||Capítulo 42.

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Mullingar, Irlanda. 

Liam veía a Zayn dormido mientras cuidadosamente revolvía su cabello, puesto que Zayn se había dormido encima de sus piernas cruzadas. Suspiró relajado, estaba en la sala con el chico de sus sueños, con la persona que siempre había deseado tener a su lado. 

Se sentía... feliz, vivo, con ganas de seguir una vez más. Toda negatividad se había ido, Zayn lo había elegido a él, se había quedado al fin y podrían ser felices juntos. Había ganado.

A base de mentiras.

No podía evitar sentirse algo mal respecto a cómo había logrado que Zayn dejara la búsqueda de su novio y se resignara a su inminente muerte. No se sentía muy orgulloso de sus actos pero había hecho lo necesario para que permaneciera junto a él. 

No se arrepentía. En lo absoluto. Liam necesitaba a ese chico más que Niall, Zayn era la única razón por la cual seguía de pie, luchando, viviendo, respirando. Porque Zayn se había robado cada latido de su corazón desde que lo había encontrado mal herido a la orilla de aquel río. Desde que lo había acompañado en el hospital y había visto su lenta recuperación.

Lo destrozaba el hecho de que los primeros días y semanas Zayn no tuviera otra cosa que Niall en su cabeza. Sabía que los estaban buscando a ambos pero no quería enterarse mucho, entre más lejos estuviera de aquello sentía que sería más difícil encontrarlos.

Por lo pronto Zayn era suyo. Suyo, suyo, suyo. Completamente.   

Volteó la vista hacia abajo y vio su rostro sereno, hermoso de un modo casi doloroso. Sonrió un poco y posteriormente encendió el televisor en el canal de las noticias, todo mientras seguía acariciando su cabello lentamente. Procuró bajar el volumen para no interrumpir su sueño y su descanso. 

Pasó de un noticiero a otro hasta que se quedó estático con el control en la mano, como si hubiera sufrido una petrificación instantánea, como si hubiera visto a la mismísima Medusa. 

En el noticiero había un hombre rubio con una foto de Zayn en la mano mientras hablaba con un entrevistador.

Personas desaparecidas era el titular que ocupaba el centro de la pantalla.  

Se busca joven desaparecido de nombre Zayn Malik, tiene una complexión delgada, mide 1.75, piel aperlada, cabello oscuro. Fue dado de alta hace dos meses del hospital San Lucio en Mullingar, si tienen alguna información pónganse en contacto al número...

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Doncaster, Reino Unido. 

—Niall, ¿Cómo has estado últimamente?

Niall Horan se encontraba sentado en el sofá frente a Jeff, no era una novedad que todos lo amaran. En serio, literalmente todos. Niall era el pequeño chico al que todos veían la necesidad de proteger, era aquel niño con una sonrisa de iluminar casi tanto como el sol, con sus dientes desarreglados en un proceso de odontología, estaban seguros que le pondrían brackets. Sus ojos celestes eran expresivos y dulces. 

No era un secreto tampoco que era el mejor amigo de Felicite y que él la perseguía a todos lados como un cachorro. Felicite, la gran y fuerte Fizzy que había superado con fuerza aquella situación de sus padres y su hermano, del homicidio de su novia y que se había ganado un gran e inquebrantable carácter en terapia. Era algo dura, se había vuelto un poco menos accesible que antes, ya casi nadie se ganaba su corazón a excepción de Niall. Sus risas eran contadas pero cuando se reía el mundo callaba para escucharla. 

Harry de repente se quedaba mirándola a lo lejos, sin ser muy consciente, debido al gran parecido entre ella y su hermano, Louis. 

—He estado bien Jeff, voy bien en la escuela, mis clases se regularizaron —dijo en una gran sonrisa, orgulloso—, no perdí el año escolar gracias a ustedes. 

Detrás del arcoíris ||L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora