Un famoso en mi mesa

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Las semanas Trascurrían con tanta normalidad, miradas entre ambos, besos en cada encuentro, sonrisas llenas de alegría y amor se dedicaban a cada instante. Era obvio que su noviazgo los hacia feliz. Ellen, novia de un actor de cine, alguien como ella, sentirse como ella, un fantasma, alguien que por mucho tiempo estuvo oculta bajo la sombra del sufrimiento, alguien que ya había perdido la esperanza de toda estabilidad emocional en el mundo, ella, «Ella era feliz».
Una tarde, William llegó a casa, como de costumbre, de mal humor. Y al encontrar su chaqueta manchada con otro color, se enojó tanto que desquitó su furia con Ellen. Ella estaba en la sala, limpiando los muebles,
-Me puedes explicar esto? -Preguntaba Will con un tono de enojo muy intimidante mientras bajaba las escaleras con la chaqueta en mano.
-No...no sé... -Balbuceaba ella con miedo.
-Mi chaqueta está manchada con otro color. -Le dijo lanzándosela en la cara.
-Fue Melly quien la lavó. -Quizó defenderse ella.
-Sabes cuanto me costó esa chaqueta? -Will la jaló del cabello con fuerza y la arrojó al suelo.
-Esperame quizá pueda hacer algo. Pero no me golpees por favor! -Suplicaba ella, pero aun así él le golpeaba con patadas y puñetazos en el rostro. Minutos después llegó Chris, con leña en loa brazos, los cuales al ver que Will golpeaba a Ellen, los arrojó enseguida, arrebatándole a Ellen de sus puños, lo tomó del cuello y con tanta ira, estuvo a punto de pegarle un puñetazo.
-Si la vuelves a tocar, un solo cabello... ¡Te juro! que vas a tener serios problemas conmigo. -Le advirtió, lanzándolo al suelo sin hacerle nada. Chris levantó a Ellen del suelo, cargándola en brazos y la llevó a su habitación.
Estando en la habitación, el la recostó en su cama, ella estaba sangrando por la boca y nariz, con urgencia buscó en el botiquín que Ellen tenia en el baño, e hizo lo mismo que ella. La curó.
-Estás bien?-Le preguntó preocupado.
-Sí, no te preocupes. -Le respondió, mientras le daba una dulce caricia en la mejilla de Chris. -Ya estoy acostumbrada. Antes de que llegaras esto era de todos los días ¿sabes? "Ya no duele. Dejó de doler hace mucho tiempo."

A Chris se le partió el corazón al escuchar lo que ella le decía, sentía un inmenso enojo contra su familia y una intensa necesidad de protegerla. La abrazó con ternura para hacerle sentir que ya no estaba sola. El le entregó una rosa azúl, que llevaba escondida. Ella se la recibió con una gran sonrisa y un gran beso a eses grandes y jugosos labios.
-Donde la trajiste? -Le preguntó sin dejar de acariciar los pétalos de la rosa.
-No importa. -Respondió tomando la pequeña mano de Ellen para darle un beso.
-Si la vecina te mira robando sus rosas no te ira nada bien. -Le advierte ella.
-Tu vales los riesgos. -Se acercó a ella y de nuevo la besó. La situación se empezó a prender, sus cuerpos se empezaron a encender, hasta que Ellen se quejó por los golpes que le había dado Will.
-Auch!
-Lo siento. Se me olvidó. -Sonrió él.
-No te preocupes.
-Soy un tonto. -Murmura.
-Un tonto? Por qué? Por querer estar conmigo? -Le dijo ella, mientras acariciaba su quijada.
-Me vuelves loco, Ellen. -Le susurró él, pegando su nariz a la de ella. Podían sentir su aliento, su respiración. Esa atracción, esa locura, ese deseo que sentían uno por el otro, se habían convertido en dependientes uno del otro.
-Solo deja que pase el dolor... Y entonces podemos hacer todo lo que quieras. -Dijo ella. -No sé. Quizá en la noche.
-Esta bien. -Sonrió él.
-En mi cama o en tu cama? -Preguntó ella, un tanto seductora.
-En nuestra cama. -Respondió Evans.
-Entonces volveremos a la casa de los Mendoza en la noche. -Le prometió.
-Disculpa mi confianza. ¿Me podrías traer un vaso de agua?
-Claro! Ahora vengo.
Al salir Chris, ella se apretó fuertemente él estómago, como si quisiera sacar algo de ahí.
-Nooo! Ahora no dolor. -Susurraba. -De nuevo tú. Haz vuelto.

Al parecer el dolor profundo que en ocasiones le atacaba, había recreado. Cuando Chris volvió con el vaso de agua, ella ya se había dormido. Evans la vio con ternura y mucho amor, sus ojos brillaban con tan sólo vela. Colocó el vaso de agua en la mesita de noche y con una sábana, la tapó.

Al día siguiente, por la mañana, Ellen estaba sentada en la orilla de su cama, mirándose lo morado de su ojo derecho, a través de la un pequeño espejo.
-Qué te pasó ahí? -Preguntó muy curiosa Melly, quien tendía su cama.
-Preguntale a Will. -Responde ella, guardando el espejo.
-Sabes que Will solo te pega cuando es necesario. -Dijo Melly.
-Fue tu culpa que su Chaqueta se manchara con otro color. -Le comentó.
-Que bueno que no me pegó a mi.
-Cierra la boca. -Le gritó algo enojada Ellen. -Y mi mamá? -Preguntó enseguida.
-Salió temprano al banco. Al parecer le autorizaron el crédito. -Melly alistaba su maletín para ir a la escuela.
-Y Chris? Lo has visto?
-Asomate a la ventana.
Enseguida Ellen se acercó a la ventana y vio a Chris ayudando a su padre a cargar un auto con unos troncos de árbol secos.
-Que va hacer con eso? -Preguntó Ellen.
-Venderlo. Ya vino el recibo de luz y no hay como pagarlo.

Ellen únicamente los miraba y suspiraba al ver a Chris en su vida.

La seño Lis, estaba desayunando en la mesa de la cocina muy tranquilamente. De pronto, el timbre de la puerta se oyó.
-¡Por favor! Clarita. -Le ordenó que fuese abrir la puerta.
Segundos después, llego Clarita, un poco omocionanda, y tras de ella iba Chris.
-Mi señora. Llegó! -Le avisó ella.
-Rob!-Saludó seño Lis con emoción.
-¡Buenos días! Seño Lis. -Saludo él, con educación.
-Dime Lis, Rob. Acostumbrate. -Le pidió ella. -Ven, sientante. -Le ofreció con amabilidad.
-Gracias.
-Clarita, sirvele el desayuno a Rob. -Ordenó -Supongo que no has desayunado.
-No. Pero yo...yo vine porque usted me mandó a llamar.
-Claro que sí, pero primero vamos a desayunar. ¿Esta bien?
-Esta bien. -Resonó él.

La seño Lis jamas pudo olvidar ese día, en el cual tuvo en su mesa a un importante actor de cine. Vaya! Comía como so no hubiese comido en tres meses, y de seguro, eso pasaba.

Después del desayuno, pasaron a la sala, para conversar el diálogo.
-Yo quiero agradecerle lo que usted está haciendo por nosotros. -Le dijo él, tomando asiento en uno de los sofás.
-Lo que justamente quiero hablar contigo. -Le respondió con una sonrisa ella.
-No entiendo. -Dijo confuso.
-Ya sé que Ellen y tú, tienen una relación sentimental ya hace semanas.
-No se lo voy a negar. -Respondió Chris. Ella fijó su mirada en la mirada de Evans y le preguntó.
-Estás plenamente seguro de lo que sientes por ella? O únicamente estás confundiendo el profundo agradecimiento que que sientes.
-Esta conversación no debería tenerla con sus padres? -Pregunto confuso.
-Rob. Son novios desde hace semanas y ellos no se han dado cuenta. Quiero que tengas en cuenta Ellen para mi es como una hermana. Una hermana menor, la cual siento y debo proteger. -Le hizo saber.
-Si lo dice porque tengo amnesia, y no puedo recordar nada de mi vida. -Dijo cabizbajo -Yo ya hablé con ella.
-Tu identidad no me interesa. Lo que me interesa son tus sentimientos para con Ellen, ella no es como las demás chicas, ella es una inocente, ella está conociendo algo diferente en el mundo. Todo esto es nuevo. No quiero que na ilusiones y luego le destroces el alma.
-Yo estoy seguro de lo que siento. Yo la amo, amo lo que ella es, como ella es. -Le decía tan convencido.
-Y cuando recuerdes quien eres? -Curioseo ella.
-La llevaré conmigo, porque estoy seguro que sin ella en mi vida ya no será igual. -Le prometió a ella.
-Eso tenlo por seguro. -Le advirtió.

La seño Lis lo observó por unos momentos y pensando que pasaría en un futuro cercano.
-Tienes que saber, o, si ya lo sabes, recordar. Que cuando uno se enamora, hace cualquier cosa por amor, incluso locuras.
-No entiendo.
-No es necesario que me entiendas ahora. Solo tenlo mucho en cuenta para cuando empieces a recordar. Para Ellen te haz convertido en alguien muy especial. Es muy importante para mi... -Se acercó a él y tomó sus menos. -...que me prometas que pase lo que pase siempre estarás con Ellen. Prometemelo!
-Yo se lo prometo, seño Lis, yo le prometo que pase lo que pase nunca dejaré sola a Ellen. Se lo prometo. -Me aseguró a ella con tanta firmeza pero ella no se terminó de convencer. Dudaba que al llegar el momento en rompiera esa promesa. Ella se puso de pie y se encaminó a a ventana, penetró su mirada a sia el paisaje gris.
-Era todo, Rob. La tormenta se acerca. -Comentó.
-¿Qué?-Preguntó el algo asustado.
-El invierno ha entrado por completo. Solo quedan un pocos días soleados. -Le dijo mientras se dirigía a servirse una copa de Vodka. -Disfrutalos.
-A usted le gusta beber tan temprano? -Curioseo Chris.
-Solo cuando lo necesito. -Le dijo.
-Necesito hablar con Ellen y luego ir por el ganado. Gracias por el consejo. -Le dijo retirándose.
-No es un consejo, es una advertencia. -Musitó.

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MAD WORLD. (Chris Evans y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora