Narra Natalia
El aire choca contra mi cara removiendo el pelo mientras espero apoyada a un árbol a Alex que me recoja del instituto. Una moto se acerca a lo lejos y se para delante de mi. Un chico pelirrojo con unas gafas de sol y una chaqueta negro de cuero me presta su casco. Me da un beso en los labios y me invita a subir a su moto. Lo hago, me sujeto en sus caderas y él arranca.
-¿Qué tal el instituto?-dice acelerando la velocidad e interrumpiendo mis pensamientos.
-Un coñazo, como siempre.
-Podrías dejarlo. Podríamos irnos lejos de aquí, la E.S.O no vale para nada, hay gente con carreras en paro-comenta sarcástico.
-No encuentro el momento de dejarlo-resoplo, yo también quiero hacer como hizo él, escaparse de casa, vivir con un amigo y ser libre, sin las normas de tus padres.
-Yo te puedo ayudar, bebé-al girar la cabeza a mi izquierda veo a un amigo suyo que se está peleando con otro.
-¿Ese no es Dani?-Alex mira y se dirige allí.
Se baja de la moto y yo me quedo allí paralizada por el miedo hasta que veo que Alex está pegando al hombre extraño.
-¡Parad!-grito separando a Alex hasta que noto que un líquido recorre por mi brazo izquierdo y por el suyo, el extraño tiene en sus manos lleva una pistola.
Intento quitársela pero antes de que me dispare se pone Alex delante mía dándole la bala en el estómago, cae al suelo apoyando sus manos en la herida. El hombre huye y el dolor de mi hombro no es nada por lo que siento al ver la imagen de Alex y Dani tirados en el suelo sin vida.
-¡Nataliaaaaaa!-me grita Raquel al oido-¡Despierta!-me incorporo a la cama, mi camiseta del pijama está pegada al cuerpo por el sudor, tengo los ojos llorosos.
-¿Qué pasa?-digo desconcertada aún.
-Que estabas chillando como si estuvieses poseida-el silencio incómodo vuelve a la sala-Quería hablar contigo.
-Que anoche la jodistes-asiente, intento volver a la realidad y después de lo que he soñado no puedo pensar una vida sin ella-Mira me voy dentro de varias horas y no quiero que se termine de esta manera nuestra amistad.
Ella me abraza fuerte y llora en mi hombro-¡Gracias por perdonarme! Ya sabes como me pongo cuando me enfado...
-Te entiendo-e intento cambiar de tema-¿Podrías ayudarme con la maleta?-asiente y le empiezo a contar lo que me ha pasado con Pablo en estos días.
~Media hora después~
Llego al aeropuerto arrastrando la maleta y al entrar por la puerta no se a donde dirigirme. Por suerte por el altavoz cuentan donde debo ir, entrego el billete y antes de entrar unos gritos me sorprenden.
Veo a un chico correr y me doy cuenta de que es Pablo, la gente se le queda mirando al reconocerlo y yo me acerco a él antes de que haga más escandalo y atraiga a la prenda. Me lleva a un lugar más íntimo y me da un beso como la otra vez antes del concierto.
-¿Te crees que te ibas a ir sin despedirme de ti?-me avalanzo a él y le doy otro beso.
-Te echaré de menos-le susurro al oido.
-Yo también-me vuelve acariciar el pelo-Te quiero-y el sonido del altavoz me avisa de que esto se acaba ya.
