Capitulo 38: El mejor regalo de Hagrid

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La señora Pomfrey era una mujer buena, pero muy estricta.
—Sólo cinco minutos —suplicó
—Ni hablar.
—Usted dejó entrar al profesor Dumbledore...-replicó Abby
—Bueno, por supuesto, es el director, es muy diferente. Necesitais descansar.
—Estoy descansando, mire, acostado todo lo demás. Oh, vamos, señora
Pomfrey..
—Oh, está bien —dijo—. Pero sólo cinco minutos.
Y dejó entrar a Ron Hermione.
—¡Harry! ¡Abby!
Hermione parecía lista para lanzarse en sus brazos, pero se alegró de que se
contuviera, porque le dolía cabeza. Sin embargo si abrazó fuertemente a Abby.

-¡Abby! Yo creía que... no te moviste en los tres días, pensabamos... estabamos tan preocupados...Oh, ; estábamos seguros de que te... Dumbledore estaba tan preocupado...
—Todo el colegio habla de ello —dijo Ron—. ¿Qué es lo que realmente pasó?
Fue una de esas raras ocasiones en que verdadera historia era aún más extraña
apasionante que los más extraños rumores. y Abby les contaron todo: Quirrell, el espejo, Piedra, el Hechizo Transfusor Voldemort. Ron Hermione eran muy buen público, jadeaban en los momentos apropiados , cuando les dijo lo que había debajo del turbante de Quirrell, Hermione gritó muy fuerte.
—¿Entonces no existe? —dijo por ultimo Ron—. ¿Flamel morirá?
—Eso es lo que yo dije, pero Dumbledore piensa que... ¿cómo era? Ah, sí: «Para
las mentes bien organizadas, muerte es siguiente gran aventura».
—Siempre dije que era un chiflado —dijo Ron, muy impresionado por lo loco que
estaba su héroe.
—¿Y qué os pasó a vosotros dos? —preguntó Abb.
—Bueno, yo volví —dijo Hermione—, desperté a Ron (tardé un rato largo) ,
cuando íbamos a lechucería para comunicarnos con Dumbledore, lo encontramos en
el vestíbulo de entrada, él ya lo sabía, porque nos dijo: «Harry y Abby se fueron a buscarlo,
¿no?», subió al tercer piso.
—¿Crees que él quería que lo hicierais? —dijo Ron—. ¿Enviándote capa de tu
padre todo eso?
—Bueno —estalló Hermione—. Si lo hizo... eso es terrible... os podían haber
matado.
—No, no fue así —dijo con aire pensativo—. Dumbledore es un hombre
muy especial. Yo creo que quería darme una oportunidad. Creo que él sabe, más o
menos, todo lo que sucede aquí. Acepto que debía de saber lo que íbamos a intentar ,
en lugar de detenernos, nos enseñó lo suficiente para ayudarnos. No creo que fuera por
accidente que me dejó encontrar el espejo ver cómo funcionaba. Es casi como si él
pensara que yo y Abby teníamos derecho a enfrentarnos a Voldemort, si podía...
—Bueno, sí, está bien —dijo Ron—. Escucha, debeis estar levantados para mañana,
es fiesta de fin de curso. Ya están todos los puntos Slytherin ganó, por supuesto. Os
perdisteis el último partido de quidditch. Sin vosotros, nos ganó Ravenclaw, pero comida será buena.
En aquel momento, entró señora Pomfrey
—Ya habéis estado quince minutos, ahora FUERA—dijo con severidad.
Después de una buena noche de sueño, se sintió casi bien, Abby por su parte estaba ya casi recuperada, casi había recuperado el color, y se podía levantar de la cama, incluso cantaba alguna cancion distraidamente por la noche.
—Queremos ir a fiesta —dijo Abby a señora Pomfrey, mientras ella le ordenaba todas
las cajas de golosinas—. Podrémos ir, ¿verdad?
—El profesor Dumbledore dice que teneis permiso para ir —dijo con desdén, como
si considerara que el profesor Dumbledore no se daba cuenta de lo peligrosas que eran
las fiestas—. tieneis otra visita.
—Oh, bien —dijo Abby—. ¿Quién es?
Mientras hablaba, entró Hagrid. Como siempre que estaba dentro de un lugar,
Hagrid parecía demasiado grande. Se sentó cerca de , lo miró se puso a llorar.
—¡Todo... fue... por mi maldita culpa! —gimió, con cara entre las manos—. Yo
le dije al malvado cómo pasar ante Fluffy. ¡Se lo dije! ¡Podíais haber muerto! ¡Todo por
un huevo de dragón! ¡Nunca volveré a beber! ¡Deberían echarme obligarme a vivir
como un muggle!
—¡Hagrid! —dijo , impresionado al ver pena el remordimiento de
Hagrid, las lágrimas que mojaban su barba—. Hagrid, lo habríamos descubierto igual,
estamos hablando de Voldemort, lo habría sabido igual aunque no le dijeras nada.
—¡Podríais haber muerto! —sollozó Hagrid—. ¡Y no digas ese nombre!
—¡VOLDEMORT! —gritó , Hagrid se impresionó tanto que dejó de
llorar—. Me encontré con él lo llamo por su nombre. Por favor, alégrate, Hagrid,
salvamos , ya no está, no podrá usar. Toma una rana de chocolate, tenemos
muchísimas...
Hagrid se secó nariz con el dorso de mano dijo:
—Eso me hace recordar... Os he traído un regalo.
—No será un bocadillo de comadreja, ¿verdad? —dijo preocupada Abby,
finalmente Hagrid se rió.
—No. Dumbledore me dio libre el día de ayer para hacerlo. Por supuesto tendría
que haberme echado... Bueno, aquí teneis, uno para cada uno...
Parecía un libro con una hermosa cubierta de cuero. lo abrió con curiosidad el suyo, y Abby hizo lo mismo con el suyo...
Estaba lleno de fotos mágicas. Sonriéndoles saludándolos desde cada página, estaban su
madre su padre...
—Envié lechuzas a todos los compañeros de colegio de tus padres, pidiéndoles
fotos... Sabía que tú vosotros no teníais... ¿Os gusta?
Harry no podía hablar, pero Hagrid entendió, Abby se levantó con los ojos humedos para darle un gran abrazo, Hagrid sonrió al ver como les había gustado, y que Abby aun llevaba los pendientes que le había regalado en Navidad.

la hermana de harry potter y la piedra filosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora