Narra Raquel
-¿Te pasa algo?-le pregunto viendo sus movimientos en el asiento del avión, es peor que un niño pequeño, no se está quieto.
-No me gustan los aviones-rio pero a él no le hace gracia, agarra muy fuerte el brazo del asiento y yo le cojo la mano.
La azafata es testigo de las miradas tímidas entre los dos después de ese acto, creí que soltaría mi mano pero no lo ha hecho, es más, ha llegado a acariciarmela como hacía antes, apoya su cabeza en el respaldo y suspira más tranquilo.
-¿Desean algo?-pregunta la azafata fijándose en él, mis celos aparecen pero intento disimularlo.
-¿Cuánto falta? Esto se me hace eterno-la azafata rie y yo sonrio, no me fio de esa mujer ni un pelo.
-¡Si acabamos de sentarnos! Este novio mío...-Pablo me mira atónito, la chica sorprendida se marcha sin decir nada más.
-¿A qué ha venido eso? Sabes que aún no te he perdonado-suelta su mano, acabo de cabrearlo y me siento mal por ello.
-¿No has visto como te miraba? Parece que te estaba comiendo con los ojos-rie, me pongo roja de mi enfado y del ridículo que acabo de hacer.
-No pensaba que fueses tan celosa-me quedo blanca al escucharlo, no pretendía parecerlo.
-Y tú tan rencoroso-muerde su labio y ahí se acaba la conversación.Narra Pablo
Después de esa conversación no he hecho más que darle vueltas a sus palabras, esa no es la Raquel de la que me enamoré, todo esto la está afectando mucho. Los dos miramos la pantalla viendo la película, Raquel apoya su codo en el brazo del asiento y su cabeza en su mano, le falta poco para quedarse dormida.
La atraigo hacia a mí, apoya su cabeza sobre mi hombro y cierra los ojos-Hagamos un trato-le susurro peinandola el pelo con mi mano-Te perdono si no te vuelves a poner más celosa-sonríe.
-Vale-me susurra y se acomoda en mi hombro hasta conciliar el sueño.-Que bonita imagen-la azafata nos despierta, la miro desorientado y me doy cuenta de que estamos en el avión.
Al levantar mi cuello siento un fuerte dolor en la parte izquierda, me he quedado dormido apoyado en la cabeza de Raquel.
-Mi cuello-se queja también ella, reimos, vamos a necesitar un buen fisio.
La azafata nos ha traido agua para aclarar nuestra boca, miro por la ventana y veo la lluvia que cae, por suerte no hay problemas para aterrizar.
-Espero que hayan tenido un buen viaje-nos comenta la chica al salir del avión.
Piso de nuevo una de las ciudades que más quiero yo y que puede que influya para que los dos volvamos a empezar de cero.