Capítulo III

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Te necesito.

Desde ese día ente Jamie y Ellen, nació una gran amistad, una hermosa y gran amistad. Siempre juntos, siempre pendiente uno del otro. Jamie iba muy seguido a visitar a Ellen, pasando un momento agradable, lleno de risas y locuras dentro de esa habitación. A Jamie le encantaba verla sonreír, verla carcajearse. Chris pudo percatarse de esa relación amistosa. Los observaba de lejos, cuando salía al jardín, cuando la examinaban, cuando dormía;  siempre oculto de Ellen, sentía que aun no era el momento de enfrentarla. Se sentía tan mal por lo que le pasó. Pero Jamie, siempre trató de mantenerse a su lado, conquistar su corazón, pues en varias semanas que pasó Ellen en recuperación, bastaron para que Jamie, se enamorara, perdidamente de ella.

Después de algunos días en observación, por fin decidieron darla de alta.
Fue una tarde de mayo, la cual por fin, después, de tanto tiempo encerrada, le dijeron: te puedes ir.

—Hola! _Llegó Angie, muy entusiasmada, se dispuso a revisar sus signos vitales. _—¿Como te sientes?
—Muy bien. _Respondió muy feliz, Ellen.
—Que bueno. Porque dentro de unas horas daremos de alta._Le informa Angie. A Ellen, se le formó una sonrisa en su rostro, la cual segundos después borró al recordar que era una privada de libertad.
—Eso significa que regresaré a la cárcel?_Preguntó temerosa.
—No. Te irás a casa._Le afirma.
_—Lo poco que sé, es que te dieron libertad condicional. La señorita que está a cargo tuyo es la que está negociando tu liberta. _Le dice.
—Entonces eso quiere decir que regresaré a la granja?
—No, tampoco. Te quedarás unos días mas aquí. Tu abogado nos dijo que la audiencia se llevara a cavo en éste país. Te llevaran a juicio de nuevo. Creo que te van a dar la libertad de nuevo. _Comento Angie.
—Enserio?_Sonrió Ellen muy emocionada.
—Sí. Ellen.
—Pero..._se puso seria Ella.
—Qué pasa?
—No tengo a donde ir._Susurró ella.
—No te preocupes por eso. _Sonrió ampliamente Angie. _—Te puedes quedar los días que sea conmigo. _Le dijo ella.
—Me parece genial._Aceptó Ellen. _—Y tu familia?
—No tengo familia. Vivo sola. Creo que necesito una compañera por unos días. 

Ellen fue dada de alta, recuperada, y muy bien atendida. Ella aguardaba en la habitación, en espera de Angie, estaba muy impaciente, de un lado para otro.  vestida con ropa que me había prestado Angie: una playera negra con el logo de el grupo de Rock and Roll Gun's N' Roses. Unos vaqueros azules, y unos converse.

Uy! Mira que impaciencia._Observa Jamie, que entra enseguida. Ellen se lanza a abrazarlo.
—Pensé que no vendrías. _Dijo Ellen.
—Y perderme éste gran momento de tu liberación?_Sonrió él.

—Ya es hora, Ellen. _Entra Angie, acompañada de él Dr. Rouse.
—Toma tú orden de salida que la necesitaremos en la salida. _Él corazón de Ellen se llenó de felicidad. Lo cual se pudo observar en su rostro sonriente.

Salieron del hospital los tres juntos, Angie, Ellen y Jamie, vestidos de civiles. Chris únicamente observaba de lejos, al otro lado de la calle en su auto.  Sólo vio que tomaron un taxi, quiso seguirlos, pero prefirió no hacerlo.

Angie vivía en él nivel seis de un  apartamento que rentaba en un edificio al centro de la cuidad, no muy elegante, pero hermoso y amplio.  Decorado cuadros , floreros y jarros en cada lugar.
Jamie únicamente llegó hasta la entrada del edificio, y se volvió en el taxi.

—Esta es tu casa._Le dio la bienvenida Angie al entrar al apartamento.
—Wooooow! _Se vislumbró Ellen, al observar él gran lugar.
—Ven. _Angie jaló a Ellen de la mano. _—Te enseñaré tu habitación. Caminaron por un pequeño pasillo adentro, donde habían 3 habitaciones mas, y la primera entraron.
—Taran! _Le mostró su habitación. Una cama espaciosa, son cobijas y sábanas suaves, cortinas limpias, con un gran espacio en él centro, un tocador, y varias mesas de noche al rededor, en el piso una elegante y decorativa alfombra de textura en forma de círculo. 
—Esa es mi cama?_Preguntó Ellen cabizbaja.
—Sí. _Afirmó Angie, con emoción. Te gusta?
—Mucho. _Dijo, derramó unas cuantas lágrimas.
—Qué pasa?_Preguntó algo preocupada Angie.
—Es que nunca había dormido en una igual. _Sonrió. _—Es más, nunca había entrado a una casa tan grande como ésta. Una casa dentro de otra casa. _Comentó.
—Pues, puedes quedarte los días que sea necesario. _Le ofreció.
—Gracias. _Se lanzó muy emocionada, abrazarla.

MAD WORLD. (Chris Evans y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora