Fijé mi mirada en su rostro. Otra vez esos aires de superioridad, como si por ser guapo fuese superior a cualquier mortal. Odio a las personas egocéntricas. Me estaba arrepintiendo de siquiera haberme acercado a él, pero aún así decidí que irme en ese momento quedaría muy estúpido y maleducado así que empecé a presentarme:
- ¡Ey! Me llamo Alejandro, pero casi todos me llaman Alex. Tengo 13 años, aunque cumpliré 14 en Noviembre... -Dios, qué mierda de presentación. Estoy aburriéndolo, seguro. Los nervios me estaban traicionando, y me estaba decepcionando a mí mismo por actuar de esta manera solo porque era guapo, aunque ciertamente parte de la culpa era de mis inseguridades. Siempre pensaba que aburría a la gente- Esto... ¿Tú cómo te llamas? -me estaba muriendo de la vergüenza, ya que seguramente estaba haciendo el ridículo, pero, aunque tardó, me contestó.
- Me llamo Bond, James Bond -me reí. Al parecer no era tan estúpido y podía ser gracioso. Qué sorpresa- Nah, en realidad mi nombre es un secreto cuidado por el gobierno. Lo siento, pero no te lo puedo decir; por tu seguridad. -le sonreí amablemente. Parece simpático. No debería haber juzgado tan rápidamente. Me miró a los ojos de forma penetrante, aunque enseguida apartó la mirada y continuó hablando.- Bueno, yo tengo 15 años, en Enero cumpliré 16. -me sorprendió levemente que dijese esa edad, solo podía pasar si...
- ¿Has repetido? -lo dije sin apenas pensar y enseguida me arrepentí de mi indiscreción. Me miró burlón- Perdón... Quizá no debería haber dicho eso... -sonreí nervioso.- ¿Qué tal otra pregunta? ¿Por qué cambiaste de instituto? - sonrió de una manera misteriosa durante un segundo. No estaba seguro si se estaba riendo de verme nervioso o qué pasaba. Tras la sonrisa misteriosa, pero amable, respondió.
- Sí, he repetido, creo que ya se hacía obvio con decirte mi edad. -dijo de manera ligeramente burlona y cortante, la verdad es que no le culpaba. A nadie le gustaba repetir, y menos que te lo recordasen- y estoy aquí por... Bueno, digamos que no le caía bien al director y me "sugirió" que me fuera. Como no se te ve cara ser muy sutil te diré que me expulsó. -lo miré mal por llamarme corto indirectamente y me puse a la defensiva.
- Ohhh, perdona si a su excelencia le ha molestado mi pregunta. Prometo arrodillarme ante usted la próxima vez y pedir permiso para hablar.
- No estaría mal, la verdad. -dijo interrumpiéndome. Puse los ojos en blanco.
- Le ruego que me diga por qué razón una persona taaaan amable y fantástica como usted no iba a agradar al director de un instituto, si se te ve la aureola y las buenas intenciones a distancia. -dije sarcásticamente.
- Pues... -me miró ciertamente molesto, ¿por qué? Él había sido el primero en insultarme- Puede ser porque le puse un bonito grafitti en el coche, supongo que no le gustaba el arte... O quizá fue que en todo el curso no había llevado los deberes. -se acarició la barbilla unos segundos para hacerse el interesante y pensando me di cuenta de que había actuado de forma estúpida por los nervios que me provocaba el hablar con alguien tan guapo como él. Quizá todo había sido una broma que me había tomado a mal. Cada segundo que pasaba a su lado metía más la pata y me odiaba más a mí mismo por actuar de forma estúpida por una razón tan simple como la de que sea guapo. Continuó- Sin duda lo que le encantó fue que le llenará la mesa de sangre falsa, esa fue una buena broma de Halloween. Pero lo que le hizo expulsarme fue... -paró de hablar pensativo y justo cuando le iba a pedir que siguiese para averiguar por qué sería, sonó la campana que indicaba el comienzo de las clases.
- Bueno... si quieres te puedes sentar al lado mía y de Ana en las tres mesas que hay juntas al principio de la clase. -dije un poco nervioso intentando arreglar mi error de haberme tomado la broma a mal.
- No, siempre he preferido alejarme del prof... -antes de que pudiese terminar la frase todos los asientos se llenaron menos la mesa en la que él estaba sentado y las dos que había al lado.- Vaya mierda. Bueno... supongo que no me quedará más remedio.
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Simplemente Yo
RomanceHace poco se acabó el verano y voy a empezar 3° de la ESO. Pensé que sería un curso normal (obviamente lo pensé), con la misma rutina de siempre, lo que no sabía es que ese curso cambiaría mi vida totalmente. Cuando entré en mi nueva clase vi a un c...