||Capítulo 60.

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Doncaster, Reino Unido. 

Todo en la cabeza de Niall era Zayn. Absolutamente todo.

No había ningún pensamiento dentro de él que no fuera estar al lado de su chico: el dueño de su corazón, de la persona que reinaba en su alma. Niall no conocía otra palabra en ese momento que no fuera Zayn, todo vocabulario o gesto estaba demás, toda su energía estaba concentrada en eso.

Temblaba y recordaba una y otra vez el momento en el cual se lo habían arrebatado, se lo habían quitado de su lado, habían tomado lo que más amaba y lo habían hecho trizas. Habían herido a Zayn (y por milagro había sobrevivido), Niall pasó meses pensando que jamás volvería a verlo, que tenía que superarlo y luchar por obtener justicia para su muerte. Tenía pesadillas recurrentes sobre esa noche, el día en el que lo perdió todo.

Recordaba la sangre, los gritos, la desesperación que había sentido al no haber sido capaz de defenderlo ni de haber podido regresar por él. Había visto el rostro de Zayn lleno de líquido rojo, había escuchado el impacto de la pala contra él. Ese sonido todavía podía escucharlo si cerraba los ojos.

Había pasado meses reviviendo ese momento de manera infinita, lamentando ser tan pequeño, tan incapaz, tan inútil. Había estado a punto de matarse con tal de reunirse con Zayn de nuevo y no lo había hecho, porque lo salvó Harry. 

Harry... La persona más pura que había conocido en todos sus años de existencia. Lo había ayudado sin importarle si podía pagarle o no, lo había recibido con los brazos abiertos en la fundación y gracias a eso, pudo conocer a Felicite y a los demás. 

Qué extraño, cruel y maravilloso era el destino. 

Niall volteó a ver a su amiga que estaba en el aeropuerto con él, se estaba peleando con un joven que al parecer estaba encargado de revisar los boletos de avión. Resistió el impulso de reír y la miró por un rato sin que ella se diera cuenta.

¿Si eso no hubiera pasado jamás, Niall la hubiera conocido en algún momento de su vida? A una persona a kilómetros de distancia de su hogar que, definitivamente, no tenía nada qué ver con Irlanda. Si nada de eso hubiera pasado, si todo hubiera resultado de manera distinta... Él jamás hubiera conocido a personas tan maravillosas. 

Harry venía detrás de ella, se había encargado de registrar exitosamente el equipaje. Cruzó algunas palabras con el joven de la aerolínea, él asintió y se fue, después le susurró unas palabras a Felicite que la hicieron tranquilizarse de manera casi inmediata, ella asintió y siguió su camino hacia él.

—Estúpido —susurró ella hacia Niall, acto seguido le tomó la mano para seguir caminando—. Sólo me controlé porque hay gente aquí y no quiero una acusación de intento de asesinato. 

Él la miró comprendiéndola y la abrazó por los hombros. 

Estaba rodeado de personas maravillosas que tenían vidas difíciles... como él. Vidas llenas de terror, de tristeza, remordimiento y dolor. Felicite, su mejor amiga, había vivido el infierno en vida y por un tiempo pensó que ambos podían ayudarse a levantarse de nuevo ya que habían pasado por situaciones similares: habían perdido al gran amor de su vida.

Pero en realidad Niall jamás lo había perdido, había estado vivo siempre y estaba agradecido con la vida por eso, por brindarle una segunda oportunidad, por no quitarle a Zayn el resto de sus días. Sentía que el pecho se le inflaba y el corazón revivía. Había soñado con esto tantos días y el hecho de que ahora fuera real simplemente le resultaba tan... mitológico. No descansaría en paz hasta tener a su novio entre sus brazos.

Miró de reojo a Fizzy de nuevo y pudo ver un ligero dolor en su expresión, sabía muy bien lo que ocurría... Sabía exactamente cómo podía sentirse ella respecto a la situación por más que quisiera ocultarlo en su personalidad dura y ruda. 

Detrás del arcoíris ||L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora