El rostro de mi hermana pasó de asombro a picardía en una milésima de segundo. Verla asustada era feo, dedicándome esa mirada era peor. Casi podía leer lo que se estaba imaginando y más equivocada no podía estar.
-En serio, esto ha superado mis expectativas…
-¿De qué hablas? —Cuestioné indiferente pero estoy segura que mi frente estaba arrugada. ¿Qué carajos hacia Valentina en la cocina? Ella siempre se levantaba muy tarde. ¿Cómo era posible que nos hubiese descubierto? Y lo peor, Bill sólo había dormido conmigo.
-No trates de hacer como si nada pasó, lo acabo de ver marchar —Dijo riendo. ¡Maldita!
Su mirada clavada en mi comenzó a bajar mi guardia e inmediatamente supe que tenía que explicarle lo sucedido. Valentina era capaz de todo.
-Bueno… es que… ayer… —Comencé a decir pensando en la verdad de lo sucedido y que eso sonaba a mentira. Valentina jamás me iba a creer. —Ayer yo…
-Ni me expliques, no lo necesito —Dijo ya más seriamente. Valentina tenía tantas facetas faciales y todas y cada una de ella daban miedo — ¿Cómo se te ocurrió? Eres solo una niña, Melody —Me reprochó con furia ¿Ahora me estaba regañando?
-No soy una niña... —Le repliqué con voz desafiante aunque debería estarle aclarando que no dormimos juntos —Tengo quince y sé todo lo que debo saber sobre sexo y demás —Valentina me miró boquiabierta.
-Eres una inmadura.
-No, no lo soy. Además Bill sólo se quedó a cuidarme —Le expliqué pero sabía que para mi hermana esas últimas palabras carecían de sentido ante la imagen de Bill largándose a hurtadillas de casa.
-Ya, sí claro.
-Estaba muy enferma, Valentina.
-Pues ya veremos si mamá te cree esa versión —Escupió.
-¿¡Qué!? ¡Valentina, de qué hablas! —Grité muy asustada.
No sabía por qué mi hermana de repente había tomado esa actitud. Ella generalmente era de mente libre y hacia lo que quería desde muy joven. ¿Por qué se ponía así conmigo?
Comenzó a caminar y pasó por un lado de mí sin mirarme. Iba decidida y eso significaba mi muerte.
-Valentina, no por favor —Supliqué yendo detrás de ella.
-No voy a cubrirte en este tipo de cosas, fue demasiado —Escupió ella. Se detuvo y me dio la cara.
-Valentina…
-Melody, eres una niña. Tú no estás en edad de tener relaciones con tu novio, imagínate que te quedas embarazada o te trasmite alguna enfermedad. Mamá, tiene que saberlo.
-Valentina, por favor, yo sé todo eso. Te juro que no pasó nada… —Le rogué casi llorando.
-No insistas Melody, no puedo cubrirte en esto —Culminó y continuó su camino escaleras arriba.
La seguí pero supe que no iba a poder hacerla cambiar de parecer. Al final terminó cerrando la puerta de su habitación en mis narices y cerrándola con seguro para evitar más suplicas mías.
Estuve delante de esa puerta varios minutos, toqué, lloré y le supliqué en voz baja porque no quería que mi mamá se diera cuenta, pero Valentina jamás me abrió.
Estaba terminando de cepillar mi cabello y la bomba aún no había explotado. Quizás mi hermana estaba compadeciéndose y decidiendo quedarse callada. Deseaba con todo mi ser, corazón y alma que Valentina no abriera la boca. Mi mamá haría cachitos de mi cuerpo, los cosería en una olla y se lo daría al perro del vecino, estoy segura.
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Vive cada segundo
RomanceMelody es una chica dulce y tierna. Su mayor deseo tener una vida normal, sin padres que la cuiden como si tuviera dos años por su enfermedad y sin una hermana que le haga la vida imposible. Ella está perdidamente enamorada de un chico que sólo la h...