Capítulo 29: Una cita con Esperanza.

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10 días hasta el viernes

Llegué a la puerta de la psicóloga y me abrió la puerta una señora amable de cierta edad pero una expresión joven. Nos dejó entrar a mí y a Iván (que se había odrecido a acompañarme).

- Me llamo Esperanza. Encantada. Podéis entrar los dos, hoy solo quiero conocerte. -Me sonrió de forma agradable.- Siéntate, permíteme que te observe. -su tono era serio, pero agradable y tranquilo. Tras sorber un poco de su café de suave color marrón habló la amable psicóloga.

- Dime, ¿hasta que punto me equivoco diciendo que eres reservado, amable, dulce, reflexivo, servicial, cauteloso y ligeramente inseguro? -Me quedé de piedra. ¿Cómo podía haber sabido eso?

- Encantado de conocerla. -dije sonriendo con un poco de sorpresa.

- No, no te espío. Deja que me explique antes de que salgas corriendo. -dijo riendo.- Lo de dulce y amable lo he adivinado por la expresión de tu cara constantemente sonriendo. Lo de servicial porque dejaste pasar primero al modelo de Calvin Klein. -le guiñó el ojo a Iván y este sonrió.- Cauteloso y reservado porque vi un poco de duda y tensión en tu rostro y cuerpo cuando dije que quería conocerte. Inseguro porque cuando te dije que iba a observarte cruzaste los brazos tapándote el cuerpo.

- ¿Puedo ser sincero? -dije serio.

- Hemos venido a eso, cariño. -dijo sonriendo.

- Estoy incómodo. -miré a Iván, buscando seguridad en su mirada. Me sonrió.

- Bueno, dime. -Paró ahí y me quedé mirándola. Bebió un poco de su café y se quedó en silencio.

- ¿Sí? -respondí intentando que reaccionase.

- Dime, ¿quién eres? -me dijo mirándome con una pequeña sonrisa.

- A... Alex. -dije inseguro.

- Así es como te conoce el mundo, pero para analizarte tendré que conocerte como solo una persona lo hace. -la miré serio. Sabía que quería conocerme como solo yo me conocía.- Creo que has acertado quién es esa persona. ¿Sabes lo desconfiado que eres?

- Bueno, creéme que si me conociese a mí mismo tan bien como tú te crees que me conozco, no necesitaría esta terapia. Realmente, ¿alguien se conoce a la perfección?

- Eres muy cerrado. -Dijo ella con una sonrisa. Me pareció ciertamente un poco lunática, pero me gustaba.

La siguiente hora me estuvo preguntando gustos básico y demás, apuntando todo cuanto decía en una libreta, incluso si le decía que me gustaba el color azul oscuro ella lo apuntaba. Finalmente llegó la hora de irme.

- Bueno, ha sido un completo placer conocerte. Eres una persona realmente fascinante. -dijo ella sonriendo.- la siguiente vez que nos veamos esto irá más en serio, espero que vengas preparado. También debo decirte que la siguiente sesión él no puede venir. -dijo mirando a Iván.- Hablaremos de cosas más personales de lo que hemos dicho hoy. -asentí y me fui, pero Iván no me seguía, había parado a hablar la psicóloga. Caminé hacia él, pero me hizo un gesto con la mano para que parase. Empecé a sentir curiosidad, ¿estarían hablando de mí?

Narra Iván

Íbamos a salir cuando de repente la psicóloga de Alex, Esperanza, me paró.

- Espera, chaval. ¿Eres su novio? -dijo sorprendiéndome.

- Tan solo amigo. -respondí mirándola.

- Siento mi indiscreción, pero es mi trabajo. Verás, yo estudié una rama de la psicología que trata sobre el idioma de los gestos. Es por ello que en unos minutos he podido dar un descripción básica sobre el comportamiento de Alex. Entre todos sus gestos me he fijado que buscaba seguridad en tu mirada constantemente cuando le hacía muchas preguntas, y pensé que serías algo más que un amigo.

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