Narra Pablo
Miro de nuevo el teléfono, espero que Natalia me haya dado la dirección correcta. Doy varios golpes a la puerta y una chica baja, con el pelo castaño y ojos verdes me abre. Siento el mismo cosquilleo que cuando conocí a Natalia pero ahora solo me importa ella. Puedo notar sus ojos rojizos y mirada melancólica aunque su sonrisa diga lo contrario.
-¿Se encuentra...?-y antes de que termine la frase me interrumpe.
-No está-me quedo allí un rato hasta que finalmente decido irme-¡Espera! ¿Puedo hablar contigo?-y asiento, quisiera saber el motivo de sus ojos tristes.
Me invita a sentarme al sofá con ella-¿Cual es tu nombre?
-Raquel
-¿Raquel a secas?-y asinte, rio-A secas-por fin escucho su risa melódica, es lo único que quería que saliese de su boca, observo la mesa que hay en frente nuestra y veo varios papeles sueltos-¿Estudias? Pensabas que trabajabas como ella.
-¿Tan vieja me ves?-vuelvo a reirme negándome a esa pregunta-Me falta una nota para saber si he aprobado segundo de Universidad.
-Espero que tengas suerte-y asiente como agradecimiento-¿Qué querías contarme?
-Verás Natalia se va mañana a Canarias, le han despedido del trabajo-suspiro, será duro tenerla tan lejos-Pero en realidad lo que quería contarte...-y escuchamos abrirse la puerta.
Cuando vemos aparecer su cara en la entrada, Raquel se separa de mi y se marcha de la casa sin decirnos nada.
Natalia me abraza al verme-Ya te lo habrá contado-asiento-Lo siento... Necesito pensar.
-Lo entiendo, esperaré lo que sea-le quito sus lágrimas cuando acaricio sus mejillas-En un mes tengo concierto en las Islas Canarias-y sonríe entre sus lágrimas-¿Te veré?
-Me verás.~Una hora antes~
Narra Pablo
He quedado con Ariel en el parque que hay al lado del cine, me espera sentado en un columpio, tan guapo como siempre.
-Hola nena-dice mientras me siento en el otro columpio y él se acerca dándome un beso-Te echaba de menos. ¿Qué te ocurría ayer?
-Ariel...-y rompo a llorar-Perdoname-él sigue columpiándose como si no le importase nada que ahora mismo esté decaida.
-No llores ¿Por qué te tengo que perdonar?-saca de su bolsillo un paquete de cigarros cogiendo un cigarro y colocándoselo en la boca.
-Ya no te quiero-comento sorprendiendole-Quiero cortar.
-¿Cómo? ¿Es por Raquel?-dice contrarieado.
-No, ya no siento lo mismo que cuando me invitabas a bailar en la discoteca-una lágrima se le escapa-Lo siento.
-Pero... Yo te quiero-empiezo a correr de allí dejando que el viento se lleve sus palabras y no lo vuelva oir de sus labios.