Capitulo 33: La ultima prueba

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Harry empujó y abrió.
Un tufo desagradable los invadió, haciendo que se taparan la nariz con la túnica.
Con ojos que lagrimeaban debido al olor, vieron, aplastado en el suelo frente a ellos, un
trol más grande que el que habían derribado, inconsciente y con un bulto sangrante en la
cabeza.
—Me alegro de que no tengamos que pelear con éste —susurró Harry, mientras
pasaban con cuidado sobre una de las enormes piernas—. Vamos, no puedo respirar.
Abrió la próxima puerta, los dos casi sin atreverse a ver lo que seguía... Pero no
había nada terrorífico allí, Sólo una mesa con siete botellas de diferente tamaño puestas
en fila.
—Snape —dijo Harry—. ¿Qué tenemos que hacer?
Pasaron el umbral y de inmediato un fuego se encendió detrás de ellos. No era un fuego común, era púrpura. Al mismo tiempo, llamas negras se encendieron delante. Estaban atrapados.

Abby miró con atención ambos fuegos mientras Hermione cogia un papel en la mesa, cerca de las botellas.
—¡Mira!
Harry miró por encima de su hombro para leerlo:
El peligro yace ante ti, mientras la seguridad está detrás,
dos queremos ayudarte, cualquiera que encuentres,
una entre nosotras siete te dejará adelantarte,
otra llevará al que lo beba para atrás,
dos contienen sólo vino de ortiga,
tres son mortales, esperando escondidos en la fila.
Elige, a menos que quieras quedarte para siempre,
para ayudarte en tu elección, te damos cuatro claves:
Primera, por más astucia que tenga el veneno para ocultarse siempre
encontrarás alguno al lado izquierdo del vino de ortiga;
Segunda, son diferentes las que están en los extremos, pero si quieres moverte
hacia delante, ninguna es tu amiga;
Tercera, como claramente ves, todas tenemos tamaños diferentes: Ni el enano
ni el gigante guardan la muerte en su interior;
Cuarta, la segunda a la izquierda y la segunda a la derecha son gemelas una
vez que las pruebes, aunque a primera vista sean diferentes.
Hermione dejó escapar un gran suspiro y Harry, sorprendido, vio que sonreía, lo último que había esperado que hiciera.
—Muy bueno —dijo Hermione—. Esto no es magia... es lógica... es un acertijo.
Muchos de los más grandes magos no han tenido una gota de lógica y se quedarían aquí para siempre.
—Pero nosotros también, ¿no?
—Por supuesto que no —dijo Hermione—. Lo único que necesitamos está en este
papel. Siete botellas: tres con veneno, dos con vino, una nos llevará a salvo a través del
fuego negro y la otra hacia atrás, por el fuego púrpura.
—Pero ¿cómo sabremos cuál beber?
—Dame un minuto.
Hermione leyó el papel varias veces. Luego paseó de un lado al otro de la fila de
botellas, murmurando y señalándolas. Al fin, se golpeó las manos.
—Lo tengo —dijo—. La más pequeña nos llevará por el fuego negro, hacia la Piedra.
Harry miró a la diminuta botella.
—Aquí hay sólo para uno de nosotros —dijo—. No hay más que un trago.
Se miraron.
—¿Cuál nos hará volver por entre las llamas púrpura?
Hermione señaló una botella redonda del extremo derecho de la fila.
—Tú y Abby bebed de ésa —dijo Harry y antes de que Abby pudiese replicar añadió—. No: vuelve, busca a Ron y coged las escobas del cuarto de las llaves voladoras. Con ellas podréis salir por la trampilla sin que os vea Fluffy. Id directamente a la lechucería y enviad a Hedwig a Dumbledore, lo necesitamos. Puede ser que yo detenga un poco a Snape, pero la verdad es que no puedo igualarlo.

-¿Tu eres tonto o la cicatriz te afectado al cerebro?-Abby estaba con la miraba (castaña) llameante-¡No voy a dejarte solo! Mejor voy yo.

-No, tu te vas con Hermione.
—Pero Harry... ¿y si Quien-tú-sabes está con él?-preguntó Hermione asustada
—Bueno, ya tuve suerte una vez, ¿no? —dijo Harry, señalando su cicatriz—. Puede ser que la tenga de nuevo.

-No es momento para hacerse el heroe, hermanito-Abby lo miraba, su labio temblaba entre el furor y el miedo a perderlo. Los labios de Hermione temblaron, y de pronto se lanzó sobre Harry y lo abrazó.

—¡Hermione!

—Harry... Eres un gran mago, ya lo sabes.

—No soy tan bueno como tú —contestó muy incómodo, mientras ella lo soltaba.
—¡Yo! —exclamó Hermione—. ¡Libros! ¡Inteligencia! Hay cosas mucho más importantes, amistad y valentía y... ¡Oh, Harry, ten cuidado!
—Bebe primero —dijo Harry—. Estás segura de cuál es cuál, ¿no?
—Totalmente —dijo Hermione. Se tomó de un trago el contenido de la botellita
redondeada y se estremeció.
—No es veneno, ¿verdad? —dijo Harry con voz anhelante.
—No... pero parece hielo.
—Rápido, vete, antes de que se termine el efecto.
—Buena suerte... ten cuidado...
—¡VETE!

-Ahora te alcanzare Hermione, tu adelantate.
Hermione giró en redondo y pasó directamente a través del fuego púrpura.
Harry respiró profundamente y cogió la más pequeña de las botellas. Se enfrentó a
las llamas negras.

-Ahora tu, Abby-miró a su hermana y ella negó con seguridad con la cabeza.

-He dicho que vallas-a Harry le era imposible despedirse de ella-no lo hagas mas difícil, ademas aquí solo hay pocion para uno: y ese voy a ser yo.

Abby lo miro y sus ojos ahora verdes sonreían.

-¿Qué?-preguntó preocupado.

-A mi no me hace falta ninguna poción Harry...-sonrió-soy la Llama del Fénix: el fuego no puede dañarme.

La cara de Harry palideció.

-Eso no es fuego normal-opuso.

-Lo he estado observando-Abby se aproximó al fuego, se concentró y su mano paso por ella sin que le pasara nada-pienso acompañarte, he estado diez años sin ti: no pienso perderte de nuevo.

Harry sonrió, aunque no le apetecía que su hermana corriese peligro, sabia que era una batalla perdida.
—Allá voy —dijo, y se bebió el contenido de un trago.
Era realmente como si tragara hielo. Dejó la botella y fue hacia delante. Se dio ánimo al ver que las llamas negras lamían su cuerpo pero no lo quemaban, Abby a su lado, pasaba impasible. Durante unmomento no pudo ver más que fuego oscuro. Luego se encontró al otro lado, en la última habitación.
Ya había alguien allí. Pero no era Snape. Y tampoco era Voldemort.

la hermana de harry potter y la piedra filosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora