¿Me quieres? {gemeliers}

5. ¿Oviedo en mi cama?

- ¡Chicos nos vamos! - dijieron desde abajo, antes de cerrar la puerta

Mierda...
Me lo han estropeado todo.
Estaba soñando con Antonío José, mi ídolo ¡estaba apunto de besarme!
¿Y yo por qué me enfado tanto? ¿si no va a pasar? - dije hablando a mis adentros pero poniendo una cara extraña.

- ¿Y esa cara? - dijo alguien desde la puerta de mi habitación -

Oh mierda, mierda y mierda.
Era Oviedo. Jesús Oviedo.

- La que me sale cuando te veo bonito - puse cara de asco y me levanté -

- Tú y tu mal humur cuando te levantas - se tumbó en mi cama como si de la suya se tratase - ¿qué vas a hacer hoy?

- Quedarme en casa - levantó medio cuerpo y me miró alzando una ceja - ¿qué? - le interrogué -

- Sigues siendo igual de repelente - sonrió -

¿Pero esté de que va?
¿Pero quién se cree el mindundi este?
Mi paciencia se va agotando con él y cuando se acaba, malo yo solo advierto.

- ¿Sabes qué? Qué no me apetece seguir hablando con alguién como tú

- ¿Cómo yo? pero si soy una amor - se tocó el pelo victorioso, sí había conseguido cabrearme -

- ¡Vete a la mierda Oviedo! - grité echandole de mi habitación -

- Qué bien nos lo vamos a pasar esta noche Lorena - se acercó a mí peligrósamente y se fué dejandome nerviosa.

No aguanto más y esto solo es el principio.
Me puse el pijama cómodo y fresco, hoy no iba a salir estaba demasiado vaga para salir a la calle y ver a cuatro gilipollas paseandose buscando algo para entretenerse.
Laura me llamó para pasar el rato.
Escuché la puerta de casa y supuse que era mi hermano.
Y efectivamente era él. Entró con una muchacha morena. Alta. Ojos verdes oscuros y el pelo ondulado además de tenerlo largo era precioso.

- Lore, vamos arriba - me guiño un ojo -

- Que sí, a la a disfrutar - parecía que mi hermano me queria asesinar con la mirada y no pude evitar soltar una carcajada que sonó en toda la casa -

Me quedé en el salón.
Preferiria estar en mi cuarto pero estaba ocupado por mi hermano y su rollo.
Tenía bastante sueño.
Los ojos se me cerraban solos y sabía perfectamente que de un momento a otro iba a quedarme dormida.

10:34 de la mañana

Estoy en la cama.
¿Pero yo no estaba en el salón?
Me giré, intento fallido.
Inspescioné y esta no era mi habitación. Me di cuenta de que unos fuertes brazos rodeaban mi cintura y su cabeza se hundia en mi pelo.
Porfavor que no se él. Porfavor. Porfavor.
Miré y ¡dios dame fuerzas para no pegarle un grito a este imbécil!
Le desperté brucamente y cuando digo brucamente es dandole un empujón y tirandolo de la cama.

- Lore vas a morir

Ag su voz por las mañana, hacía tiempo que no la oía.

Sabía perfectamente sus intenciones así que me levanté de la cama rápidamente pero tarde, el ya estaba en la misma posición que yo pero en el otro extremo de la cama.
Vino hacía mí pero me subí encima de la cama, aun desecha.
Sin esperarmelo se subió y me miró fijamente.

- La has cagado y lo sabes, conmigo nadie juega - se acercó más a mí y empezó a hacerme cosquillas -

No ¡mi punto débil!
¿Yo que hago?
Lo mato.

- ¡Para, porfavor! - le pegaba en la espalda, habíamos cabido en la cama, él encima mía - ¡Jesús como no pares te arrepentiras el resto de tus días! - dije con dificultad de hablar por mi risa -

- ¿Por qué lo deveria de hacer? - paró de hacerme cosquillas para mirarme a los ojos no antes de haberme mirado a los labios con deseo -

- ¿Tú quieres sentir dolor mañanero? - negó con cierto miedo - pues vete callando sería mejor

Se quitó de encima mía.

- A veces das miedo, enserio - rió y yo puse una cara rarísima - vale, ya me callo

- Me harias una favor grandísimo

Salí de la habitación con intención de irme a la mía pero lo único que pude ver en mi habitación fué algo que no voy a poder sacar de mi cabeza.
Cerré rápidamente.

Anda que hay que tener ganas - pensé -

Bajé al piso de abajo el cual estaba Dani con una chica.
La reconocía, era...

¿Quién será?

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