la hermana de harry potter y la piedra filosofal

Capitulo 30: La broma de la armadura

La mente de Harry y Abby trabajó a toda pastilla, incluso después de que Hagrid se diese cuenta de que Abby tambien estaba allí, solo sonrió y le hizo prometer que no volviese hacer eso.

-... ¡Snape quiere robar la piedra por Voldemort!-exclamó Abby en la sala comun, mas tarde, cuando estaban solos.

-¡El elixir de la vida lo hará regresar! ¡Voldemort va a robar la piedra a través de Snape para volver! Hagrid dijo que algunos pensaban que había muerto, pero que en realidad lo que iba a hacer era esperar a fortalecerse-las piezas encajaban en su cabeza.

-¿Quereis dejar de decir su nombre?-preguntó Ron molesto.

-Si no le hubieses detenido, me habría matado-susurró Harry

-No vengas conmigo, no vengas conmigo-lo imitó su hermana-¿Y si no aparezco que?

-Vale, lo siento-se disculpó el.

-Me sirve-sonrió.

Los examenes no parecían tan duros hablando de ellos, pero eran mucho peor, Abby jamas podrá explicar como fue capaz de hacerlos mientras tenía horribles pesadillas, y temía que de pronto Voldemort hiziese su aparición para acabar con Harry.Había practicado con el fuego en la sala comun de los Guardianes, pero lo hacía cuando ya no quedaba nadie, al fin y al cabo, aunque no quisiera verlos si podía estar allí, aprovechaba para llevarse a Harry, Ron y Hermione, y repasaba mientras el fuego tomaba las formas que quería (o las que podía).

Al salir del último examen, se dirigian al parque cuando...

-¡He olvidado mi pluma en la clase!-exclamó de golpe-luego nos vemos.

Abby echó a correr hacia la clase.

Abby.

¡Pero mira que llego a ser boba! Corro para coger mi pluma (solo llevo esa ¿vale?) y entonces es cuando choco con alguien en el patio de Transformaciones.

-¡Abby! Te estaba buscando-dije una voz que me ayuda a levantarme del suelo.

-Hola Fred-le sonrio-no puedo hablar tengo que ir corriendo a por...

-¿...Tu pluma olvidada?-pregunta sacandola del bolsillo.

Me quedo callada y sin saber que decir, el me da la pluma en la mano.

-Te buscaba porque sabía que esta pluma era tuya. Bien, como ya has solucionado este problema, ahora ya puedes venir conmigo y con George.

-Pero...

-Sin peros: te he ayudado, ahora tienes que darme una recompensa.

Le siguí sin oponer resistencia, como es este Fred.

George estaba en un banco por allí cerca, antes de llegar, una chica de Ravenclaw me paró.

-Marian quiere verte, dice que es urgente-informó la chica.

-Dile que yo no pienso hablar con ellos, y que paso olímpicamente de sus "urgencias"

Pasamos de la cria que me miró con los ojos como platos.

-¿No esta Lee con vosotros?-pregunté incredula-que raro.

-¿Por qué?-preguntó George-¿tenias ganas de verlo a el?

-No, solo que es raro.

-Esta castigado-explicó Fred-pero ahora nos vas a ayudar tu a hacer una buena broma ¿eh?

Puse una sonrisa.

-¿Qué tienes pensado?-preguntó George al captar su sonrisa.

-Tengo una sugerencia. ¿Seguis teniendo las bombas fétidas? Bien-añadí cuando ellos asintieron-La cosa es que atraigamos a la Señora Norris hacia una de las armaduras, que parezca que esta ahí dentro, y cuando Flich valla a ayudarla... Bueno, imaginaos lo que puede pasar dentro de esa armadura.

Las sonrisas de los gemelos eran muy amplias.

-Valla una mente criminal tienes, para ser un chica-sonrió George.

-¿Y que pasa por ser una chica?-pregunté molesta.

-Que a la mayoria no le gustan las bromas-dijo Fred-pero parece que no conocemos a la menoria.

-Esa menoria se compone solo de mi ¿verdad?-pregunte.

-Exactamente-respondieron a la vez.

-Me encanta cuando haceis eso-sonreí.

-Si... pero yo soy el mas guapo-dijo Fred.

-Y el mas humilde ¿Verdad?-rei yo.

Soltamos una risa, era muy agradable estar con ellos.

-¿Vamos?-preguntó George.

-¿A dónde?-pregunté a mi vez confundida.

-Pues ¡a preparar la broma obviamente!-exclamó Fred-llevamos las bombas en la mochila.

Sonreí: verdaderamente, los gemelos Weasley no se pueden comparar, echamos a andar hacia la "trampa" con una gran sonrisa: yo me encargué de atraer a Filch pensando que estaba la Señora Norris, a la que metí junto a las bombas fétidas, y unos segundos antes de que apareciera el conserje, unas manos tiraron de mi hacia un aula vacía, allí disfrutamos del espectaculo: Filch abrió la armadura.

-3...2...1...-susurraron Fred y George.

Las bombas estallaron dejando un olor fuerte, y un poco de gas verdoso, nos reimos a carcajadas mientras los dos echaban a correr.

-¡Como a saltado el gato!-George no podía contener la risa.

-¡Nunca había visto a Filch correr así!-Fred se puso a su lado riendo a carcajadas.

-¿Y la cara que puso?-me reí tanto que pensé que me iba a partir por la mitad, pero abría valido la pena.

La puerta se abrió de golpe.