Capítulo IV

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Querido Chris Evans:


Había comprado unas flores, muy bien escogidas, con encanto y entusiasmo. Había escogido las flores con incertidumbre, si le gustarían o no. Eran las 7:56, Chris subía en el ascensor, inquieto por verla, los minutos seguían pasando. Las 8:00, el timbre sonó. La sensación de ver a Ellen abriendo la puerta le erizó la piel. Pero la figura de Angie se hizo visible ante sus ojos, borrando la sonrisa enseguida.
-Señor Chris? _Se sorprendió enseguida.
-Hola! Ammm. ¿Se encuentra Ellen? _Preguntó con afán.
-Ehhh! No. _Respondió un tanto triste. _-¿No le dijo?
-Decirme qué?
-Ella se fue. Se regresó a su país. -No! Eso no puede ser. Ella me dijo que nos veríamos hoy, a ésta hora. _Dijo Chris.
-No Chris. Ella se fue. _intento convencerlo.

Angie dirigió su mano al bolsillo de su jeans, sacando un sobre doblado.

-Te dejó esto. _Le dio el sobre. Él apenas lo recibió. Con un nudo en la garganta se despidió.

-Disculpa.

Son desánimo y decepción, tiró las rosas en el pasillo.

Era tan confuso de cómo Ellen se marchara sin explicación, sin despedirse.

Abordó su auto y se marchó.
Llegando a casa, se sentó en la sala, y esperando las peores palabras de ella,.decidió abrirla.

"Mi amado Chris: en este momento estoy unida en un mar de llanto al intentar escribirte esta carta, la cual por descuido la he empapado en pesadas lágrimas. No tengo ni las palabras correctas para decirte lo que quiero decir, pero voy a empezar con lo más sencillo, se que soy patética al hacerte saber mis sentimientos de esta manera, porque nunca tuve, ni tengo, ni tendré el coraje y la libertad de hacerlo de frente; pero tengo que decirte que... Eres el único al que yo he amado, y lo sabes! Sabes que eres el único que ha producido en mi ese caluroso escalofrio al escuchar el timbre de tú voz, eres el único que fácilmente ruboriza mis mejillas con tú sonreír, sabes de mi torpeza ante ti, y de lo tonta que soy al intentar controlar el manojo de nervios que era ante tú explosiva presencia. He sentido las inmensas ganas de estar junto a ti, que mi vida y mi corazón se quedan contigo, me mata tener que decirte que aunque todo se arregló entre nosotros, siento que no puedo estar contigo, que no pertenecemos al mismo mundo, que tu eres cielo, yo soy fango. No soy la mujer que merece estar a tu lado, que nunca lo podré estar.
Pero hoy te digo ¡adiós! Y con el corazón deshecho tengo que admitir que fracasé, y sé que es mi culpa ¡lo siento! Me pasa por desafiar lo imposible, pero hoy renuncio a ti y lo hago por ti. A veces tenemos que renunciar a lo que amamos, no porque ya no nos importe, sino porque es lo mejor. ¡Te amo! Pero, aveces el mayor acto de amor a una persona, consiste en desaparecer de su vida.
No tengo nada que ofrecerte, solo unos kilos de más, na torpeza y lo fracasada. Hoy renuncio a ti, te digo adiós sin antes agradecerte no que me llevaras al cielo sino que me subieras del infierno, de haberme regalado un maravilloso mundo, haz abierto mi corazón y te adueñaste de el. Me haz hecho sentir la palabra AMOR en esos días nublados y hacerme reír en días oscuros, de haberme llenado mi existencial vida vacía con tú existencia. Pero hoy renuncio a ti, a la enfermedad que me produce amarte, porque amarte me enferma. Nunca dudes que a cualquier parte te hubiere seguido ¡lo siento! Todo termina aquí. Lo admito! Tengo miedo de seguir sin ti, pero no puedo estar contigo sí Dios no lo quiere. Tengo que hacerlo... Dejarte ir, decirte adiós! No intentaré olvidarte, sería inútil, espero tú tampoco me olvides.
Recuerda.
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MAD WORLD. (Chris Evans y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora