Señorita Lis.

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La seño Lis, como ya se le conocía a la escritora estaunidence Lisbeth por el lugar. Eran las dos de la tarde, cuando Ellen sembraba maíz, pero después le llamo la atención la escena de Seño Lis. Ella despedía a su médico, vestida aun con pijama, pero con una gran sonrisa en el rostro. Ellen dejó de hacer lo que estaba haciendo y corrió a si a ellos.
-Hola Ellen! ¿Como estás? -Pregunto al verla llegar.
-Muy bien! Seño Lis. -Respondió con algo de ánimo.
-Pero usted, creo que no muy bien, verdad? -Observa detenidamente. -Se ve más pálida y aun trae la pijama puesta.
-Tranquila, yo estoy bien. Es sólo un pequeño resfriado. -Le explicó muy amable y dulce.
-Él es doctor?_ Curiosea mientas observa y señala al hombre que se marchaba.
-Sí, así es.
-Seño Lis, seria muy grosera de mi parte si le pudiera un favor? -Pregunta Ellen con algo de pena.
-No, de ninguna manera. Dime.
-Mi tio... Robert, acaba de llegar de un viaje, y sufrió un accidente, se golpeó la cabeza...
-Pero tú tío está bien? -Interrumpe Seño Lis preocupada.
-Sí, sí, él está bien, pero ahora duerme, me gustaría que lo rebisara su médico. -Balbuceeo Ellen,mientras esquivaba la mirada de Seño Lis.
La seño Lis de inmediato detuvo a su médico, cruzaron a la granja y entraron a la casa. Ella pudo observar la gran pobreza que había en ese lugar que reposaba en ella una pésima sensación de mal humor y una intensa melancolía. Pasaron a la habitación que Ellen les indicó, rápidamente el médico lo empezó a revidar.
-Está inconsciente. -Observó
Pero a la seño Lis no le terminaba de convencer, lo observaba muy detenida, algo no cuadraba. Ellen se percató de la reacción tan sería de la seño Lis, al ver que el chico era tan diferente a la familia de Ellen.
-Cómo dijiste que se llamaba tu tío? -Curioseo seño Lis sin quitarle la morada tan desconfiada de Chris.
-Robert. _Respondió rápido ella, se notaba nerviosa y tensa, esquivando la mirada.
Era un chico muy diferente, grande, musculoso, guapo, su piel blanca, lisa, sus manos parecían muy bien cuidadas, no había ninguna señal de pobreza en su cuerpo.
_Podemos hablar en privado, Ellen._ le pidió.
-Claro, claro que sí. _ Balbuceo muy nerviosa.

Bajaron a la sala y fue muy directa con ella, sin rodeos.
-Sé sincera, Ellen. Él no es tú tío. ¿Que estás ocultando? _ Ellen bajó la mirada, y después de un momento de silencio le respondió con un tono de voz muy triste.
-Su nombre es Chris... Evans. Y no es mi tío, es un actor de cine. Pero se lo juro, ¡Se lo juro! Que yo no tuve que ver con su accidente. _ Confesó.
-Un accidente? - Preguntó un tanto sorprendida._ ¿Como que fue un accidente!
-Su avioneta se estrelló en el fondo del barranco, y yo creyendo que era el presidente, bajé corriendo y mi sorpresa fue que era...
-Desde cuando lo tienes aquí. _Interrumpió. Ellen se sentía penosa, avergonzada y se tronaba los dedos al sentir el disgusto de la Seño Lis.
-Ya casi un mes. -Musitó.
-Sabes muy bien en el tamaño de lío que estás metida? Y no sólo tú, sino tu familia también.
-Mi familia no lo sabe, no sabe de él.
-Te pueden acusar de secuestro, ¿Por qué no lo entregaste antes? Ellen, es una figura publica, famoso. ¿Sabes que significa eso? -Preguntó. _Su familia lo a de estar buscando, un país entero lo a de estar buscando. Esto te puede costar una condena. -Le advierte.
-Sí, lo sé, seño Lis, pero...
-Pero no te importa, no es cierto? Tu ya lo conocías. _Supuso la Seño Lis.
-Hace ya algunos meses. -Le respondió cabizbaja.
-No hace falta que me lo digas.
-¿Que cosa?
-Te gusta.
-Lo quiero!
-Es muy sorprendente lo que me cuentas. ¿Como fue a caer a tu alcance? -Seguía sin entender.
-Quizá porque lo pedí con el corazón. _Respondió ella muy segura, manteniendo fija la mirada.
Hubo un momento de silencio e incertidumbre, el ambiente estaba tenso, algo normal en esa casa. El médico interrumpió.
-Al parecer todo está muy bien, solo que hay que suministrarle bastante suero, tiene una pequeña seña de desnutrición, pero las heridas están sanando, hay que cuidarlas más. Cuando despierte, que espero que sea muy pronto, hay que hacerle radiografías tomografía, para saber si todo está en su sitio. Les dejo ésta receta con indicaciones y el tratamiento. -Les informó el médico.
-Muy bien, doctor. Yo me arreglo con usted. Y la receta me la llevo. _Fue lo último que dijo quitándole bruscamente la receta de las manos a Ellen.
Ellen después que se marcharan, subió corriendo a su habitación y lo abrazó muy fuerte.
-Todo está muy bien. Chris. Todo está muy bien. -Suspiró.

La seño Lis, después de despedir al médico, se fue a sentar en la orilla de su cama, completamente sorprendida, pensaba en la fuerza del amor. El amor verdadero, una fuerza impresionante, incluso sobre las fronteras. Ese sentimiento de cuatro letras; que era tan intenso, tan irritante, tan liberal pero a la vez tan asfixiante, tan hermoso, pero en ocasiones deseamos que no existiera. El amor podía hacer ese espectáculo que el ser de Seño Lis estaba viviendo. No era casualidad que esa avioneta cayera al alcance de Ellen, era algo más fuerte que lo impulsó hacerlo, era el destino? ¿era algo más allá? ¿una fuerza suprema?
Se acordó de su mirada, y su mirada era diferente, muy diferente a la que tenía cuando la conoció. Estaba siendo testigo de algo sorprendente, de algo mágico, que la hacía reír pero también preocuparse.

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Hola! Espero que les esté gustando ésta historia.
Ya saben, si les gustó dejen me su estrellita y comentario.

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MAD WORLD. (Chris Evans y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora