No podía creerlo, miré al cielo, luego a mi tía, por último a David. Él me miraba sin saber que decir, la gente pasaba aunque los que lo habían oído me miraban impresionados y con pena. Pero no, no me iba a derrumbar.
- De acuerdo. -Dije esforzándome muchísimo por sonreír, y al final lo conseguí. David parecía que no salía de su asombro.
- Me impresiona lo bien que te lo has tomado. -Dijo mi tía igual de sorprendida.- ¿Estás sonriendo?
- Si es verdad que las almas perduran después de la muerte estoy seguro de que mi madre ahora me está mirando expectante. Sí, me duele su muerte, me duele muchísimo. Aún así quiero regalarle a mi madre lo que sé que necesita antes de descansar para siempre. Le voy a regalar mi sonrisa. Quiero mostrarle que lo superaré, que seré feliz. -Dije mirando de nuevo al cielo. Intentando que las lágrimas que amenazaban con salir no lo hiciesen, pero como esperaba, no lo conseguí.
- Eres impresionante. -Dijo David. Mi tía asintió.
- ¿A donde tenemos que ir ahora? -Dije mirando a mi tía mientras un par de lágrimas resbalan por mis mejillas hasta la sonrisa tan abierta que formaba mis labios.
- Bueno... Ella está en el hospital. -Dijo seria.
- Vayamos. -Mi tía empezó a caminar hacia el coche, pero antes de que entrase David me ahogó en un abrazo.
- Eres impresionante. -Dijo a mi oído.
- Ya me está costando mucho no llorar, no me lo hagas más difícil. -Dije riéndome.
- Calla, imbécil. -Él rió igual.- A la mierda lo que ha pasado esta tarde en el baño ¿De acuerdo? -Le miré y sonreí.
- Si no quiero derrumbarme tengo que eliminar todo lo que me entristezca, por supuesto que estoy de acuerdo. -David me sacudió el pelo y se fue.
Ana me miró y yo suspiré. Me dio un abrazo y se fue. Me metí en el coche camino al lugar en el que el cuerpo de mi madre ahora mismo descansaba. No hablaba, no pensaba, si lo hacía sin duda me derrumbaría. Ya habría tiempo de llorar, por ahora prefería sonreír. Entré al hospital donde el resto de mi familia esperaba. Me miraron y yo sonreí un poco apenado.
- ¿Puedo entrar a verla? -Todos me miraron sorprendidos.
- No creo que te dejen. Eres demasiado pequeño. -Dijo mi hermano.
- Necesito hacerlo. -Dije muy serio.
- ¿De verdad? -Dijo mi padre, fue tan duro verle tan dolido.
- Por favor. -Dije mirándole a los ojos.
- Hablaré con la enfermera. Ven conmigo. -Subimos y hablamos con una chica que había en ese piso. Tras unas palabras de mi padre ella habló sorprendida.
- ¿Sabe el trauma que podría causarle verla en ese estado? -Dijo todavía sin poder creerlo.
- Soy consciente de todo, pero lo necesito. -Mi padre habló de nuevo con ella y al final me acompañaron hasta su habitación.
- No la vas a reconocer, podría ser demasiado doloroso para ti verla en ese estado ¿Estás totalmente seguro de que quieres entrar? -Dijo mi padre al lado de la puerta.
- Conozco las consecuencias. -Dije seguro de mí mismo.
Abrí la puerta y entré. Vi como mi padre se alejaba, así que cerré tras de mí y me senté en un sillón situado en la esquina de la habitación. Me quedé sencillamente mirando al suelo sin atreverme a levantar la mirada.
- Mamá... -Susurré.- Estoy seguro de que me estás escuchando, no sé si será la última vez que lo hagas o como dicen esos cuentos "siempre me acompañarás", por ello quiero decirte todo lo que no te he dicho y todo lo que no te podré decir. Para empezar todo lo que no te he dicho. Hace poco conocí a un chico fantástico, se llama Iván, serán suposiciones tontas, pero tengo la sensación de que va a ser muy importante en mi vida. Es amable, guapo, gracioso. Ya sé que apenas llevo unos días hablando con él, pero siento tanta confianza con él... Bueno, continuaré hablándote de David. Ese imbécil me ha enamorado. -Dije sonriendo mirando por la ventana.- Es tan guapo, tan... Su sonrisa... Sus manos, cuando las toco siento que no quiero soltarlas, que no puedo. Me siento tan nervioso cerca suya... Me afecta tanto cada palabra que me dirige, que forma con ayuda de sus labios... Es fantástico, realmente estoy muy enamorado ¿Crees que tenemos futuro? -Dije riéndome, sabía que no me contestaría.- Bueno... Dudo que me puedas contestar. -Miré al suelo apenado pero con una sonrisa, de repente una ráfaga de aire gélido entró por la ventana sacudiendo unas flores que había a mi lado. Cogí la rosa blanca y la observé atentamente ¿Sería esta la respuesta de mi madre? Quizá era una tontería pensarlo, pero sabía que me estaba escuchando, así que continúe hablando.- El futuro mamá, tantas cosas que no te podré decir. -Una lágrima amenazó con caer, y lo hizo.- Tantos momentos en los que no te podré ver... Mi graduación, mis llantos, mis risas, navidad. -Quedaban dos meses escasos para la primera navidad sin ella.- Mi boda. -Una lágrima caía tras otra.- me pregunto si me verás en mi primer beso de amor verdadero, con la persona que ame el resto de mi vida. -El cielo empezó a chispear de nuevo, y cada vez la lluvia se hacía más fuerte.- No verás el día en que me haga padre. -Muchas lágrimas llenaban mis mejillas.- Te voy a echar tanto de menos, mamá. Pero no, antes de irme quiero hacerte una promesa. Sonreiré, seré feliz. Lo haré por ti, lo siento, no te puedo prometer no llorar, pero sí superar cualquier cosa que me amargue. Lo superaré todo. Verás como creceré aprendiendo de cada día, hasta el día en que nuestros caminos... Bueno...
Llovía, llovía tan fuerte.
- Hasta el día en que nuestros caminos se junten. Prometo dejar una mano libre para que me la cojas mientras camino paseando hacia la persona que me case con la persona a la que amaré eternamente. Prometo cuando termine la carrera mirar el cielo, recordar tus ojos llenos de orgullo. Prometo dejar que la suave brisa de tu alma agite suavemente la cuna de mis hijos. Espero que cuando me dé el primer beso con aquella persona que me ame sonrías y me acompañes en los momentos en los que llore. Por último prometo dar lo mejor de mí, todo lo que pueda, coser mi vida como la más fina sábana hecha de recuerdos, arroparme con ella cuando las arrugas cubran mi cuerpo, cuando camine hacia la puerta de la eterna tranquilidad. Todo para poder mirar atrás y sonreír ante la satisfacción de haber aprovechado mi vida hasta su último día. Te prometo que seré feliz y es una promesa grabada en el sitio más profundo de mi corazón. -Me levanté con las lágrimas recorriendo mis mejillas sin parar, solté aquella rosa que el viento agitó cuando le pregunté a mi madre si pensaba que algún día estaré con David y no pude contenerme. La miré. Un cuerpo sin vida, el cuerpo de mi madre sin vida. Me acerqué a ella. Sería una imagen que nunca más podría olvidar. La cogí de la mano, fría como el hielo y le dediqué una última sonrisa.- Te echaré de menos mamá, hoy le digo hasta nunca a tu cuerpo, pero sé que para tu alma es un hasta luego, ya que sé que siempre me protegerás.
Salí hacia la puerta, esta sería la última vez que viese mi madre al natural, ya que la llenarían del maquillaje que se le echa a los cadáveres para que no se vean tan mal. La miré a ella, miré la rosa, la lluvia fuerte, la ventana abierta. Abrí la puerta y las lágrimas no paraban de caer.
- Alex... -Dijo una voz.
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Simplemente Yo
RomanceHace poco se acabó el verano y voy a empezar 3° de la ESO. Pensé que sería un curso normal (obviamente lo pensé), con la misma rutina de siempre, lo que no sabía es que ese curso cambiaría mi vida totalmente. Cuando entré en mi nueva clase vi a un c...