Me levanté con el suave sol de la mañana y sonreí al recordar lo pasado la anterior noche, abrí suavemente los ojos y me encontré a David sentado a mi lado en la sábana fumando un cigarro mientras miraba al lago reflexivo. Me tomé un momento para ver su cuerpo semidesnudo y David me pilló observándole, intenté no sonrojarme y no estaba seguro si lo había conseguido.
- Ya te has despertado. -Dijo mirándome y me acarició el pelo. Le dio una calada al cigarro y hecho el humo sobre nuestras cabezas.
- Sí. -Dije sonriendo.- Aunque tengo un poquito de sueño, me desperté unas cuantas veces por culpa de leves pesadillas. -Cerré los ojos al recordar las pesadillas. Todas eran recuerdos de mi familia que se desvanecían y acababa yo solo en lugar lleno de oscuridad. Suspiré y abrí los ojos, sonriendo de manera que David no le diese importancia.
- Te noté agitado, pero no sabía si debía despertarte así que tan solo intenté abrazarte. -Sonreí enternecido por lo que había hecho David.
- Siento mucho haberte despertado. -Dije con sinceridad. Nunca me había gustado preocupar a otras personas.
- No pasa nada. -Terminó con al última calada aquel maldito cigarro y lo echó al campo lleno de tierra que había detrás del magnífico lago. Cuando volvió estaba cogiendo mi ropa apoyado sobre mis rodillas y mis manos.- Qué sorpresa, me voy un momento y cuando vuelvo te tengo a cuatro patas. -Dijo riéndose de su propia broma.
- Cállate, tan solo me voy a vestir. -Dije riéndome ligeramente.
Nos vestimos y fuimos a desayunar a la pastelería donde David había comprado la deliciosa palmera. Al entrar vi a Nata ocupada con otros clientes así que nos sentamos a esperar en una de las pequeñas mesas que por allí había.
- Hola, guapo. -Dijo Nata cuando nos pudo atender. Me sonrió ampliamente y yo me levanté para abrazarla, me sostuvo un momento y me susurró al oído.- Me dijiste que estaba bueno, pero, madre mía. -Me reí.
- Hola, Natalia. -Dijo sonriendo David, dándole dos besos. Natalia correspondió y le saludó.
- Hola, David. -Sonrió y me di cuenta de su pequeño error.
- No me suena que te dijese mi nombre, ahora que lo pienso. -Dijo reflexivo con un poco de sorpresa en su expresión.
- ¿No? -Dijo Nata extrañada, me miró de reojo y la sonreí mientras disimuladamente le mataba con la mirada.- Seguro que sí. Bueno, ¿Qué tal fue la palmera de ayer? -Dijo cambiando de tema.
- Muy buena, muchas gracias por hacerla. -Dijo David sonriendo.
- De nada. -Dijo ella correspondiendo con otra sonrisa.- ¿Descubriste de quién era? -Dijo hablando conmigo.
- ¿Cómo iba a no hacerlo? Dejaste señales muy obvias. -Sonreimos y pedimos el desayuno, Nata nos lo trajo y David pagó. Se quedó hablando un rato con nosotros, hasta que al final David me acompañó a casa y él se fue a la suya. Al llegar a casa me encontré una nota:
Llegamos a casa para coger algo y vemos que no estabas en la cama. Te llamamos y no contestas. Cuando llegues mándame una llamada perdida. Nos tienes preocupados. Hablaremosc cuando llegué a casa.
~Papá~
Sabía perfectamente lo que eso significaba, explicaciones y discusiones. Problemas.
ESTÁS LEYENDO
Simplemente Yo
RomanceHace poco se acabó el verano y voy a empezar 3° de la ESO. Pensé que sería un curso normal (obviamente lo pensé), con la misma rutina de siempre, lo que no sabía es que ese curso cambiaría mi vida totalmente. Cuando entré en mi nueva clase vi a un c...