40. Navidad

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Llevamos 2 horas en el coche camino de Sevilla. Allí nos espera mi padre y Eva, este año me toca pasar toda la navidad con ellos.

Jesús está concentrado en la carretera cosa graciosa, ya que está con los ojos bastabte abiertos y muy concentrado en la carretera. Al lado hay un vaso de café ya que son las 3 de la madrugada.

Tenemos pensado ir a un hotel para pasar las navidades. Nos saldrá barato ya que es nuestro amigo el del hotel.

Hacemos una parada en la primera gasolinera que vemos. Cosa que le agradezco ¡ya no sentía las piernas!

Nos bajamos y entramos a la pequeña cafeteria abierta las 24 horas del día.
Pido un café con leche calentito, está nevando por esta zona. Empiezo a temblar del frío y Jesús me ofrece su bufanda, no la acepto.

- Pontela, te vas a resfriar - me advierte autoritario -

- Que no - dije cansada tomando algo de café -

- Tengo ganas de verlos a todos, estar juntos

- Y yo - sonreí - ¿Dani va? - asintió -

- Llega el viernes a la tarde, el trabajo

- Lo entiendo

- ¿Qué le vas a regalar a tu padre?

- Un entrada para ver el Sevilla - rei - ¿y tú a tu madre?

- Un colgante de oro

- Bonito regalo - le alagué -

- ¿Y el mio?

- ¿El tuyo? - me hice la tonta -

- Yo ya tengo preparado el tuyo - sonrei -

- El mio va a ser especial - le saqué la lengua -

- ¿Sí? - se mordió el labio - ¿y que es?

- Sorpresa

Me levanté. Pagué y volví a acercarme a él divertida. Le miré los labios los cuales estaban rajados y morados por el frío.

- ¿Vamos?

- No

- ¿Por qué?

- Antes quiero algo

- ¿El qué?

Agarró mi cadera con cuidado. Rozó su nariz con la mía haciendome esperar desesperadamente.

Le miré con cierto enfado en mi la mirada y rio al final acabé riendome yo también.

Le agarré con la mano derecha el cuello y lo acerqué a mí con ansias.
Abrio la boca y absorvió mis labios con intensidad. Le mordí el labio una ves iba notando que me faltaba la respiración.

- ¿Ya?

- Ahora sí - dio un toquecito en mi trasero -

Jesús

Miro hacía el lado y veo como se ha quedado dormida trás discutir sobre quien conducía.

Solemos discutir sobre tonterias básicamente, a veces cansa.

Veo el cartel en el que pone Sevilla.
Quedara una hora incluso menos oara llegar al pueblo. Veo como se despierta removiendose en el asiento del coche. Al verme vuelve a cerrar los ojos molesta al recordar lo que había pasado.

Los dos somos unos cabezones.

- Lorena...

No respondía.

- Hablame que me aburro

- Qué - dijo seca -

- Que te quiero

- Todo lo solucionas así

- Lorena no estás acostumbrada a conducir tanto tiempo, no te iba a dejar

- Siempre pones alguna excusa

- ¿Podemos pasar unas navidades en condiciones?

- Lo intentaremos

- Esta bien

(...)

¡Por fin en casa! Como echaba de menos el calor familiar, estar mi hermano y yo juntos todo. Sobretodo quiero ver la cara cuando Lorena se entere de que Juan, su hermano, está aquí también. Se va a llevar una alegría.

- Jesús has visto mi vestido

Mi mirada se va hacía ella, su cuerpo, solo cubierto por las pequeñas telas de su ropa interior. Me muerdo el labio inocente.

- ¡Jesús!

Gritó regañandome al ver que no decía nada, solo la miraba contemplandola cosa que me encanta hacer es un hobi para mí.

- Tiene que estar en la maleta - aseguro - si no te podrías quedar así

- Claro Jesús y voy así por la casa y que me vea Dani con el tanga - me sonrió sarcástica -

- Bueno - toqué mi cuello - hasta ahí no llego - rei contagiandoselo a ella -

- ¡Aquí está!

Mierda de vestido, pensé

Pegaron en la puerta. Este es el momento.

Lorena

Estaba poniendome las convers blancas, no soy la típica de tacones, sentada en la cama cuando llaman a la puerta.

Se abre y a la vez abro los ojos amploamente sin dejar de abrir más la boca si es normal.

- ¿Juan? Juan ¡Juan!

Joder que alegría. Me levante corriendo y le abracé enganchandome a su cuello. Esto hacía ponerle celoso a Jesús, aunque sabía que es mi hermano.

- ¿Cómo te cuida este cabrón? - le dió la mano a mi novio -

- Muy bien, un poco pegajoso - me miró y le dí un beso en la mejilla -

- Me alegro que al final haya cuajado esto - sonrio mirandonos tiernamente -

- La quiero, la quiero muchísimo Juan

- Lo sé - asintió mi hermano -

(...)

- ¿Me quieres?

- Mucho - dijo con la voz ronca -

- ¿De verdad? Mirame a los ojos - me obedeció - dime que me quieres

- Te amo Lorena

Me acerqué a besarle. Los labios acompasados, nuestros besos siempre transmiten algo.

- ¿Me das ya mi regalo? - le hice pucheritos -

- Prometeme que no vas a gritar

- Que sii gordoooo

- ¿Gordo?

- Sii mi gordito - besó su pecho sin camiseta - damelo ya - salté encima suya -

- Toma - sacó la mano de detrás -

Empecé a abrirlo. Parecia papel.

- ¡Dios! ¡No! ¿enserio? No puede ser ¡te quiero, te queiro, te quiero!

- Mañana tendrás otro regalo que te gustará más

- ¿Quieres el tuyo?

- Claro

(...)

Jesús

...

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¿Me quieres? {gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora