Capítulo 20

268 16 1
                                    

Narra Raquel
-Sé un lugar perfecto para comer-saltamos de piedra a piedra cruzando a través del río para llegar al otro lado, llegamos a un camino de arena más estrecho de lo normal, ya que ayer estuvo lloviendo y el caudal subió.
Subimos una pequeña cuesta y en frente de nuestros ojos tenemos una cascada más pequeña que la otra y con menos agua.
-Detrás de esa cascada hay una cueva-mi sangre se hiela al saber sus intenciones.
-Estarás de coña-decimos a la vez Maite y yo, Marina es cómplice de nuestras miradas de temor, ella ríe.
-Veis ese pequeño camino-seguimos con la mirada lo que su dedo indica, es verdad, si que lo vemos-Come on!-se sujeta a unas pequeñas rocas y con sus pies apoyadas en ese pequeño camino.
-Como muera te voy atormentar todas las noches con el Come on-rio, yo soy la segunda en llegar a la pequeña cueva y Maite la tercera, Marina tiene razón, merece la pena pasar miedo para ver esto.
-Parecemos pocahontas-reimos con mi comentario, saco mi sandwich de jamón yempiezo a comer.
Mientras, todas encendemos el móvil y por el grupo Regalices #5 compartimos las fotos que nos hemos hecho, falta Manuel y Rafa que por desgracia no han podido. Los dos son pareja desde hace mucho tiempo, podría decir que desde que nos conocimos, es decir, primero de la E.S.O.
Rafa: Corazones que envidia me dais.
Manu: No te preocupes cari que ya iremos nosotros.
Marina: Claro, como divas que sois.
Manu: Diva se nace y no se hace.
Maite: Jajajaja, tendríais que ver el pie de Raquel cuando ha pisado un charco.
-¿Eres tonta?-le digo a Maite de broma, ella me saca la lengua-Dame un poco-ella lleva un bocadillo con un trozo de tortilla de patatas y eso me chifla, junto con las almejas malagueñas.
-No, por decirme tonta-refunfuño, Sole tiene razón, tendremos veinti tantos años pero hay veces que parecemos niñas pequeñas.
Y hablando de Sole, deprisa y corriendo le envio las fotos, todas acabamos de comer y salimos de la cueva. Caminamos por donde se encuentra la gente y los chiringuitos. Cogemos nuestras toallas y sombrillas y por suerte nuestro sitio no está ocupado por nadie, no tardamos nada en dejar las cosas antes de que nos lo quite alguien. Nos quitamos la ropa luciendo nuestro cuerpo con el bikini, nos tumbamos y cogemos el Sol.
-¿Os habéis enterado de que la hija de la churrera tiene novio?-comenta Maite para cortar en silencio.
-¿La vecina de Rafa?-comenta Marina algo perdida, Maite asiente-¡Qué fuerte! Hagamos una porra, no mejor dicho.
-Yo digo que duran un mes-resopla-Ahora me apetecen churros con chocolate-ellas siguen con sus conversaciones de marujas, yo en realidad no les estoy haciendo caso, es más, creo que me estoy quedando dormida. Pero el sonido del móvil me desvela, en la pantalla del móvil aparece el nombre de Pabletey siento cosquillas dentro de mí.
Me separo de ellas, sentándome debajo de un árbol, no sé que querrá después de estar un mes sin hablarnos-Hola Raquel-su voz me llega dentro de mi y muerdo mi labio-Bonitas fotos, sales muy guapa.
-¿Cómo?-no entiendo a que se refiere.
-Me has mandado por Whats unas fotos-me llevo la mano a mi cabeza culpandome por mi estúpidez, por las prisas me he equivocado de destinatario.
-No eran para tí-se produce un largo silencio, creo que no debería ser tan dura con él-¿Cómo estás? ¿Ya estás en Canarias?
-Muy bien y ¡Sí! Como me gusta esta tierra, sobre todo los gofios- rio, a pesar de todo, no me viene nada mal hablar un rato con él, creo que lo echaba de menos-Ya veo que tú estás perfectamente-si él supiese...
-¿Y has visto a Natalia?-escucho como traga saliva y sonrio dentro de mí, le molesta que le pregunte sobre ello.
-Sí, me dice que te dé recuerdos-se me rompe el corazón al saber que están juntos, con Natalia dejé de hablarme mucho tiempo.
-He de colgar-y no le dejo tiempo para despedirse, apoyo mi cabeza en el árbol y suspiro removiendo mi flequillo, rio con lágrimas en mis ojos.
Me levanto de allí, me acerco a ellas y me vuelvo a tumbar apoyando mi cabeza en mis brazos, solo quiero quedarme dormida.
-¿Estás bien?-me pregunta Marina, asiento-¿Quién era?
-Nadie-sentencio.
-¡Chicas!-grita Maite que no se ha enterado de las tres frases que acabamos de decir-Vamos a bañarnos que vaya par de chicos buenorros hay en el agua-las dos me arrastran y no tengo más remedio que disfrutar de la tarde, es más, que demonios, para eso he venido aquí, corro hacia ellas y me meto al agua perdiendome en ella.

No quiero verme soloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora