Capítulo 2

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Narra Pablo
El tormento de esta mañana ha desaparecido por completo, las bromas entre mi equipo y yo ha hecho que estos nervios se calmen un poco. Porty al enterarse de que tenía algo debajo de sus narices ha ido corriendo al baño a quitárselo.
-Sois malos-nos comenta Carlos en ese momento donde Lolo y yo lloramos de la risa.
-Lo hacemos con cariño-sugiere Lolo, Porty vuelve enfandado por la broma.
-Ya sabeis que yo os admiro a todos-justo en ese momento una mano se posa en mi hombro.
Por un momento me asusto hasta que me doy la vuelta y veo a una chica alta, delgada, con la melena tocándole los hombros, morena y liso con los ojos, algo rasgado y marrones café.
-Perdone ¿Eres Pablo Moreno?-por su acento podría decir que es de Canarias-Llevo quince minutos esperándole-miro mi reloj y me llevo las manos a la cabeza, nos hemos pasado dos horas en la cafetería y se me había olvidado por completo la entrevista.
Antes de decir nada le doy dos besos, los nervios vuelven a inundarse dentro de mi-Perdoname, se me ha echado el tiempo encima-mi banda pagan la cuenta por mi, por el rabillo del ojo puedo presenciar el guiño de Lolo, no sé que tramará pero seguro que no es nada bueno.
-Me ha dicho el recepcionista que te encontraría aquí-rie nerviosa y moviendo la cabeza, con ella su melena-Antes de decir nada, mi amigo te hará una foto y ya se marcha.
-¿Tengo que poner alguna pose?
-Creo que con tu sonrisa, basta-y se sonroja al decirlo, tímida y valiente, los dos sabemos que es un cumplido.
La obedezco y el flash de la cámara antigua del chico me ciega por un momento-Ya hay cámaras más modernas-le bromeo antes de que se marche-¿Vamos al hotel hacer la entrevista?
-Pienso que este es un buen lugar, se puede reflejar tu humildad-se sienta delante de mi, sus ojos apoyados en mi por pequeños momentos ya que cada vez que la miraba los apartaba.
-Venía aquí en mis tiempos de estudiante, me sentaba en esa mesa-señalo a la mesa que está en la esquina en frente de la ventana-Me decía ¿Algún día estaré en ese hotel? ¿Le cantaré a Madrid?-rio nervioso-Soy un gran soñador y cada vez que cumplo alguno me pongo más retos.
-Quién no quisiera cumplir sus sueños-asiento.
-Hay sueños que aún no se han cumplido. Hay veces, que tengo todo menos lo que una persona sueña. Tener su mujer, sus hijos, mi sueño es formar una familia.
-¿Y tienes ya tu chica?-me rasco la barba y sigo sonriendo mientras acaricio el vaso del café.
-Me habían dicho que no eráis prensa del corazón-aquello le intimida mucho-En ello estoy-digo pícaro-Pero no es fácil y más teniendo fama.
-¿Te han negado alguna vez por la fama?
-Mi corazón está sano y eso es lo más importante-evito contestar esa pregunta antes de meterme en un lío.
-Acabas de decirme que vives en ese hotel-asiento-Pero sueles venir muchas veces a Madrid ¿no tienes alguna casa?
-Tengo, pero me he traído a toda la familia y tantos no cabemos-ella sigue anotando lo que digo, más de una vez la he visto hacer garabatos con tal de no mirarme.
-¿Y qué piensas del éxito que has tenido en tan poco tiempo?
Y por fin salta las cosas que tantas veces tengo que repetir y por fin cuento lo que me interesa en esta entrevista.

~Varios minutos después~
-Gracias por la entrevista-se ajusta la falda y justo cuando se va a levantar la paro.
-Podrías contarme algo más de ti-se vuelve a sentar, esta vez acomodándose-Antes me has dicho Pablo Moreno, querías conseguir mi confianza, ahora soy yo el que me pongo en tu lugar-rie nerviosa fijándose en los coches que pasa por la carretera.
-Tienes razóm-y por primera vez en la entrevista me mira fijamente a los ojos-¿Qué quieres que te cuente?
-Tu nombre, tu edad, tu procedencia porque tu acento no es de aquí precisamente.
-Pues si hemos entrado en confianza-reimos-¿Este cuestionario se lo sueles hacer a todas las periodistas?
-Tal vez-doy un trago al café observándola-A todas las periodistas guapas-guiño un ojo poniéndose roja como un tomate.
-¿¡Perdona!? Pero yo de guapa tengo poco.
-Perdona-digo imitándola, ella abre los ojos como platos, rio-Pero eres guapísima.
-Ya te he visto yo a tí-y al terminar me doy cuenta de un pequeño detalle, se muerde el labio inferior-Me llamo Natalia, 27 años y soy de Canarias pero trabajo aquí-mira el reloj de su móvil y esta vez la que se echa las manos en la cabeza es ella-¡Por dios! Mi jefe me mata-recoge el papeleo rapidamente-Gracias de nuevo por la entrevista.
-¿Te llevo en coche?-niega y en la puerta de la cafetería me da dos besos.
-¡Así hago el ejercicio que no he podido hacer esta mañana!-y sale corriendo con los tacones como un pato mareado, rio al ver la escena y al poner las manos en mis bolsillos me doy cuenta de un papelito, hay números escritos en él y al contado se que es su número. ¿Cuándo me lo habrá metido en el bolsillo?

No quiero verme soloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora