Hacer el amor es cosa de dos

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-Louise, yo no estoy segura de esto

-No puedo creer que ahora seas tú la insegura

Me río un poco y subo con delicadeza su camisa. Ambas estamos lejos de todo, decidimos irnos solas a ver que pasaba entre nosotras, alquilé una cabaña por dos días y dejamos a la pequeña Anna con la madre de Louise. Llegamos hace cuatro horas y yo no hice más que evitar tener contacto físico, me sentía nerviosa respecto a tener relaciones con Louise, pero es algo inevitable con lo que hay entre nosotras.

-Sabes, podrías hacerlo más rápido- se burla de mí y yo termino rompiendo la camisa

-¿Así de rápido?- se la quito y ella asiente para después besarme con pasión.

Estamos de pie frente a la cama, no sé como terminamos aquí, solo que sé que no hay vuelta hacia atrás. Ella me quita mi polo y procede con desabrochar mi brassier. Yo quito el suyo, que aún sigue siendo negro, como siempre y la recuesto con suavidad en la cama. Louise no deja de besarme por ningún segundo, tiene sus brazos rodeando mi cuello, dejándome sin escapatoria a sus labios cálidos. 

Acaricio sus senos con ambas manos, lo hago con suavidad y muy lento, tengo todo el tiempo que desee para tomar todo lo que desee de ella. Ya tengo su corazón, solo me falta su cuerpo pero lo quiero tomar con amor, como ella lo merece. 

-Anna, por favor bésalos- dice sin separarse de mí.

Bajo mis labios por su cuello, besándolo y mordiéndolo con suavidad. Beso sus clavículas, sus hombros y luego sus senos, uno por uno, tomando el tiempo de disfrutar su sabor, la suavidad de su piel, la textura de sus pezones mientras escucho sus palabras que me piden que siga, sus gemidos cuando muerdo sus pezones. Intento no succionar pues ella tiene leche materna pero me resulta imposible y termino probando un poco de leche. 

Ella me levanta el rostro con ambas manos y me besa con una paciencia maldita.  Con algo de temor una de mis manos va a su pantalón y desabrocho el botón, desciendo el cierre y se lo saco de a pocos, ella se termina de sacar la prenda con las piernas y me atrapa entre sus extremidades inferiores. Acaricio sus muslos mientras me besa y gime en mis labios, me siento nerviosa, aunque ya lo haya hecho, se siente como si fuera la primera vez para ambas, como si fuéramos esas niñas de 17 años, inocentes e inexpertas. Me susurra cosas dulces y tiernas que parecen fuera de lugar con todo pero sé que son aquellas frases que se guardó todo este tiempo, todas las palabras que calló y tanto quise escuchar, una por una, diciéndolas con amor mientras beso su cuerpo y llego a su monte v y beso suavemente al ritmo de sus palabras que se entrecortan y aceleran cuando llego a su clítoris.

Tiene un sabor delicioso, una suavidad y está muy pero muy excitada. Sus gemidos entrecortados, su forma de mencionar mi nombre en gritos, la manera en la que agarra mi cabeza acercándome a ella, el ritmo de sus caderas que se mueven dándome un mejor acceso. Muerdo y succiono a mi gusto, ella reacciona diciendo mi nombre en un grito mientras llega al deseado orgasmo.

Con la respiración entrecortada regreso a sus labios, besándolos suavemente, con tiempo... todo el tiempo que quiera ella es mía.

Desabrocha mis pantalones y los tira hacia abajo, me los quito y ella se muerde el labio, me sonríe y nos quedamos así por un tiempo: yo sobre ella, sus brazos en mi espalda, sus piernas abrazándome,  mis ojos en los suyos, los suyos en los míos, nuestras respiraciones agitadas, corazones reuniéndose para ser uno y mentes libres a causa de la pasión que llevaba 4 años encerrada.

Ella cierra los ojos cuando mis manos se apoyan en sus caderas, dispuestas a quitarle esa prenda. Lo hago y siento que su cuerpo se acelera, nervioso, tímido y a la vez impaciente. Louise me mira con ese marrón intenso debido a la excitación, coloca sus delgados dedos en el inicio de la última prenda que nos separa y la baja con tranquilidad hasta que con sus pies la termina de sacar.

Sé lo que viene, lo que ella quiere, lo que ambas deseamos. La beso con fuerza y me permito dejarla sin respiración y morderla a mi gusto. Acomodo mi pierna derecha entre la suya y siento la humedad de su cuerpo en mi piel. Louise levanta un poco su pierna que está entre las mías y me hace sentirla contra mí. 

Me muevo contra ella, apoyando mis manos al borde del colchón y mi rostro en su cuello. Ella acaricia mi espalda y se mueve a mi ritmo, haciendo que el encuentro sea mayor. Me muevo más rápido contra ella y sus gemidos se convierten en gritos de excitación pura, sus manos van a mis senos y los acaricia al ritmo de mis movidas. 

Me levanto un poco y quedo sentada sobre ella, aprovecho el hecho de que sea flexible y hago que abra más las piernas para mejor acceso.

Me muevo, ella se mueve. Gimo, ella gime. La miro a los ojos con amor y ella me sonríe con ternura.

Ambas nos estremecemos cuando el orgasmo invade nuestro cuerpo. Louise agarra mi cabeza con fuerza y me jala hacia sus labios para besarla. En el beso siento sus gemidos ahogados, el calor de su cuerpo y la explosión de su placer. 

Me recuesto a su lado y ella me abraza. Nos quedamos un momento mirándonos, ella tiene las mejillas sonrosadas, los ojos cristalinos y los labios rojos en una sonrisa. Me besa y aprovecha para colocarse sobre mí. No sé pero tengo la sensación que seremos imparables en la cama.

Cuando ella se coloca entre mí para empezar a moverse con fuerza me retuerzo del placer y la sorpresa. La dejo tener el control, moverse a su gusto contra mí y sentir su clítoris contra la mía. Ella separa mis piernas para ponerse en cuclillas y frotarse en mí. De mis labios sale su nombre en un grito al  acelerar sus movimientos y ver la imagen de ella sobre mí, el desorden de su cabello  y el rebote de sus senos. Ella sonríe mientras mantiene los ojos cerrados y luce hermosa.

No puedo dejar de observarla, su forma de morderse el labio, como aferra sus brazos a mis caderas y la manera en la que se mueve como si realmente haya deseado esto por años al igual que yo.

Ambas recibimos el orgasmo en medio de un grito y seguido de un beso.

-Te amo tanto que no sé cómo hacerlo- ella acaricia mi rostro y se recuesta a mi lado, apoyando su cabeza en mi pecho.

-Eres mi vida, no sé cómo es que otra vez estamos aquí pero estoy feliz de esto. De estar a tu lado - le digo y cierro los ojos dispuesta a dormir.

Hoy será la primera vez que duerma al lado de la persona que amo, será la primera vez que despierte abrazando a mi amor, la primera vez que el amanecer no será lo más bello, sino Louise.

Nos entregamos mutuamente y, a pesar de que ninguna era virgen, se sintió como si fuera la primera vez para ambas, tal vez si lo fue. Tal vez las veces anteriores solo fue sexo y ahora ambas hicimos el amor.

Louise era lo que me faltó todo este tiempo para sentirme completa. Ella es mi complemento imperfecto. Ella no es lo que quiero pero todo lo que necesito y eso hace que quiera todo lo que es ella, la esencia de su ser, no su cuerpo, sino lo que está dentro de ella, su alma y su corazón que ahora son míos y pretendo cuidar con mi vida. Cuidar nuestro amor como si fuera lo más delicado, y es que puede que lo sea pero estoy dispuesta a todo por ella y ahora, estoy segura, que ella también lo está.


NENAS

ESJDLKASDJSAKLDAS estoy que muero

yo sé que desde que leyeron el título se mojaron e.e hahaha okno bue gracias por leer y definitivamente este es el capítulo que más amé escribir. Gosh muero muerta bellezas.






I can't Change (Lesbian love) {En edición}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora