Capítulo 22

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Narra Pablo
-Llevas varias semanas muy serio-comenta mi madre desde la cocina, Casilda prepara la comida para toda la familia, me encanta estos momentos donde todos nos reunimos.
-Estoy bien, no te preocupes-coloco los platos sobre la mesa dejándolo todo con orden.
-¿Voy a tener que regañarte como cuando eras chico?-coge de mi mano y me obliga a sentarme a la silla-Aunque ya seas un adulto, sigo siendo tu madre y me sigo preocupando por vosotros-me siento incómodo porque no quiero que nadie sepa lo que sufrí hace poco-¿Es alguna chica?
-Es el trabajo, no es nada-evito mirarla y ella sigue acariciando mi mano como cuando era pequeño y tenía pesadillas, en esos momentos ella se sentaba a mi lado, acariciaba mi mano y me cantaba La Vie En Rose hasta quedarme dormido.
-No me lo creo-confirma-A tí te pasa algo, no me gusta verte así.
La pequeña Sofía interrumpe la conversación entrando en la sala, con una pequeña sonrisa y con sus manos a sus espaldas.
-¿Qué quieres Sofía?-pregunta mi madre, ella se rasca la nariz y me observa.
-Abu, quiero hablar con el tito-ella se resigna a lo que dice la pequeña y se marcha dejando la silla vacía donde después de varios segundos Sofía se sienta.
-Esa sonrisilla la conozco yo-se sonroja y rie.
-Tito, tito ¿No tendrás regalis de los que te regalan? Mamá no me quiere dar-rio con ella, busco en un pequeño cajón y encuentro una bolsa lleno de regalices que me dan las fans.
-Pero no se lo digas a nadie-se lo guardo dentro del pequeño bolsillo-Es nuestro pequeño secreto.
-Vale, lo guardaré entre todos los muñecos-le guiño un ojo y le revuelvo el pelo-Tito ¿Por qué no tienes novia?
-¿Por qué crees que debo tenerla?-y esa pregunta hace que me duela por dentro pero intento que no lo note.
-Los papis de Almudena tienen tu edad y ya están casados.
-Lo bueno se hace esperar-me doy cuenta de que no se ha enterado de lo que acabo de decir-Cuando seas un poco mayor lo entenderás.
-¿Te puedo contar un secreto? ¡Pero no se lo cuentes a nadie! Si se entera Almu me mata-asiento y se acerca a mi oreja-Sus padres se van a divorciar, no sé que significará pero dice que es grave ¿Tú crees que es una enfermedad?-rio al enterarme de la última pregunta.
-No pequeña-intento explicarselo para que me entienda-Cuando dos personas no se quieren, se distancian y hacen sus vidas por separado.
-¡Aaaah! Ya me había asustado ¡Entonces no te eches novia! ¡No quiero que mi tito haga su vida él solo! ¡No quiero que me quiten a mi tito!-rio por los disparates que me dice, Casilda entra a la sala llamándola, Sofía antes de bajarse de la silla me guiña un ojo, guarda mejor la bolsa de regalices y marcha con su madre.
-¡Antes de ir a comer! Tengo que dejar una cosa en la habitación de la abuela-la escucho gritar por el pasillo.
-Te acompaño que luego te caes por las escaleras-dice Casilda agarrándole de la mano.
-¡Qué no! ¡Qué fue porque no pise bien!-pero Casilda no se conforma y la acompaña a subir las escaleras, me echo la mano en la cabeza, seguro que le pilla nuestro secreto.
Y lo confirmo cuando Sofía baja llorando y mi hermana con la bolsa en su mano-¿No le habrás dado esto a la chiquilla?-me regaña esta vez a mí.
-Por unos regalices no pasa nada.
-Luego no tiene ganas de comer, eso es lo que pasa-me da la bolsa y lo vuelvo a dejar donde estaban-¿Vienes a comer?-pregunta Casilda a su hija, ella niega-Pues si no vienes te quedas sin regalices-Sofía enfadada se sienta en el suelo y Casilda la deja ahí, con su enfado y sus lágrimas en los ojos.
La recojo del suelo y la levanto del suelo intentando tranquilizarla-Haz caso a tu madre pequeña-los dos entramos a la cocina donde toda la familia están ya sentados.
-Te quiero tito-me susurra en la oreja, sonrio y le doy un pequeño beso en la mejilla evitando mis ganas de llorar.

No quiero verme soloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora