María se empezó a reír muy fuerte, Laura e Alexandra estaban con las manos en la cara intentando disimular su risa.
-y tú que tienes de bueno, eres un niñato, raro y borde al que no le caigo bien a saber por qué. ¿Sabes qué? Me da igual que estés enfadado, los amigos me sobran y tienen todos mucha más dignidad que tú, eres una mala persona, Samuel y cuando todos se den cuenta te vas a quedar muy sólo.
-Cállate la puta boca, Bryan. Tú de quedarse sólo debes de saber mucho, porque a nadie le caes bien, hasta tus supuestos amigos hablan mal de ti- le dijo María.
Bryan se calló.
La película comenzó, pero yo aún seguía cabreado. Me pasé pensando los primeros 5 minutos en porqué quien quiera que creó a las personas pudo crear un espécimen así. Toda la sala chillaba, susto tras susto y yo... yo seguía cabreado.
-No te rayes- me susurró Laura.
-Lo odio demasiado- contesté.
-Ya, yo también.
-Creo que voy a salir un momento.
-No- me agarró del brazo.
-Sólo es un momento.
-Voy contigo.
-No- me levanté.
-¿A donde vas?- me preguntó María.
-Voy a salir un momento, ahora vuelvo- le dije, pero siguió viendo la película, atenta.
Bajé las escaleras. Me disponía a salir cuando unos gritos me sobresaltaron. No debería haber venido, a sido una tremenda estupidez. Salí y fui al baño, entré y me acerqué a la pileta. Abrí el grifo, el agua comenzó a brotar, me mojé un poco las manos y me eché el agua en la cara. Un chico de unos 20 años salió del lavabo y se acercó a la pileta de al lado mía, me miró y me preguntó mientras se lavaba las manos:
-¿Te encuentras bien?
-¿Qué? Ah, sí, claro- agaché la cabeza.
-¿Seguro?
-Pues no, no estoy bien. No debí de haber venido.
-¿Y eso?
-No quiero molestarte con mis tonterías.
-Tranquilo, hay veces que las personas necesitamos hablar- parecía realmente interesado así que proseguí.
-Pues, me invitaron a venir aquí unos amigos y trajeron a un subnormal que me cae fatal, ahora estábamos en el cine y discutimos, sólo me apetece irme.
-Joder, ¿hay que pegarle a alguien?- nos reímos -¿ves? Hay que vivir todo con un poco de humor.
-Muchas gracias, en serio, muchísimas gracias encantador desconocido- me volví a reír. Él hizo lo mismo.
-De nada, bueno, me temo que debo irme con mis amigos. Tú haz lo mismo y al otro tonto ignoralo- sonrió. Y salió por la puerta. Yo me sequé las manos y salí también. Le iba a hacer caso, que le den por donde más le guste, paso de rayarme por ese niñato.

El demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora