Capítulo 9

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Samuel

Dejé la mochila en mi habitación y fui a la cocina. Mi madre me dejó la comida hecha de ayer para que la comiera yo hoy. Cogí la tartera y eché un poco de comida sobre un plato limpio. Son macarrones con tomate, me encantan los macarrones con tomate. Metí la comida en el microondas durante unos minutos para que se calentara, cuando ya estuvo bien caliente la saqué y me puse a comer. Cuando acabé dejé el plato sobre el fregadero y lo lavé. Aún tengo que hacer la cama, cogí unas mantas nuevas y las que estaban en el suelo las eché a la cesta de la ropa sucia. Hice la cama y me tumbé en el sofá. Aún tengo que llamar a mi madre. Cogí el teléfono fijo y marque el número de esta. 1 tono, 2 tono...
-¿Sí?- preguntó mi madre.
-Hola, soy Samuel. Hoy me invitaron a ir a la hamburguesería que está en el centro, ¿puedo ir?
-¿Con quién?- preguntó.
-Laura, Javi, Alexandra, Sheila, María y Gema.
-Vale, ¿A qué hora?
-Me supongo que sobre las 20:00
-Bien, coge 10€ que tengo encima de la mesilla de mi habitación.
-Vale, gracias- le agradecí.
-No llegues muy tarde.
-No, así de paso voy después a la biblioteca que tengo que devolver un libro.
-Vale, adiós- y colgó.
Fui hasta la habitación y cogí los 10€ que me dijo mi madre. Aún tengo que llamar a Laura así que cogí el teléfono y marqué el número.
-Hola, Samu- saludó Laura
-Hola.
-¿Puedes venir?- preguntó.
-Pues... bueno... es que mi madre...
-¿Qué? ¿No vas a poder venir?- su voz cambió repentinamente.
-No.
-Jo, ¿por qué?
-Sí que puedo- empecé a reír a carcajadas.
-Bo, eres tonto- rió también ella.
-¿Como quedamos?- pregunté.
-Pues quedamos todos a las 19:00 en el colegio- me informó.
-Genial, allí estaré- confirmé y colgué.

Laura

Nada mas colgar empecé a dar saltos en mi habitación. Oh, espera un momento. Tengo que preguntarle a mi madre si puedo ir. Fui hasta el salón, ella estaba sentada, mirando la televisión.
-Hola madre.
-Hola hija.
-¿Puedo ir esta noche a cenar a la hamburguesería del centro?
-¿Con quien?
-Javi, Alexandra, Sheila, María y Gema- evité decir el nombre de Samuel, sé que si le digo que va no me dejar, no entiendo por qué pero es así.
-¿Y Samuel?- preguntó.
-No, el no va- respondí rápidamente.
-Vale, bien, ve.
Corrí hasta mi habitación, miré el reloj, son las 17:00. Tengo 2 horas para prepararme, 2 horas para ponerme lo más guapa posible. Cogí el teléfono y marqué el número de Alexandra.
-¿Sí?- preguntó tras el teléfono.
-Hola, soy Laura. Hoy lo voy a hacer.
-¿Qué? ¿En serio?- gritó.
-Sí, estoy nerviosa.
-Bua, no me creo que le vayas a entrar a Samu.
-Yo tampoco, estoy nerviosa- puse las manos sobre la cara.
La verdad es que sí, estoy muy nerviosa. No sé como reaccionará, no sé si le parezco guapa, fea, si le gusto, si no le gusto.
-Bueno, te dejo que me voy a empezar a preparar.
-¿Tan temprano?
-Claro, me voy a poner bien guapa- las dos reímos.
Colgué y me dirigí al baño.

Samuel

Me acaba de pasar algo rarísimo. Un dolor agudo me golpeó el estómago, un dolor casi insoportable. Un mareo me atravesó y casi me caigo, intenté correr lo más rápido posible hacia el baño, agaché la cabeza sobre el váter durante unos segundos un líquido empezó a salir de mi boca. Cuando ya me encontré un poco mejor me quedé mirando el vómito. No era un vómito normal y corriente, era... ¿negro? Jamás vi algo así, jamás me pasó algo asi. Me fijé un poco más, restos de sangre inundaban lo negro que me salió de la boca, hasta hora lo llamaré así porque no sé ni que es ni como se llama.
Ahora mismo estoy en la cama, tumbado. Me encuetro bastante mejor, por no decir que ya estoy genial. Al principio pensé que no podría ir hoy a cenar pero ahora esa idea está desapareciendo. me incorporé sobre las dos piernas. Parece que no me mareo ya, fui hasta el baño, aún no tiré de la cisterna así que me quedé un rato más examinando lo que quiera que solté por la boca. Sigo sin saber qué es así que tiré de la cisterna y me propuse a prepararme.

Laura

Cuando acabé de prepararme eran las 18:30, ahora son ya las 18:40. Debo salir de casa ahora si quiero llegar a tiempo. Cogí la cartera y la metí en el bolso. Nada más hacerlo salí de casa me dirigí camino al colegio, no podía parar de pensar en como lo haría y donde sería. Estaba nerviosa, estaba muy nerviosa. Cuando llegué a la parada ya estaban todos. Odio ser la última.
-Ya era hora- me dijo Gema.
-Por lo menos aún no pasó el autobús- repliqué.
-Laura, ven un momento- me llamó Alexandra llevándome hacia donde nadie nos escuchara. -¿Estás segura de hacerlo?- me preguntó.
-A ver, segura no, pero lo voy a hacer.
-Aquí secretitos no- gritó Gema.
-Bueno, vale- le espetó Alexandra. Volvimos con el grupo a esperar al autobús. Según el cartel eléctrico al autobús le quedan 7 minutos. Pasados 10 llegó y nos subimos. En el autobús me pasé hablando todo el rato con Samuel. Intenté coquetear un par de veces con él. Parece un poco tonto a veces, no pilla las indirectas a veces.
-¿Cuál es la parada?- nos preguntó Samuel.
-La siguiente- contesté.
En esa parada nos bajamos y nos dirigimos a la hamburguesería.
-Yo después de cenar iré a la biblioteca- nos informó Samuel.
-Vale- contestamos.
La biblioteca no queda muy lejos del local. Para llegar más rápido te puedes meter por los callejones. Yo por la noche no sería capaz de meterme por ahí, hay gente que sí. Llegamos a la hamburguesería y nos sentamos en dos mesas que juntamos.
-Hola, ¿qué van a tomar?- nos preguntó el camarero.

El demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora