Capítulo 10: Clases recreativas

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Faltaban solo unos cuantos escalones para llegar al piso donde estaba mi salón. Era un día con un clima agradable, una brisa fresca acompañaba la mañana y mi papá había dicho que así iba a permanecer todo el día.

Rompí mi record al despertar pues me había levantado quince minutos antes de lo normal y por lo tanto había llegado bastante temprano a la escuela. Las miradas seguían sobre mí, identificándome como la chica nueva y eso me hacía sentir nerviosa, afortunadamente trataba de hacerles el menor caso.

Mi estado de ánimo estaba fresco como el clima de la mañana y eso se debía a la charla que  sostuve con Valentina en la noche. No quise discutir con ella, sólo dejé que me dijera todo lo que sentía y de las cosas que le molestaban y le hacían sentir triste respecto a mí. Platicar con ella fue una especie de alivio para mi corazón, al fin había descargado un poco de lo que llevaba dentro.

Llegué al pasillo largo y pasé por los primeros salones hasta llegar al mío. Estaba vacío, bueno había una chica solamente, la cual no lograba identificar.

-¿Dónde estaban todos? –me pregunté a mi misma. Caminé entre los pupitres hasta llegar al lugar donde me había sentado el primer día, dejé mis cosas sobre la paleta del banco y miré a la chica que me hacia compañía. Tenía su rostro entre sus brazos, era una posición muy cómoda que hasta parecía que estaba dormida.

Como era la única opción que tenía me acerqué a ella con la intención de preguntarle donde estaban los demás.

-Hola —Susurré.

Toqué dos veces su hombro con mi dedo índice de una manera suave pues lo que menos deseaba era que la chica se fuera sobre mí por haberla despertado.

-¿Qué pasa? —Dijo asustada mirando rápidamente hacia todos lados.

-Lo siento, no quería despertarte —Musité con voz débil y porque no, asustada.

-¿Qué quieres? —Dijo mirándome con fastidio y enojo. Mi corazón comenzó a latir a un ritmo más rápido al que llevaba y me exigí calmarme. Era una chica rubia, similar a las amigas de la plástica que me había amenazado por estar cerca de Bill. Eso razón suficiente para hacerme sentir pánico.

-¿Sabes dónde se encuentran todos? —Cuestioné temerosa. Esperando que me gritara una serie de insultos o bien se abalanzara sobre mí para golpearme.

-¿Acaso no lo sabes? Estan en las clases recreativas —Dijo secamente y volvió a hundir su cara entre sus brazos, seguramente para continuar durmiendo.

-¿Clases recreativas? —Cuestioné si afán de molestarla.

-¡Ash! —Bufó cansada pero aún comenzó a explicarme —Las clases recreativas son clases como baile, guitarra, piano, atletismo, ciclismo, batel y varias más —Dijo como si fuera obvio, pero yo qué iba a saber de esas clases, era nueva y en mi colegio no se llaman clases recreativas. En mi otro colegio le decían “la clase de orientación”, la cual era una vez a la semana y donde nos enseñaban desde hacer que un frijol germinara, hasta tocar una melodía con flauta.

-Ah, muchas gracias —Dije sonriente.

-De nada —Murmuró. Genial, mi siguiente misión era localizar mi clase recreativa e ir a tomarla.

-¿Oye y tú no estás en ninguna clase? —Pregunté por pura curiosidad, debía haber una razón para que estuviera sola.

-Sí, pero no quiero ir... —Dijo ahora con voz melancólica y volviendo a esconder su rostro en sus brazos, la miré tratando de comprender.

-Ah... —Contesté.

Hice memoria mientras regresaba a mi lugar para tomar mis cosas, y recordé que la directora me había dado la opción de tomar la clase de música en lugar de Gimnasia. Pero no me había mencionado nada de las clases recreativas  —Oye… ¿Te puedo hacer otra pregunta? —Dije dudosa. Ella volvió a levantar la cabeza para mirarme y asintió sin dar rastros de molestia. —Lo que pasa es que me tocó estar en clase de música, me preguntaba si es a la que tengo que ir.

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