Juventud En Primavera

Capítulo XXXV

"El amor es un loco tan leal, que en todo cuanto hagáis, sea lo que fuere, no halla mal alguno"
William Shakespeare
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29 de mayo, 1985

Mientras caminaba a la mansión su mente se encontraba perdida en el vacío que generaba la incertidumbre del futuro incierto. Le pidió a Henry que no fuera por ella a la salida porque quería pensar y caminar en soledad. Ese día Leanne y ella no terminaban las clases al mismo tiempo. Rosé tenía una clase más que su novia no.

Pocas veces se daba un tiempo para ella en soledad. La verdad es que desde que Leanne llegó ella no había tenido muchos y no la malinterpreten, Rosé estaba más que feliz con ello, pero de vez en cuando si necesitaban un espacio para estar solas sin sentirse solas. Y sabía que si algún día necesitaba ese tiempo la castaña no dudaría en dárselo y viceversa.

Amar se trata de eso. A los ojos de Rosé amar a Leanne no se trata solo del sentir, es mucho más. Es amar saber que es amada devuelta y que sin importar lo lejos que puedan estar de la otra, ella no volverá a sentirse sola.

Mierda, quien diría que llegaría ese día en el que ella tendría pensamientos tan melosos por alguien. Si la Rosemary de hace seis meses viera a la Rosemary de la actualidad posiblemente se desmayaría por el shock. Dios, la pelirrubia había cambiado tan drásticamente. Lo que para ella era normal antes ahora es extraño y lo que era anormal antes ahora es cotidiano.

No sabría por dónde empezar. ¿Qué fue lo primero que cambió en ella? En definitiva fue su forma pensar sobre su realidad, pero ¿cuál de todos esos pensamientos lo inició? Ya no era amiga de Alisson, Leah, Nancy y Betty. Ahora era amiga de Artem Hayes y Marilyn Woods. Esa mierda era verdaderamente algo que la Rosé del pasado no podría creer.

Pero no se arrepentía de tomar esa decisión. No lo hacía porque alejarse de sus anteriores amigas fue lo mejor que pudo haber hecho. Gracias a eso, gracias a entender que esas personas no eran realmente lo que decían ser ni la veían como decían verla, logró encontrar verdaderos amigos. A veces Rosé se quedaba despierta pensando en ello, en lo infeliz que era antes de Arti y Lynn, y lo mucho que se mentía para mantener esa falsa ilusión de que todo era perfecto a su alrededor.

Las veces que sintió que algo no estaba bien entre ella y Alisson pasaban por su mente y al mismo tiempo las excusas que ella ponía para justificar el comportamiento de la pelirrubia. Ella no era estúpida, para nada. Siempre supo que había algo malo, pero prefería pintar la realidad de rosa a enfrentarla.

Solo cuando los conoció supo lo que era tener amigos reales. Ambos le habían demostrado tanto en tan poco tiempo. Lo que Arti y Lynn le dieron en un par de meses más de lo que sus anteriores amigos le dieron en años de amigas y quizás le habrían dado en toda su vida. Violet también entraba en su grupo de amigos. Tanto de ella había cambiado que ya no pensaba igual sobre muchísimas cosas. Su forma de mirar la vida siempre se sintió influenciada por lo que su alrededor creía.

Todo gracias a una persona.

Todo gracias a ella.

Leanne había llegado a su vida a romper con cada barrera que puso. Arrasó con todo lo que creía verdadero. Puso su mundo de cabezas, movió su realidad y la hizo ver todo desde una nueva perspectiva. Nunca podría medir el impacto que la castaña tuvo en su vida, fue como despertar de un sueño, una fantasía, un teatro barato para aterrizar en la realidad sin importar lo dura que fuera porque la tenía a ella y eso hizo que el impacto fuera suave.

Dios, Rosé quería golpearse con el poste de luz. ¡Siempre fue tan evidente! ¡Desde el inicio estuvo enamorada de Leanne! ¿Cómo no pudo verlo? Joder, pensar en la castaña por meses, después de invitarla a su casita en la noche de halloween debió ser el mayor spoiler de ¡oh! Quizás no soy tan heterosexual como creí ser ¿eh?