Capítulo 21

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Narra Natalia
Estamos los dos tumbados en mi cama, desnudos, después de una mañana de sexo, calor y de vicio.
Él me acaricia mi costado suavemente, algo tentador pero no se donde podría sacar mis fuerzas, me observa detenidamemte y me fijo de que está muy serio.
-¿No te ha gustado?-llamo su atención, me da una pequeña sonrisa-¿Este era el regalo?-asiente-Pensaba que iba ser otra cosa.
-¿No te ha gustado?-niego de broma, empieza hacerme cosquillas saliendo mi risa nerviosa-Antes no decías eso-somos cómplices de nuestras risas, ojala fuera eterno este momento, que nunca se fuese de aquí pero nunca acierto.
Se levanta vistiendose-¿Ya te vas?
-Tengo cosas que hacer-comenta de nuevo con seriedad, quiero saber que le pasa, le atrapo con mis brazos dándole pequeños besos en su mejilla.
-¿Qué te pasa mi amor?-no dice nada, silencio, aparta mis brazos para abrocharse los botones.
Rodeo mi cuerpo con la sábana haciéndole un nudo en la parte derecha, le sigo por el pasillo detrás de su espalda.
-De aquí no te vas hasta que me cuentes que te ocurre.
-No lo hagas más difícil Natalia-sus ojos son cristalinos, a punto de romper a llorar, su respiración es entre cortada y me siento culpable de que le haya hecho daño.
-Déjame ayudarte-le sujeto de las manos pero él los aparta-¿Qué te he hecho yo para que me trates así?
-¿No te das cuenta? ¿No te das cuenta de que ya no te quiero?-pongo mi mirada en el suelo intentando que no se de cuenta de que estoy llorando, por dentro siento un fuerte ardor que me está quemando por completo.

Narra Pablo
-¿Solo querías que nos acostaramos?-aparta con su mano las lágrimas, no la puedo ver así pero ya estoy harto de engañarme a mí también.
-No, quería intentar volver a sentir lo que sentía por tí pero no hago más que pensar en Raquel...-sus ojos se abren como platos, no tenía intención de decir su nombre pero lo acabo de hacer, acabo de cometer el mayor error que he cometido en mi vida.
-¿¡Raquel!? ¡Impresionante!-grita-Mi mejor amiga y mi novio me engañaban-abre la puerta y me da un empujón para salir de su casa-No sé a que esperas, ves a buscarla pero por aquí no vuelvas más-y cierra la puerta en frente de mis narices.
Camino por las calles de Canarias hasta llegar al hotel, en mi habitación, me tumbo en la cama mojando la almohada con mis lágrimas.
El sonido del móvil suena varias veces, es Raquel mandándome fotos de ella y sus amigas en un lugar precioso, sonrio timidamente, sigue siendo guapísima, como me gustaría volver a escuchar su voz. Tecleo su número y por suerte me lo coge comenzando una conversación.
-¿Y has visto a Natalia?-me pregunta, suspiro, no quiero hacerle daño a ella también, se merece a alguien mucho mejor que yo.
-Sí, me ha dicho que te dé recuerdos-y con eso cuelga, lo suponía, aparto el móvil y me tranquilizo para dar paso a mis recuerdos junto a las lágrimas.

No quiero verme soloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora