Capítulo 12: En sus recuerdos

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Escuché el sonido de móvil, lo comencé a buscar y lo encontré en la mesa de la lámpara. Lo tomé y contesté rápidamente.

   -Bueno... —Mi vos salió bastante débil.

-¡Melody! ¿Dónde estás? ¿Porque no has llegado? —Cuestionó mi hermana muy alterada.

-Valentina, no grites por favor. Me va a estallar la cabeza. —Me quejé y observé a mi alrededor recordando donde me encontraba —Estoy bien, estoy en casa de Bill.

-Mis padres están muy preocupados —Claro que lo estaban, conociéndolos. Pero no me importó demasiado, lo que realmente me interesaba era saber cómo había llegado a la habitación de Bill. Recordaba que estaba a punto de irme cuando él me alcanzó y me desmayé en sus brazos. Seguramente él me había traído para que descansara.

-Diles que estoy muy bien, que ya voy de regreso.

-Okay, cuídate y no te tardes demasiado —Advirtió con el mismo tono que usaba mi madre cuando iba a salir.

Me levanté de golpe. Eran las ocho y media de la noche. Joder, con razón mis padres estaban asustados, había prometido regresar a más tardar a las seis. Eso significaba que llevaba bastante tiempo en la cama de Bill.

La cabeza me daba vueltas pero aun así me decidí en caminar, tenía que regresar a casa cuanto antes. Caminé hacia la salida. No tenía fuerzas en las piernas y sentía mis ojos hinchados, seguramente por mi llanto.

Puse mi mano en la manija de la puerta y la giré lentamente. Antes de que pudiera abrir, ésta se abrió de golpe y con fuerza y me dio de lleno en el costado aventándome hacía atrás. Retrocedí dos pequeños pasos y mis pies se enredaron y como es predecible terminé de sentón en el suelo. Joder, que estúpida era.

-¡Lo siento! ¿Te encuentras bien? —La mueca de dolor que tenía cambió al instante por una de asombro. ¡Tom! — ¿Qué hacías detrás de la puerta? —Cuestionó mirándome entre impresionado y entre “estas tonta”. ¿Qué hacía aquí? Qué iba hacer, tratar de salir, evidentemente idiota.

-Intentaba abrirla —Murmuré en lugar de lo otro. —Mierda —Mascullé cuando intenté ponerme de pie. La cabeza aún me daba vueltas y mi debilidad estaba elevada en niveles inhumanos.

-¿Por qué eres tan débil? —Cuestionó mientras extendía la mano para ayudarme.

-Puedo hacerlo sola. Además, recuerda que le pegué a la inocente de tu novia… —Escupí mientras hacía un esfuerzo enorme para levantarme.

Una vez de pie pasé por su lado ignorándolo, pues estaba lo suficiente molesta como para no querer verlo nunca en mi vida.

-Oye, espera… —Me dijo con voz suave. Creo que nunca le había escuchado hablarme así. No me detuve pero sentí que me tomo del brazo.

-¿Qué quieres? —Pregunté secamente y sin voltear a mirarlo.

-¿De verdad estas con Bill? —Inquirió seriamente. ¿Por qué le importaba tanto?

-¿Por qué? —Pregunté con enojo — ¿Te sorprende que tu hermanito esté con una zorra como yo? —Escupí más furiosa que antes deshaciéndome de su agarre y sentí un pinchazo en la cabeza. Seguí mi camino pero de nuevo me detuvo. Joder ¿por qué hacían eso? —Suéltame

-No quise decir eso, perdóname —Dijo tan sinceramente que giré para verlo, para comprobar por mí misma si pedía disculpas de verdad. No había rastro de engaño en su cara, pero aun así no me decidí a creerle.

-No me importa si quisiste o no. Y puesto que Bill te obligó a pedirme disculpas. Así no cuenta, no las acepto —Mis ojos y los de él permanecieron conectados — No entiendo porque te importa tanto que este con tu hermano.

Vive cada segundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora