No es imposible.

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Hace ya varios años, en la cuidad de los Ángeles, vivía una escritora, no era una escritora tan reconocida, pero era una excelente escritora.

Cierta noche caminando por la calle de esa ciudad, pudo observar como ese país, era esclavo de un mundo de moda, una vida de moda, que parecía más moda que vida. La tecnología cubría por completo esa ciudad. Celulares que remplazaban quizá un libro en las manos de las personas, y eso era horriblemente incomodo de ver. Ella era una mujer rubia, ojos azules, de 32 años de edad, no tenía hijos, soltera, muy bella, que vivía sola en un pequeño apartamento de esa gran cuidad. No era muy sociable, no tenía amigos, únicamente tenia a los compañeros de trabajo en una editora para la cual elaboraba. Su nombre eras Lisbeth, y a pesar de no ser muy conocida, le iba muy bien. No tenia de que quejarse.

Creció junto a la evolución, mas nunca fue parte de ella, hay cosas que la dejaron pensando toda su vida, por ejemplo las cosas que vio esa noche. Y de cómo la modernidad influía viralmente sobre las personas y aun mas sobre las mujeres. En esos tiempos ya se era muy difícil de observar una mujer natural. <<Ya solo se veían mujeres de plástico>>.

Esa misma noche llegó a su apartamento, fatigada por la gran contaminación visual, muy decepcionada de el mundo, de el lugar donde residía. Noche en la cual se dedicó a empacar y a pensar, a pensar y a empacar, ya que se mudaría, ya la vida en esa cuidad la tenia harta con sus derroches evolutivos.

Ella tomó un vuelo, fuera del país, un vuelo a una nueva vida, no tenía a quien extrañar, ella estaba completamente solo, le fue fácil cambiar de vida.

Llego a Guatemala: observó el paisaje, se sorprendió un poco al ve como un país tercermundista, que aun no lograba su desarrollo en totalidad, ya era esclavo de ese mundo de moda. No le tomo tanta importancia, tomó un taxi el cual la llevaría hasta su nuevo hogar, un lugar retirado de la ciudad capital.

Por el camino se encontraba con enormes árboles y el viento fresco golpeaba su rostro que sacaba por la ventana, todo era hermoso y verde, se podía escuchar el cantico alegre de las aves. Ya no se respiraba aquel olor desagradable a combustible y a hule, sino al dulce olor de las flores, a humedad, a frescura. En ese lugar donde aun la tecnología no lograba corrumpir por completo, sino que las personas aun sabían que era trabajar humildemente en la tierra, crear animales. Las aves se confundían con otras aves en el cielo, esos árboles bailaban y cantaban al ritmo del viento, campos verdes de siembras y pastos donde los ganados comían. ¿Cuál belleza podría compararse con la que mis ojos ven? - Se preguntaba en silencio mientras lo admiraba

Su pequeña casa, que estaba situada a la orilla de la calle de terracería, al frente solo había un inmenso campo verde y una pequeña casa a la lejanía, el cual le seguía un inmenso bosque que rodeaba por completo ese pequeñísimo pueblo de seis casa únicamente. Ella bajó del auto, en el cual viajaba, su atuendo era muy sencillo pero elegante, y mientras el chofer del taxi ayudaba a bajar las maletas, ella admiraba su nueva casa; pequeña, cerrada, no tan lujosa, rodeada de una cerca blanca, con ventanas, muchas ventanas y cortinas blancas, la observó con tanta alegría, con tanta maravilla. Para ella fue como <<Llegar al paraíso>> aun sus ojos no podían creer, ver tanta belleza, aun no podía creer que fuese cierto, que aun pudiese existir un lugar que aun tuviera las huellas de Dios.

Mas allá; en la lejanía en aquel país que había dejado atrás, fabrica de instrumentos para destruir el mundo y más a las personas, ese país, el cual era como un imán que atraía a cualquier persona que quisiese "superar" a por ambición, aquel país que imponía las modas, causante de enfermedades, como la bulimia, la anorexia, el bullying, ese país donde ver la naturaleza era como ver algo que ya casi estaba extinto, cada paso que dabas te tropezabas con un edificio más alto que el anterior. Ese país que era de personas ricas, famosas, de personas con elegancia. Que estaba construido sobre huellas emigrantes. Se podía observar, situado, en la ciudad de Nueva York, la figura de un hombre, no cualquier hombre que mis ojos hayan visto, ni volverán a ver, un hombre de ensueño, su gran cuerpo musculoso, que era como una gran adicción visual, sus ojos, el color del cielo y el mar juntos, su cabello castaño claro, con una altura de 1:84 cm y que siempre sostenía un gran sonrisa perfecta en el rostro, un rostro angelical, un rostro enloquecedor, un hombre de 34 años de edad, adorado por todo el público juvenil y mucho mas por las chicas que soñaban con un príncipe real. Su nombre Christopher Robert Evans Capuano, mas conocido como Chris Evans, "el legendario Capitán América" que estaba a punto de salir a promocionar una nueva película que había dirigido. Un look juvenil; jeans negros, playera roja que odia resaltar su figura ardiente, sus poros mostraban pequeños bellos en su quijada.

Chris era un chico no muy social, pero se ganaba el corazón de quieres lo conocían por su actitud. Luego de salir de su trabajo, se encontró con un amigo en el Gym del hotel donde se estaba hospedando.

-Como te fue hoy? - Preguntó Roy, su amigo.

-Dentro de unos días saldremos a promocionar la película. - Secaba su cuerpo transpirado con una toalla, -Todo apunta que será todo un éxito. -Añade, poniéndose pensativo por un instante, serio e ido. -Tengo el control. -Concluye.

-Que hay de ella? La tienes también? - Pregunta imprudentemente, sacando dos botellas de agua, compartiendo una con Chris. El respondiendo a su pregunta un tanto pensativo dijo.

-Alguien así, Así como ella... se es muy difícil entrar.

-Seguro que existe? -Pregunta Roy.

-Claro que existe, ha de estar e algún rincón de este país, o de este mundo, solo hay que saber en el lugar indicado y en el momento preciso. -Respondió Chris con una sonrisa en su rostro.

- No crees que es mejor esperar? -Aconseja Roy.

-Ya esperé demasiado, ya estoy listo para una familia, Roy la encontraré, estoy seguro de que existe.

-Y si mejor caemos en el bar del hotel esta noche? -Se burla Roy.

-síguete burlando. -Dijo tomando su maleta y marchándose a su habitación. -Nos vemos esta noche en el bar. -Añadió

-Seguro. -afirma Roy, siguiendo su rutina de ejercicio.

Ésa noche, un noche de fiesta, en un bar muy conocido de Nueva York, se sentía la alegría de aquel actor de cine, aquel chico hermosos y perfecto, sonriente y feliz, ¿su felicidad era real? Celebrando con sus amigos su éxito, ¿éxito completo? Y haciendo nuevos amigos. Cada chica que lo reconocía, le pedía autógrafos, fotos y la oportunidad de abrazarlo, tocar sus manos y besar su mejilla, él las complacía.

-Podría estar aquí. -Dice Roy. - Mientras se sentaban en la barra, pidiendo dos cervezas.

-Quien? -Pregunta ingenuamente Chris, mientras se acomodaba la gorra que llevaba puesta.

-Tu hermosa mujer perfecta. -Le comenta, llevándose la botella de cerveza a la boca.

-Crees que jamás la encontraré, verdad? Pido demasiado en una chica, No es así?

-No, no es eso, solo que vea a tanta chicas hermosas, que supuse que te gustaría alguna de ellas. -Dijo Roy observando a las chicas muy codiciosas. Chris únicamente se quedó recostado en la barra , bebiendo su cerveza, mientras que Roy se dirigió a casar a bailar a una de sus amigas.

¿Era tan difícil encontrar una mujer como la de que Chris deseaba: dulce pero ruda a la vez, autocritica, con un gran corazón, compasible, que amara todo lo bello y hermoso del mundo naturalmente hablando como él lo hacía? No era una obsesión, pero en ocasiones le afligía no poder encontrarla, le atormentaba levantarse y no encontrar a nadie a su lado por las mañanas, eso le tenía pánico tener que tomar una decisión y vivir con alguien que no lo hacía feliz por completo. Evans veía alrededor, y veía chicas hermosas que sorprendían sus ojos humanos <<pero no sorprendían a los ojos de su corazón>> pero en sí, él sentía, si él lo deseaba, era porque lo podía tener, si de verdad sentía era porque de verdad existía y no era imposible.



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MAD WORLD. (Chris Evans y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora