Capítulo 23: Sentimientos confusos.

571 28 1
                                    

-¿Porque has hecho eso? —Cuestioné sin dejar de mirarlo.

-No sé… —Bajó la mirada se dirijo al piso, huyendo de mí y mostrando esa actitud que poco tenía que ver con el Tom arrogante que era mayormente —Yo realmente quería besarte…

-¿Porque?

-Mely… —Dijo suavemente. Sentí una especie de escalofrió recorrer mi cuerpo.

-No digas nada —Le corté rápidamente —Sé por qué lo has hecho —Me atreví a asegurar.

¿Lo sabía? ¿Sí, verdad? Él sólo lo hacía por jugar conmigo, por hacerme rabiar, por sentir que tiene el control sobre mí y arruinarme la vida como siempre, porque era un arrogante que no soportaba que las cosas no salieran a su manera, que no me soportaba a mí.

-Melody… —Intentó decir de nuevo con voz suplicante pero lo ignoré.

-Me siento mal por él...

-Lo siento, no debí besarte —Murmuró.

-Yo también tengo la culpa... —Quité sus manos de mi cintura y salí de ahí rápidamente sin mirarlo. Estaba mal... tan mal que quería salir corriendo a un lugar lejano donde nadie pudiera encontrarme.

Caminé por el pasillo a paso rápido y llegué al salón donde me tocaba clases.

El maestro de artes ya había llegado.

-¿Puedo pasar? —Le pregunté. Me miró con cara de pocos amigos por interrumpir su clase.

-Es demasiado tarde, Melody —Dijo y sacudió la mano para que me marchara. Di la vuelta y caminé de regreso por el pasillo. No quería estar ahí, quería marcharme ahora mismo. No quería ver a Bill, ni a Tom ni a nadie. Tomé mi móvil y presioné el número "dos" que marcaba a Camila. Ella estaba en clase y esperaba que pudiera contestarme.

-Melody, me van a regañar —Respondió en un susurro.

-Lo siento. Puedes hacerme un favor... —Se quedó pensando.

-Sí, ¿que necesitas?

-¿Puedes traerme mi bolso con mis libros?

-¿A dónde vas?

-A mi casa, necesito irme.

-¿Qué pasó?

-No quiero hablar ahora. Luego te cuento ¿vale?

-Bueno, veré si puedo sacar tus cosas sin que el maestro se dé cuenta.

-Gracias, Camila.

Me fui a las escaleras y me senté esperando no ver a los Kaulitz. Pasaron cinco minutos y ya estaba comenzando a desesperarme. Estaba segura que si no llegaba Camila tendría que encontrarme con Bill y no podría verlo a los ojos. No ahora.

-¡Melody! —Escuche detrás de mí, era mi amiga.

-¡Camila! ¡Gracias! —Dije poniéndome de pie y corriendo a tomar mis cosas.

-¿Qué pasa? ¿Te vas con Bill? —Preguntó curiosamente.

-No... es que… ya me tengo que ir... —Dije para que no continuara preguntando.

-Te acompaño a la salida, al cabo que pedí permiso para ir al baño —Dijo sonriendo triunfante. ¡Genial! Seguro se avecinaban un sin fin de preguntas hacia mí.

Comencé a bajar las escaleras con mi amiga a un lado.

-¿Porque vas tan rápido?

-No quiero encontrarme con alguien...

Vive cada segundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora