Narra Raquel
El ambiente melancólico inunda el sitio donde contemplamos como entierran a mi querida amiga. La familia recibe el pésame y sus ojos siempre se posan en mí con rencor, odio, como si supieran que yo he tenido la culpa de que ahora su Natalia esté bajo tierra.
No lloro por ella, no tengo ya fuerzas en ningún lado, el único que me mantiene en pie es el hombre que acaricia mi hombro suavemente mientras una lágrima resbala por su mejilla, él cree que pienso que se ha puesto las gafas de Sol para disimular su identidad pero no solo pienso eso, a él también le ha destrozado el alma. La quería, es más, eligio a ella antes que a mí pero se arrepintió, no se porque, pero lo hizo. Me siento un estorbo, si no me hubiese metido entre los dos, si yo siguiese con el detergente, ella viviría con Pablo, tendrían hijos, suelto un suspiro al pensar en un mini Pablo y una mini Natalia, serían tan adorables. ¿Y una mini Raquel? Es bonito imaginarse las cosas cuando son imposibles de alcanzar, quien sabe cuando Pablo me dejará por alguien muchísimo mejor que yo, quien sabe si llegaré al punto donde Natalia se encuentra ahora mismo, quien sabe nada.
Su madre se acerca y le doy el pésame, su rostro muestra el dolor y el cansancio que tiene ahora mismo. Pablo hace lo mismo con una voz distinta a la de él, lo miro extrañada y él baja su mano a mi espalda.
-¿Sois novios?-nos pregunta, no sabemos que decir, nunca nos hemos planteado serlo pero ya todo lo que ha pasado en estos días no queda duda.
-Si-dice timidamente Pablo, yo solo asiento.
-Que duréis mucho-no creo, pienso, volvemos asentir de nuevo.
El cementerio siempre ha sido uno de los lugares a los que nunca he podido ir, ni cuando murió mi padre. Pensar que la gente en algún momento puede salir de su tumba me horroriza pero al lado de él me siento segura. ¿Se imaginan a Pablo matando a zombies con su guitarra? A más de uno le dejaría más tieso de lo que se encuentran ahora.
-¿Qué harás mañana?-pasado mañana vuelve a tener otro concierto y yo creo que debería volver a Albacete.
Resopla-Cierto-comenta leyéndome la mente con esos ojos que más de una vez me han dejado embobada-Podrías venirte conmigo de gira-y la propuesta suena muy bien, estaría todo el rato con él.
-No puedo, mi familia, mis estudios, no lo puedo dejar atrás.
-Pero tendrías algunos días para estar con ellos, por lo menos hasta que tengas que entrar de nuevo a la Universidad.
-Lo siento-me da un abrazo-Ya sabes que si pudiese lo haría.
-Lo entiendo-me abraza más fuerte que antes y posa su cabeza sobre mi hombro-Te voy a echar de menos.
-Aún no me he ido-acaricio sus rizos, cuantas veces habré deseado hacer esto.
-No quiero verme solo-me confiesa en un susurro y sus lágrimas mojan mi hombrera, nunca lo he visto de esta manera, esto no esta siendo fácil para ninguno de los dos.
-Nunca lo estarás-le doy un tierno beso y hago lo mismo que él, apoyo mi cabeza sobre su hombro, miro la lápida de Natalia y cierro los ojos con tal de no llorar.