Eric tiene prohibido visitar MAEX RIC, pero como aún no regresa Marie a podido hacerlo con frecuencia, lo que me agrada bastante, aún no puede creer que Emma y Azul sean la misma persona y tampoco entiende como ni uno de los dos recordaba al otro, según mi terapeuta yo no la recordé por autodefensa, al parecer fue un bloqueo, en cambio lo de ella fue simplemente olvido, de hecho ella me vio en la presentación anual hace años y no me recordó hasta tiempo después.
Emma habló con Richard, le contó lo nuestro y todo salió mejor de lo esperado, aunque aún me tiene completamente a prueba y siempre está muy pendiente de cada unos de mis movimientos, cosa que me gusta, solo quiero hacer las cosas bien y demostrar que no soy lo que piensan.
Al salir de la oficina y llegar al estacionamiento subterráneo, noto lo vació y solitario que está, de pronto escucho unos pasos, llevo mi mirada a ellos, pero no veo a nadie, solo diferentes pilares y a un par de metros mi auto, definitivamente esto no me gusta, continúo mi camino, pero no puedo evitar pensar que quizá no debería subir al auto, siento desconfianza, algo anda mal...
— Sé que estás aquí — suelto a quien sea — ya te escuché... — siento los pasos desde mi derecha.
— Max Ricci... — dice un sujeto apuntándome con un arma — pensé que sería mucho más difícil estar frente a ti — su tono es de alivio — pero fue muy fácil — no deja de apuntar — mio signore estará muy feliz.
— No tengo tiempo para esto — comento y saco mi arma en menos de un segundo y disparo directo a su hombro derecho que es de donde me está apuntando, como diría Gueil, son ellos o yo — mi novia me está esperando y no planeo llegar tarde.
No deja de gritar y comienza a disparar en todas direcciones, me escondo detrás de un pilar hasta que solo escucho el gatillo y ni un disparo, las perdió todas en su desesperación, salgo de mi escondite y me mira, su brazo esta cubierto de sangre, saca una cuchilla bastante grande y se pone en posición amenazadora.
— Creo que llegarás tarde, en verdad no creo que llegues — afirma — no estoy solo, con esos disparos en minutos más de mi gente estará aquí.
— La mía también — comento disparando a su otro hombro, aunque esta vez solo me preocupe de rozarlo, se arrodilla.
— ¡Maldito desgraciado! — grita con todas sus fuerzas, me acerco y alejo el arma y la cuchilla con mi pie.
Observo a mi alrededor, debí mantener seguridad aquí, le envío un mensaje a Gueil para que se dirija a casa, pero que no entre, simplemente que espere fuera de la puerta del departamento. Tomo la cuchilla del suelo y la guardo en mi pantalón, me quedan balas pero quizá no sean suficientes, me inclino frente al sujeto.
— Sé quien te envió — digo mirándolo a los ojos — ¿Cambió el foco cierto? — no dice nada e intenta golpearme sin lograrlo — ¿No te rendirás? — pregunto al ver su esfuerzo por acabar conmigo.
— No lo entiendes — dice intentando no llorar — debo hacerlo, si no... — aprieta su mandíbula.
— ¿Si no que?
— Mi esposa... mi hija... — inclino mi cabeza intentando entender.
— ¿Qué pasa con ellas? — vuelve a intentar llegar a mi.
— Mi hija solo tiene catorce, si no lo logro ambas sufrirán — empuña su mano y golpea el suelo — él las lastimará, es su forma de castigar.
— ¿Cuál es tu nombre? — pregunto.
— Vittorio Fiore.
— Okey Vittorio — me froto el rostro — ¿Dónde están ellas? — él me mira con desconfianza — no planeo lastimarlas, pero si sé donde están puedo enviar a alguien por ellas y ponerlas a salvo.

ESTÁS LEYENDO
Tormenta y Trueno [ LIBRO 2 ]
RomanceTORMENTA Y TRUENO es una historia llena de giros inesperados, pasión reprimida y secretos oscuros que acechan desde las sombras. Emma está tratando de seguir adelante con su vida después de que Max, el hombre que la rompió, reaparece de la nada. Per...