||Capítulo 24.

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Mullingar, Irlanda.

Liam podría estar pasando por una crisis emocional o existencial, estaba casi seguro. Estaba completamente perdido en todo y sus acciones ya ni siquiera las consideraba buenas. Zayn sería dado de alta en unos cuantos días y él en lo único que pensaba es que cuando lo hicieran, el chico se iría detrás de ese tal Niall y jamás volvería. En que perseguiría aquello que deseaba con todas sus fuerzas encontrar y que Liam se quedaría solo.

Liam se encontraba en su habitación de una casa que ahora, después de que su madre estaba sospechando la posible bisexualidad de su hijo, estaba sola constantemente. Karen salía mucho con sus amigas y era extraño que estuviera con él. Ni siquiera le cuestionaba por qué iba al hospital ni por qué se encontraba tan triste todos los días. Básicamente ignoraba el hecho de que tuviera un hijo. No sabía como hablar con ella, ambos sentarse en una mesa y tener un poco de comunicación madre/hijo. No sabía cómo decirle que realmente la necesitaba. Mucho.

Era una cruel indiferencia, Liam creía que era mejor que lo insultara o que le dijera algo, que al menos hablara con él. Pero su madre hacía caso omiso de su hijo que estaba solo en casa y eso lo hacía sentir aún peor.

Sin amigos y sin familia, la única cosa en el mundo que Liam tenía era Zayn. Sentía que era una de las cosas que lo impulsaba al menos a comer y lo hacía sentir mejor cuando iba a visitarlo al hospital y a actualizar información sobre Niall aunque eso lo hiciera sentir ligeramente mal. Zayn se había convertido en su flotador personal para evitar que se ahogara en todo aquel vacío que estaba ocurriendo. Liam sabía que eso estaba mal, el que su salud mental dependiera de una persona no era sano... Pero entendía sus sentimientos, por más egoístas que fueran, él sólo quería un poco de compañía y realmente se encontraba atraído por Zayn.

Zayn tenía una hermosa sonrisa que le alegraba los días porque lo recibía con ella en su rostro cada vez que Liam entraba por la puerta. Lo hacía sentir bien, aunque quizá Zayn le brindaba un cariño de amigos, a él le bastaba como para ilusionarlo un poco. 

Después de todo, soñar era gratis. 

Aunque él no lo conociera lo suficiente, aunque no supiera nada de él... Se aferró a Zayn para mantenerse a flote. 

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Zayn se encontraba en la cama de hospital. Había dejado de llevar la cuenta de los días porque cada hora que pasaba era una incertidumbre para él sobre el paradero de Niall, y era una hora menos que no quería contar para salir de ese lugar y buscarlo inmediatamente. Se sentía impotente.

Lo recordaba todo, hasta el mínimo detalle de lo que había pasado para llegar allí, a ese extremo. Niall y él habían querido escapar y el padre de su chico le había pegado con una pala y lo había dejado abandonado en un río para que la policía no hubiera tenido que dar con él. O al menos eso pensaba. Había pasado mucho tiempo solo por las noches como para no recordar todo lo que había sucedido. Los padres de Niall habían sido crueles y los habían herido a ambos. Habían causado que Zayn estuviera en el hospital y que Niall desapareciera, quién sabe dónde y cómo estaría en esos momentos.

La rabia y la preocupación lo comían por dentro. 

Pero eso no se quedaría así. Una vez que saliera del hospital y al tener al menos una noticia del paradero de Niall, iría con la policía y levantaría una denuncia en contra de la familia Horan. Porque ambos habían hecho lo imperdonable. Y sobre todo tenía evidencias físicas y, si lograba reunir algún testimonio, estaría feliz. Aunque no sabía muy bien aquello de leyes y denuncias, encontraría a alguien que le ayudara. 

Sólo que estaba lo primordial; encontrar a Niall. 

Niall... Dios, cuando pensaba en él y en dónde podría estar se le enchinaba la piel. Niall era hermoso, un chico hermoso y frágil que podía ser lastimado fácilmente. Y Niall era el amor de su vida. Si le había llegado a pasar algo, por más mínimo que fuera... No se lo perdonaría nunca, jamás se perdonaría el no haber sido lo suficientemente fuerte como para protegerse ambos. Lo había dejado irse y ahora... estaba perdido.

Detrás del arcoíris ||L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora