Aquella mañana, Abby y Hermione bajaron a la sala comun por la mañana, alli estaban Harry y Ron, esperandolas.
-Abby...-empezó Harry cuando empezaron a ir hacia el gran comedor.
-¿Si hermanito?-preguntó ella.
Harry le lanzó una mirada a ella y otra a Hermione.
-Tranquilo, Hermione ya lo sabe, y no va a abrir el pico-le contestó.
-¿Se lo has contado?-preguntó Ron.
-Claro, es mi amiga, igual que tu-respondió ella.
Ron no dijo nada, solo sonrio.
-Bueno, ahora que ya somos un grupo sin secretos-empezó Harry-creo que podrías contarnos como hiciste ayer eso del fuego y que queria la de Ravenclaw...
-Marian-le dijo ella.
-Si, ¿esta relacionada con... eso?-preguntó Ron.
-Bueno chicos, eso es un secreto que...-empezó ella.
-¡Acabas de decir que entre amigos no hay secretos!-le reprochó Hermione.
-...que os voy a contar, pero por el momento no puedo abrir la boca-respondió ella (mentirosa) y cambio de tema-¿y adonde creeis que fue Snape?
-¿Tu tambien lo viste?-preguntó Ron-no sabemos a donde va... pero para mi que iba al pasillo del tercer piso, ya sabeis, el que esta prohibido.
-¿Y que haria el alli?-preguntó Hermione incredula.
-No tengo ni idea-se sinceró Harry.
Se sentaron en su mesa, Abby miro a la mesa de Ravenclaw y le hizo a Marian un gesto de "todo bajo control" Marian hizo un gesto afirmativo y Oliver la devolvió a la mesa.
-¡Hoy es el primer partido de la temporada!-anunció-nos hemos entrenado duro, y quiero que sigamos así esta tarde contra Slytherin, no va a ser facil pero...
-¡Oliver!-exclamó George-tranquilo ¿has visto al buscador que tenemos?
-Si, si, pero...
-Pero nada, a desayunar se ha dicho-cortó el chico.
Abby sorió: valla un personaje ese George.
Abby no pudo sacar el libro de su mochila, pero no hacia falta, su mente pensaba en que iba a liarla en el partido.
-Harry-le susurró.
-¿Qué?-preguntó en el mismo tono.
-¿Y si la fastidio?
-Eso no pasará-le aseguró el-mi hermanita es la mejor cazadora-pero el tambien parecia nervioso y Abby lo notó.
-¿Estas nervioso?-preguntó ella.
-Pf.. bastante-contestó.
-No te preocupes, estare contigo pase lo que pase-sonrio ella.
-Gracias.
Abby terminó de desayunar, curiosamente no estaba tan nerviosa como en su primer entrenamiento, pero aun así... habia algo a parte de los nervios que le avisaba de algo.
En las clases estaba como ausente... pero nadie parecio darse cuenta, excepto Hermione, Ron y Harry, pero ella solo dijo que eran nervios.
Despues de comer...
Hermione se había vuelto un poco más flexible en lo que se refería a quebrantar las
reglas, desde que Harry, Abby y Ron la salvaron del monstruo, y era mucho más agradable. El día anterior al primer partido de Harry los tres estaban fuera, en el patio helado, durante un recreo, y la muchacha había hecho aparecer un brillante fuego azul, que podían llevar con ellos, en un frasco de mermelada. Estaban de espaldas al fuego para calentarse cuando Snape cruzó el patio. De inmediato, Harry se dio cuenta de que Snape cojeaba.
Los cuatro chicos se apiñaron para tapar el fuego, ya que no estaban seguros de que
aquello estuviera permitido. Por desgracia, algo en sus rostros culpables hizo detener a
Snape. Se dio la vuelta, arrastrando la pierna. No había visto el fuego, pero parecía
buscar una razón para regañarlos.
—¿Qué tienes ahí, Potter?
Era el libro sobre quidditch. Harry se lo enseñó.
—Los libros de la biblioteca no pueden sacarse fuera del colegio —dijo Snape—.
Dámelo. Cinco puntos menos para Gryffindor.
—Seguro que se ha inventado esa regla —murmuró Harry con furia, mientras
Snape se alejaba cojeando—. Me pregunto qué le pasa en la pierna.
—No sé, pero espero que le duela mucho —dijo Ron con amargura.
En la sala común de Gryffindor había mucho ruido aquella noche. Harry, Ron y
Hermione estaban sentados juntos, cerca de la ventana. Hermione estaba repasando los
deberes de Harry y Ron sobre Encantamientos. Nunca los dejaba copiar («¿cómo vais a
aprender?»), pero si le pedían que revisara los trabajos les explicaba las respuestas
correctas.
Harry se sentía inquieto. Quería recuperar su libro sobre quidditch, para mantener
la mente ocupada y no estar nervioso por el partido del día siguiente. ¿Por qué iba a
temer a Snape? Se puso de pie y dijo a Ron y Hermione que le preguntaría a Snape si
podía devolverle el libro.
—Yo no lo haría —dijeron al mismo tiempo, pero Harry pensaba que Snape no se
iba a negar, si había otros profesores presentes.
Bajó a la sala de profesores y llamó. No hubo respuesta. Llamó otra vez. Nada.
¿Tal vez Snape había dejado el libro allí? Valía la pena intentarlo. Empujó un poco
la puerta, miró antes de entrar... y sus ojos captaron una escena horrible.
Snape y Filch estaban allí, solos. Snape tenía la túnica levantada por encima de las
rodillas. Una de sus piernas estaba magullada y llena de sangre. Filch le estaba
alcanzando unas vendas.
—Esa cosa maldita... —decía Snape—. ¿Cómo puede uno vigilar a tres cabezas al
mismo tiempo?
Harry intentó cerrar la puerta sin hacer ruido, pero...
—¡POTTER!
El rostro de Snape estaba crispado de furia y dejó caer su túnica rápidamente, para
ocultar la pierna herida. Harry tragó saliva.
—Me preguntaba si me podía devolver mi libro —dijo.
—¡FUERA! ¡FUERA DE AQUÍ!
Harry se fue, antes de que Snape pudiera quitarle puntos para Gryffindor. Subió
corriendo la escalera.
-¿Lo has conseguido? —preguntó Ron, cuando se reunió con ellos—. ¿Qué ha
pasado?
Entre susurros, Harry les contó lo que había visto.
-¿Sabéis lo que quiere decir? —terminó sin aliento—. ¡Que trató de pasar por
donde estaba el perro de tres cabezas, en Halloween! Allí se dirigía cuando lo vimos...
¡Iba a buscar lo que sea que tengan guardado allí! ¡Y apuesto mi escoba a que fue él
quien dejó entrar al monstruo, para distraer la atención!
Hermione tenía los ojos muy abiertos.
—No, no puede ser —dijo—. Sé que no es muy bueno, pero no iba a tratar de robar
algo que Dumbledore está custodiando.
—De verdad, Hermione, tú crees que todos los profesores son santos o algo
parecido —dijo enfadado Ron—. Yo estoy con Harry. Creo que Snape es capaz de
cualquier cosa. Pero ¿qué busca? ¿Qué es lo que guarda el perro?-Si se le puede llamar perro-agregó Abby-te recuerdo que no es el típico cachorrito que le tiras una pelota y va a por ella.
Y todos recordaron cuando Draco y Harry iban a batirse en duelo, lo que ocurrió: todo era una trampa, la huida de Flich, con tan mala suerte de ir a parar al pasillo tercero...
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la hermana de harry potter y la piedra filosofal
Fiksi PenggemarEl niño que sobrevivió... ...Y la niña que se ignora que existió. Ahora que Harry Potter descubre que es mago, también descubrirá que no está solo, y que aun queda otra Potter con vida.