15| La cagué

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Narra Marcos





Observaba por dónde se había ido la única mujer a la que quiero y aún no daba crédito. Estaba parado en medio de la calle cómo un idiota mientras procesaba toda nuestra conversación. Yo había sido un idiota por tratarla así y cada palabra que salía de mis labios me dolía más a mí que a ella, pero estaba enfadado. Primero fue verla llorar. Odio verla así, pero me alegré que supiese cómo me sentí yo cuando hace una semana ella me hizo lo mismo a mí. Lo peor de todo es que ella me lo dijo tras haber pasado la noche conmigo, tras haberme dicho que me echaba de menos y, lo peor de todo, tras haberme dicho que me amaba. Aquel día me sentí mucho peor que el día de su cumpleaños e Isabel me besó, peor, incluso, que cuando la vi partir a Londres al día siguiente.

Y ahora está embarazada, mi princesa está embarazada y por mucho que me gustaría creerlo, no es mío. Es imposible, lo nuestro fue una noche, y, bueno, también por la mañana, pero con su prometido, o ex prometido, han sido muchas más noches y mañanas. Por mucho que me duela admitirlo mi princesa va a tener un hijo de otro hombre y lo peor es que intenta hacerme creer que es mío. Tal vez lo sea, siempre hay una pequeña posibilidad, pero tan solo se podrá comprobar el día que ese niño nazca. Lo único que me asusta ahora mismo es que si al final resulta ser mío, no sólo la perderé a ella, sino también a mi hijo, sangre de mi sangre, y nunca podría perdonármelo; no podría perdonarme el saber que fue culpa la mía.

No me queda de otra que regresar a casa de mi madre, aunque en el fondo desearía coger el coche y perseguir a Laura. Suspiro y camino de vuelta mientras me imagino las lágrimas de Laura; cómo dije hace años: ella no merece llorar por un idiota cómo yo. Entro en el portal, subo las escaleras y entro dentro de la casa de mi madre. Esta casa me trae tantas recuerdos y la gran mayoría con ella. Generalmente mis padres trabajaban mucho y el tiempo libre que tenían estaba con los padres de ella por lo que o bien estábamos aquí o en su casa. Camino por el pasillo y resoplo sabiendo que en el salón me espera mi «prometida». Hace un rato, cuando le dije a mi madre que venía para darle una noticia ella pensó que se trataba de Laura, que habíamos vuelto y que nos íbamos a casar. Por eso su cara fue un poema cuando vi a Jessica, a la que odia a muerte. Y la situación terminó de empeorar cuando les dijo que nos íbamos a casar; sinceramente yo no me veía capaz de hacerlo. No hacía falta que mi madre abriera la boca para recriminarme por mi decisión. Sus fulminantes ojos eran suficientes para saber que no le había gustado la noticia y que me caería una gran regañina por esto a pesar de tener ya veintitrés años.

Le pedía a Jessica que se casara conmigo por despecho, estaba jodidamente enfadado y, cómo soy idiota, no se me ocurrió otra forma de «vengarme» –si es que se le puede llamar así –, que piándole matrimonio. Soy un idiota, pero en lo único en que pensaba era en que se la iba a devolver, en que quería que sufriera tanto cómo yo, pero ahora que la he visto sé que no ha merecido la pena. Unos días después, algo más calmado, pensé que Jessica podría ayudarme a olvidarla, pero tan sólo el pensamiento era estúpido. Laura era mil veces mejor que Jessica y no necesitaba ni si quiera  arreglarse para estar guapa. Cuando la he visto frente a mí, hace un rato, tan vulnerable he sentido ganas de abrazarla y el pequeño mareo ha sido mi excusa. Necesitaba tenerla cerca aunque fuesen cinco segundos.

Entro dentro del salón. Veo a mis padres, quienes parecen con ganas de tirarse por la ventana mientras Jessica les cuenta algo. Esbozo una pequeña sonrisa, sé cómo se sienten y más cuando yo la tengo que aguantar, a ella y a su estupideces, mucho más que ellos. Cuando me ven mi padres respira aliviado, mi madre me fulmina con la mirada, imagino que por dejarles a solas con Jessica, y esta última, cómo siempre, se lanza a mí para abrazarme y besarme, pero sólo consigue lo primero porque rápidamente giro mi rostro para que bese mi mejilla.

Amándote de nuevo, gilipollas #2 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora