Capítulo 17: Dolor de cabeza.

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Uno de los cubículos del baño de mujeres fue mi mejor escondite para llorar y procesar lo que había pasado. El dolor en mi labio por la mordida era mínimo a comparación al dolor que me oprimía el pecho. ¿Por qué me hacía esto? Cuantas veces soñé con besarlo, con que me viera con otros ojos, pero ahora no estaba segura de qué era exactamente lo que estaba cruzando por su cabeza para actuar de aquella manera. ¿Deseaba torturarme? ¿Hacerme terminar con Bill? ¿Pero por qué? Si fue precisamente él quien me exigió que lo aceptara y que no le hiciera daño.

Suspiré muy abrumada y salí del cubículo. Me miré en el amplio espejo y luego me eché agua en la cara. Luego me enjuagué la boca. Nunca nadie me había mordido, ni siquiera Bill, y dadas las condiciones en que sucedió, era totalmente desagradable para mí.

Volví a suspirar y salí de aquel lugar.

-¿Dónde has estado? —Cuestionó Camila en cuanto me vio aparecer en la puerta del aula. No había ningún maestro, eso había sido cosa de suerte pues seguramente no me hubiera dejado entrar.

Caminé hacia mi lugar y me encontré con la mirada maliciosa de Nicole y su bando. No las tomé en cuenta y me senté en mi lugar.

Camila me dedicaba una mirada fija, esperando que le respondiera.

-Teniendo una animada charla con… ya sabes…

-Por esa cara que traes supongo que se han peleado ¿No?

-Peor que eso —Respiré profundamente. 

Las clases terminaron más rápido que siempre pues un maestro faltó a la última hora. Camila, Abril y yo salimos juntas del salón hablando de la tarea que habían dejado.

-¡Melody! —Gritó una voz chillona detrás de nosotras.

Era Nicole.

Giré y me encontré con ella y sus dos amigas. La miré interrogante.

-Aléjate de él —Espetó con enojo.

-¿De quién? —Cuestioné cruzándome de brazos. No me respondió.

Pasó por mi lado y me empujó.

-¿¡Qué te pasa!? —Le gritó furiosa, Camila.

-Contigo no es el problema —Levantó la mano e hizo una señal de indiferencia y siguió su camino con las dos chicas a su lado moviéndose con gracia por el pasillo.

-¿Quien se cree esa? —Dijo furiosa.

-Vamos, no le haga caso —Le dije y seguimos nuestro camino.

Iba en silencio, pensando. ¿Qué iba hacer cuando viera a Bill?  No quería mentirle pero cómo iba a decirle que su hermano me besó dos veces, la primera sí le correspondí.

Al salir de la escuela nos encontramos con Bill y los demás que integraban la banda, Tom incluido. No lo miré, evité hacerlo y tampoco fue tan efusiva al saludar a mi novio. De hecho, fue él quien se acercó a mi al ver que yo me había quedado a cierta distancia.

-Hola princesa —Me dijo con voz dulce para después darme un beso corto en los labios, lo cual agradecí. Tenía una herida en mi boca que me dolía y que probablemente se iba a convertir en un fuego labial o algo parecido. — ¿Te encuentras bien? —Cuestionó mirándome con una sonrisa. Asentí rápidamente mintiendo vilmente. ¡Qué bien me iba a sentir!.

-Sólo estoy un poco preocupada —Dije finalmente.

-¿Por qué?

-Valentina está saliendo con tu hermano —Abrió los ojos asombrado —y tu hermano, según tengo entendido yo, ya tiene novia y creo que Valentina no lo sabe.

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