¿Aun hay esperanza?

658 38 7
                                    

Ya habían pasado ocho meses, desde aquel día, aquel terrible día en el que Chris cayó dento de aquel inmenso agujero, cayó dentro de la vida de Ellen.  Viviendo una vida sin inicio, y si tenía ¿Cual era? Se preguntaba cada despertar, las imágenes y recuerdos que venían a su mente lo torturaban a diario, cada vez mas frecuentes, mas tormentosas. Odiaba lo que vivía, odiaba su perdida de memoria, odiaba el lugar donde estaba, pero también se sentía agradecido por lo que habían hecho por él. Con la desesperanza teñida en su rostro, ya no era aquel chico famoso, elegante, codiciado por chicas.  Cuando no estaba con Ellen, se mantenía muy serio, con la frente arrugada, deseando que la tierra se lo tragara. Ya no hacia películas, ni comerciales de ropa, ni asistía a eventos importantes, ya no vestía elegante, ni disfrutaba de vez en cuando de un buen vino, sus amistades no eran famosos, ya no viajaba a lugares lejanos, ya esa vida de famoso, no existía. Su presente era el labrar la tierra del campo, sembrar y cosechar verduras, limpiar establos y gallineros, pastorear vacas y darle de comer a los cerdos. No soportaba estar en ese lugar, donde los días de verano los malos olores se hacían intensos, y en los días de invierno te hundías en el fango. Una cama dura y una familia que las discusiones eran de diario se convirtieron en su calvario. Y su nuevo tormento, la llegada de imágenes tan inciertas que llegaban a su mente. Pero lo único que le quedaba era soportar el gran infierno que estaba viviendo, sintiendo que era una carga para todos, incluso para Ellen.

El dolor inmenso que no daba tregua a la familia de Chris Evans, el actor que había desaparecido hace 8 meses, que no sabían donde estaba. El sufrimiento de su madre y el de su padre. Sus hermanos, hundidos en llanto y desesperanza. Vestidos de luto. Unos resignados, otros aun con la esperanza prendida en el corazón. No habían encontrado nada relacionado con él, ni avioneta, ni cuerpo. Absolutamente nada. Las autoridades empezaban a flaquear, ya no querían seguir la búsqueda, pero era una figura pública, asi que tenían que seguir la búsqueda, sin esperanza alguna. Cada día, de esos ocho meses, su familia se  sentaban en la sala, desde temprano, hasta la madrugada, pendientes del teléfono, esperando noticias. La iluminación opaca, las pastillas para dormir se adueñaron del botiquín, los pañuelos no dejaban de sonar narices, el café era el invitado en las tazas de todos, enfriándose en la mesa. El silencio, el pavoroso silencio que gritaba en ese lugar, que cada segundo que pasaba, se hacía más pesado, más asfixiante, mas mortal.
Sentados, de pie, el dolor no daba tregua.  Scott, hermano De Chris, se habían convertido en el pilar de aliento de esa familia, el que mantenía las esperanzas.
en la sala, junto a su madre, acompañados de sus demás familia, sentado, inclinado a si a delante, con sus codos sobre sus pierna,   con sus manos empuñadas, sosteniendo su rostro afligido, esperando noticias, pero sin imaginarlo, su celular sonó.  Se escuchó fuerte, todos se trataron el nudo que retenían en su garganta, las lágrimas cesaron de golpe y Scott respondió y una voz al teléfono le dijo.
—Encontramos la avioneta. —La vida azotó de golpe, dando un profundo respiro. —Necesitamos que vengas. —añadieron. Y sin decir mas colgaron. Dejando una gran intriga en ellos.
—Yo voy contigo. —Se levanta la señora Lisa, con el  alma sostenida en esperanza.
—Claro. Vamos! —Aceptó él, yendo a abrazarla.
—Vayan. Nosotras esperamos aquí. —Dijo Carlie, cruzando miradas con su otra hermana Shaana.

Scott y la señora Lisa, salieron de prisa, con rumbo a el departamento Dr investigación federal(FBI)  Donde le tenían información. Se dirigieron a la oficina del detective Roy, que se había hecho cargo del caso de Chris Evans. Con el pensamiento nulo, con el corazón en las manos iban, esperando lo peor, pero también lo mejor.
—Detective Roy. —Entran a la oficina, su aflicción se les podía notar.  Enseguida Roy se pone de ofreciendo unos asientos.
—Por favor!—Señaló los asientos delante de su escritorio.
—Qué noticia nos tienes Roy?—Preguntó con desesperanza Scoot, tomando asiento los tres.
—Encontramos la avioneta. —Dice Roy acomodándose en su silla declinable.
—En dónde?—Preguntó exigente la señora Lisa, con su aliento quebrantado.

MAD WORLD. (Chris Evans y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora