- Da...vid -dije impresionado y a él no pareció importarle mi presencia, pues no se movió ni un centímetro.
- Hey... - Parecía ligeramente ¿Borracho? ¿Drogado? No lo sé, pero no estaba normal.
- ¿Qué... Qué estás haciendo? - Que pregunta más estúpida, era bastante obvio.
- Bueno - Hizo una media sonrisa y levantó el cigarro para resaltar lo obvio. Yo sin saber como reaccionar, ni que hacer me apoyé en una pared del pequeño baño y empecé a bajar hasta quedarme sentado en el suelo, enfrente de David. - ¿Quieres uno?
- Yo... No, gracias. -en otro estado se lo hubiese negado enfadado, pero tenía sentimientos encontrados, por desgracia no elegimos la persona de quien nos enamoramos, y eso iba a ser mi maldición, como a miles de personas. - David... -Me miró curioso- ¿T-te podría...? Yo... Perdón...
- Adelante -dijo mirando al techo del baño mientras echaba el humo.
- ¿Por qué fumas? -dije finalmente. Realmente me sentía encerrado ¿Qué debía hacer? Tuvimos una pelea hace un rato, pero mi corazón me decía que tenía que hacer que dejase eso, la mierda del tabaco que miles de personas ha arruinado.
- Buena pregunta -dijo con otra media sonrisa, sentía que esa media sonrisa me derretía el alma. Me estaba enamorando seriamente. Nunca me había enamorado realmente, bueno... Nunca tanto como de David. La vida era realmente injusta- ¿Acaso hace falta una razón? Ya sabes lo típico, te ofrecen y te vicias. Le pasa a cualquier imbécil, y yo me incluí en ese grupo.
- Bueno ya ¿Pero tú por qué aceptaste? -No sabía si me estaba pasando, no había confianza, él me empezaría a odiar y a mí se me iría muriendo el corazón poco a poco. Tenía sentimientos encontrados todavía, me venían malos recuerdos a la cabeza, sentía los ojos cristalizados al ver a la persona que amaba destrozar su vida lentamente.
- No es algo que deba contarte. -dijo secamente.
- Por favor. -dije con la voz un poco dolorida. David se impresionó de ese tono.
- Esta bien. -echó el humo hacia el techo de nuevo y empezó a hablar- Yo... Bueno, siempre me sentí solo, a corta edad mis padres se mudaron a América dejándome a mí y a mi hermano mayor con mis tíos, allí encontré a la primera persona que iba a querer. Mi tía. Tuve una infancia dura. Llena de personas que me molestaban, pero yo siempre hice caso a mí tía que siempre repetía lo mismo "Sonríe mi niño, nunca busques una razón, pues es estar vivo ya es suficiente" gracias a el amor de mi tía podía soportarlo todo, pero un día todo empezó a cambiar. Mis padres llegaron después de 4 años y nos mudamos con ellos, ellos fueron más estrictos, sobretodo mi padre. Con 8 años empezaron a llevarme a distintas academias a la vez que al colegio cosa que me estresaba. No sentía amor, el dolor me comía por dentro hasta que llegó lo peor. Estaba paseando con mi tía cuando llegaron. Unos hombres con las caras tapadas, amenazando a mi tía que le diese el dinero que mi tío no había pagado, mi tía corrió hasta que nos escondimos en un callejón. Ella me escondió detrás de un contenedor y me dijo que por nada del mundo me moviese, que fuese valiente, por último dijo que quería y que sonriese a pesar de todo, que sonreír era lo más bonito que podía hacer un humano. -A pesar de la dureza de su historia no se le quebraba la voz ni un momento, yo mientras, le escuchaba con atención. Suspiró y continuó.- Ellos, los hombres, la mataron, y yo la vi, como se desangraba y como esos ojos en los que yo había encontrado seguridad perdían su vida. Desde ese momento no encontré razón para ser bueno, si la vida había sido una mierda conmigo por qué debía ser yo buena con ella. Me decidí a matar a esos cabrones, hacer que se pudran en el infierno. Decidí dejar todos los cursos, desobedecer a mis padres y por último lo único que me haría feliz. -Me miró y yo suspiré.- Acertaste, las drogas. No pensé en la edad, me pareció lo menos importante, quizá podía morir o vivir ¿A quién le importaba?
- Yo... David. Me he quedado sin palabras, por favor, tan sólo deja de fumar, te lo suplico. -No conseguiría convencerle pero ¿Qué hacer?
- ¿Por qué debería hacer eso? -Dijo sonriendo como si pensase que el habérmelo contado fuese una estupidez.
- Para vivir... Para encontrar la felicidad -dije
- Dios, a nadie le importa eso. Yo no creo en la supuesta verdadera felicidad. Si solo la encuentro con las drogas, haré lo que quiera.
- ¡¿No te das cuenta que te matas lentamente?! -Me sentía dolorido
- ¡Qué importa! La vida es una mierda, me da igual morir, a todo el mundo le da igual que muera. -dijo bastante enfadado
- A MÍ ME IMPORTAS GILIPOLLAS, NO QUIERO QUE MUERAS ¿ES QUE NO LO ENTIENDES? -David se sorprendió- ¡N-no sé como lo has hecho! -dije gritando- pero joder, me importas, tan poco tiempo pero has conseguido importarme! Puede que yo no te importe a ti pero tú a mi sí, te quiero vivo, no quiero que destroces tu vida por esa mierda. Te lo suplico -señalé el cigarro. Sin darme cuenta estaba de pie y David también se levantó acercándose a mí con la mirada dura. Se empezaba a notar el poco espacio del baño.
- Las personas que no me importan las ignoro, tú me importas, imbécil, y no te has dado cuenta. -Estaba al borde de las lágrimas. Mierda, no quiero llorar. David tiró lo que quedaba de cigarro al váter.
- Si de verdad te importo ¿Por qué no dejas de fumar? -dije
- ¿Por qué te importa tanto que fume o no? -dijo más tranquilo.
- Mi abuelo... Murió a causa del tabaco. Yo le quería mucho pero esa mierda se lo llevó. No quiero que te lleve a ti también, te lo suplico. -David se enfureció me cogió de los hombros y me puso en la pared del baño haciéndome daño.
- NO ES TAN FÁCIL, JODER. TÚ ME IMPORTAS. TAMPOCO SÉ COMO LO HAS HECHO, TAN SOLO SÉ QUE ME IMPORTAS. NADIE SE HA PREOCUPADO NUNCA POR MÍ ¿POR QUÉ TÚ SÍ? Joder, es difícil- miró el suelo y yo ya no pude soportarlo más. Empezaron a caer las lágrimas sin control.
- Ya no sé como decírtelo, te quiero vivo, dejalo aunque sea por mí...
- No lo haré
- ¿Por qué? -dije mirándole ignorando las lágrimas de mis ojos.
- Sencillamente no quiero. -no me había soltado los hombros.
- ¡Pero si ya has dicho que te importo! Hazlo por mí, te lo suplico.
- Eres tan molesto ¿Sabes? Dije que me importabas sin saber la razón pero realmente desearía no haberte conocido. Eres la persona más molesta que me he encontrado en la vida. De lo peor que me ha pasado, yo vivo la vida como quiera, no venga tú niñato de mierda a intentar cambiarla como si fueses mi amigo de toda la vida. Tú nunca has estado en mi pasado y desearía que no estuvieses en mi futuro. Pierdete, a ver si de una vez te das cuenta que el que me importes no significa que te quiera en mi vida. -Me soltó de los hombros y me quedé en shock. No podía moverme. Abrí la puerta del baño y me fui lentamente recordando las duras palabras de David. Se acabó, él y yo no podríamos ser nada. Esta acabado. Supongo que no siempre todo tiene su final feliz. Me sentía con el corazón más destrozado que nunca. Jamás había sentido este dolor. Odio el haberme enamorado, realmente lo odio.
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Simplemente Yo
RomanceHace poco se acabó el verano y voy a empezar 3° de la ESO. Pensé que sería un curso normal (obviamente lo pensé), con la misma rutina de siempre, lo que no sabía es que ese curso cambiaría mi vida totalmente. Cuando entré en mi nueva clase vi a un c...