Capítulo 14: Un encuentro

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Narra David

Entonces se escucho la voz de Ana

- ¡David! ¡¿Qué demonios estás haciendo con Alex?! - dijo gritando furiosa- Yo me refería a hablar tranquilos solos en clase, no que le encerrases como si fuese un secuestro, estúpido.

Alex y yo nos separamos, él se ruborizó y yo me rasqué la cabeza confuso ¿Estabamos a punto de besarnos? Pero Alex es un chico, es imposible que me guste, todo esto habrá sido una tontería, igual el solo había visto una mota de polvo en mi ojo y yo... Me había acercado para que me viese mejor. Sí, tiene que haber sido eso.
De repente Ana abrió la puerta y empezó a gritar de nuevo.

- ¿Cómo se te ocurre? Secuestrar a mi mejor amigo solo para eso ¿Eres tonto o que? -parecía muy enfadada- Venga Alex, vámonos.

- S-sí, v-voy -dijo nervioso, seguramente preocupado de que todavía tenía polvo en el ojo. Seguramente por eso.

Narra Alex

David y yo... ¿Estabamos a punto de besarnos? Es decir... ¿Si no hubiese venido Ana él y yo...
Estaba pensando en eso cuando de repente Ana interrumpió mis pensamientos

- ¿Qué ha pasado ahí dentro? -dijo ligeramente preocupada

- Ya sabes... Él se disculpó y yo le perdoné -dije intentando mostrar indiferencia, pero Ana no caía en esas mentiras

- Ya bueno... Supongo que una disculpa solo... Pues: Uno. Lágrimas -iba a intentar esconderlas bajo otra mentira pero Ana reaccionó más rapido.- no digas que no, tienes los ojos rojos y todavía se notas un poco las lágrimas en tus mejillas.
Bueno... Dos. Estabais demasiado juntos y cuando te viniste conmigo tenias las mejillas ligeramente rojas -También iba a negarlo pero de nuevo ella habló- Venga ya, siempre que está él muy cerca de ti te sonrojas, no paras de mirarle y a ti los insultos no te suelen importar ¿Por qué los suyos sí? Nunca te he visto así, pero está claro que estás enamorado de él

- Yo... -Ana me miró de forma que pudiera detectar cualquier signo de mentira en mi rostro así que decidí decir la verdad. Al fin y al cabo ella es mi mejor amiga.- Sí, la verdad es que me gusta mucho - miré al suelo avergonzado

- ¿Qué pasó ahí dentro? -preguntó de nuevo con curiosidad

- Él... Bueno, nos estábamos acercando suavemente el uno al otro y... -me interrumpió

- ¡¿Te iba a besar?! -dijo sorprendida

- Bueno... Pero apareciste tú gritando y nos separamos -Ana suspiró tranquila.

- Pues lo siento por ti, pero te tengo que decir esto - Sin darme cuenta estábamos en el baño de chicos, no le di importancia a que Ana estuviese dentro pero si a lo que me tenía que decir- Yo conozco a David, ya sabes... Jaime y el son mejores amigos. Él nunca ha tenido una novia que le durase, la que más le duró fue una semana. Utiliza a las chicas, se acuesta con ellas y luego su vida sigue como si nada. Jamas le ha gustado un chico, y aunque tú le gustases solo querría acostarse contigo - Me puse a limpiarme la cara en el grifo mientras escuchaba atentamente- Te digo esto porque sé que él te hará daño, y no quiero eso. Sé que estás enamorado de verdad, pero tienes que separarte de él

- Yo... No te preocupes -Sonreí ligeramente para tranquilizarla- Ya sé que no tenemos posibilidades, él es mi amigo y punto, igual lo del beso solo se creía que... ¿Le estaba mirando a ver si tenía algo en el ojo y por eso él también se acerco? - Podía ser verdad

- Ya... Bueno, vamos antes de que suene el timbre, por suerte solo queda una clase más

Nos fuimos a clase y sonó el timbre, vi a entrar a a toda la clase preparándose para matemáticas. El último en entrar fue David que me saludo con la mano. Matemáticas se pasó rápido y cuando salimos acompañé a Ana a su casa. Pero en vez de quedarme en casa, dejé mi mochila y me fui a un parque a pasear y pensar.
Estuve diez minutos paseando sin pensar nada, solo para relajarme hasta que me vino la primera pregunta ¿Qué debía hacer con David? Estaba realmente enamorado y hoy casi nos besamos, o eso creo. Sin embargo Ana me aconsejó que me separara de él y quizá debería hacer eso o seguiré enamorandome... Bueno, creo que esto es lo que debo hacer: Iré con David y seremos amigos. Nada más que eso, de esa manera no sufriría tanto. Además le prometí a David que seríamos amigos. Una promesa es una promesa.
Sumergido en mis pensamiento seguí caminando. Como ahora estaba solo en casa y nadie llegaría hasta las cinco de la tarde podría pasear un buen rato. Iba tranquilo hasta que oí una voz

- ¡Cuidado! - me giré y vi que estaba en un paso de cebra con un semáforo en rojo y un coche viniendo hacia mí a gran velocidad. Me quedé paralizado pero el chico de la voz me empujo hacia la acera junto a él un segundo antes de que ese coche me atropellase. - ¿Estás bien? ¿Alguna herida? -me miró preocupado

- No... Gracias a ti. Gracias a ti no he muerto atropellado -Sonreí un poco avergonzado

- Me alegro - sonrió y me fije en él por primera vez. Alto, pelo castaño, ojos marrones y una sonrisa preciosa. La verdad es que era bastante guapo.- Se te veía preocupado y distraído ¿Algún problema?

- Bueno yo... - Me interrumpió

- Dejame adivinar... ¿Algún problema de amor, una persona que te guste? - me sorprendió

- Yo... Bueno... ¿Cómo lo has sabido? - le miré extrañado

- Te mordiste el labio inferior cuando te pregunte si había algún problema, eso suele significar que es de amor -sonrió de nuevo

- Ya, sí... -me acordé de una cosa- ¡Ah, sí! Me llamo Alex, gracias por salvarme ¿Y tú?

- Me llamo Iván ¿Quieres que te acompañe? Igual así consigo que no vuelvas a pasar por un paso de cebra con un semáforo rojo - Sonrió de nuevo, me pareció súper simpático

- Yo... ¡Claro! Iba al parque de aquí cerca -Empezamos a caminar y hablar.

Simplemente YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora