Soy una gata en un mundo bestial

CAPÍTULO 38: Aceptación de sentimientos

Nasir repone su postura a una firme.

- Mis intenciones son sinceras. Elsa es una hembra extraordinaria y si me lo permite, me gustaría demostrar mi valía para ser digno de ella. Estoy dispuesto a enfrentar cualquier prueba que desee imponerme. – Le responde en un tono firme y respetuoso. "Esto no me lo esperaba". "¿Nasir gusta de mí?" Me sonrojo un poco al pensar en ello.

Papa lo observa en silencio durante unos minutos antes de soltar una carcajada breve.

- Ya te estas pasando de confianzas, Nasir. Sin embargo, si realmente deseas estar con mi hija, participaras en las pruebas junto a los demás. Si las superas, entonces también te aceptaré como su compañero. – Le dice papa en tono firme.

- Acepto. – Le contesta Nasir y su mirada se dirige a mi cariñosamente, aunque también con algo de miedo. "¿Tendrá miedo a qué le rechace?" "Pues debería a mi no me lo ha dicho ni ha pedido mi opinión". Pienso.

- Eso será si yo te acepto, ¿no? – Le pregunto directamente a Nasir manteniendo mi mirada en él. – Vamos a casa, Leo. – Le digo sin dejar que Nasir pueda contestarme y nerviosa a paso rápido camino hacia casa con Leo pisándome los talones.

- Yo iré a cazar algo. – Dice Nigel desvaneciéndose por el bosque ya conocido.

- Nasir vamos hablar para acomodar a vuestra tribu. – Le dice Aslan indicándole que debe seguirle. Siento la mirada de Nasir en mi espalda.

- Vamos. – Le contesta a Aslan suspirando.

Más calmada, camino por la manada, Leo llega hasta a mi y toma mi mano. Por un momento le miro y él me da una sonrisa reconfortante. Suspiro, aliviada y en un silencio cómodo vamos hacia nuestra casa árbol, nuestro hogar. Mientras subimos por las ramas retorcidas y las escaleras de madera, veo mi corona de flores símbolo de que es nuestra casa. Siento una oleada de nostalgia recordando los momentos íntimos con Leo. Cuando llegamos al interior de la casa, Leo me guía a la cama cubierta con pieles suaves.

- Descansa, amor. – Me dice Leo llamándome por el mote que le dije en medio de la batalla, mientras acaricia suavemente mi mejilla.

Algo sonrojada, le acerco a mi y le doy un beso apasionado que poco a poco se vuelve en un beso más intenso lleno de apetito.

- E-Elsa. – Gime Leo mi nombre expresando su necesidad por mí. – Has hecho mucho, debes estar cansada...

Sin embargo, le callo atrayéndolo a mi hacia la cama de pieles y sin pudor alguno una de mis manos va a su miembro, el cual ya esta listo para la acción.

- Luego podemos dormir. – Le susurro en el oído, seguidamente mordiéndole cariñosamente y con eso enciendo la llama de Leo.

Al día siguiente, el sol está en su pleno resplandor, iluminando con tonos dorados la aldea que bullía de actividad. He estado evitando a Nasir, no quiero tener una conversación con él, me avergüenza encontrármelo cara a cara y que admita tan directa, sincera y abiertamente el querer ser mi futuro compañero. "No es el momento." Pienso mirando como tanto miembros de la manada como de la tribu trabajan juntos para preparar la ceremonia que me uniría con Nigel, un evento singular. No seria igual que las ceremonias tradicionales de la manada, ya que Nigel es una bestia salvaje, pero todos coincidieron en que merecía ese honor y yo no podía evitar sentir una mezcla de orgullo y ternura al observar como Nigel ha ganado no solo mi corazón, sino también la confianza de todos, incluso la de mi papa, aunque no quiera admitirlo. La mentalidad o desconfianza hacia las bestias salvajes no ha cambiado mucho, pero al menos ahora todos saben que no todas las bestias salvajes son iguales.

Caminando por la manada, en la distancia diviso a Leo, quien desde esta mañana ha estado siguiendo los pasos de papa. Papa le esta instruyendo con calma y sabiduría propias de un líder experimentado para que Leo comprenda las responsabilidades de guiar la manada y yo estoy totalmente segura de que Leo puede llegar a la altura de ser un buen líder.