47. ¡Fuera!

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Lorena

Voy hacia el despacho de Jesús. Vuelta a la rutina después de casi seis meses y medio. No tengo nada de ganas de trabajar, como todo el mundo.

Entro y me quedo observando a la chica que hay sentada en la silla. Los dos están riendo y conversando sobre un tema que aun no sé.

Carraspeo y se dan cuenta de mi presencia.

- Cariño, ven

Voy lentamente y quedo al lado suya.
Este pasa la mano por mi cintura y obliga a sentarme encima suya a regañadientes.

- Bueno creo que hemos acabado, mañana te llamaré por lo que sea, encantado

- Claro, espero un sí, adios Jesús

Sale por la puerta del despacho e inmediatamente me levanto y me siento donde antes estaba ella. La cara de Jesús pasa a cara de saber de que va la cosa.

- ¿Puedo empezar? - pregunto cruzandome de brazos -

- Cuando usted quiera - se abrochó la chaqueta mientras me miraba sonriente -

Me resistia a devolverle la sonrisa, hablaremos seriamente.

- ¿Quién era esa?

- Una posible secretaria

- ¿Secretaria?

- Tú eres mi secretaria pero necesito otra

Creo que en esa frase la ha cagado un poco tal vez.

- Bueno, haré como si no hubieras dicho eso - suspiré - ¿de qué hablabais?

- De la novia tan guapa y tan celosa que tengo - acercó la silla a la mesa -

- Pues te tendrás que aguantar durante muchos años, o meses ¿quién sabe?

Me levanté de la silla y me dirijia a salir del despacho cuando me agarran de la cintura.

- Mi amor...

Susurró en un oido besando mi cuello, me dí la vuelta y el beso quedó justamente en los labios. Fue un beso simple, después abrí los labios dejando paso a su lengua y ahí se conviertió en uno especial. Los dos jugabamos a una guerra de lenguas, a la que a ninguno de los dos nos importaba perder. Puse mis brazos rodeando su cuello y él ya rodeandome mi cintura me pegó a él.
Agarró fuerte mis piernas con intenciones de subirme a su cintura pero me separé de él y puse mis manos sobre su pecho. Cerré los ojos y me mordí el labio recuperando la respiración. Esté me acariciaba la cintura por dentro de la camiseta y las sacó al verme que me iba a separar.
Sonreí y le miré con los ojos brillosos.

- ¿Qué tengo que hacer?

- Te dejo el día libre - acarició mi mejilla -

- ¿Por qué no te vienes conmigo a casa?

- Tengo cosas que hacer cariño, si te esperas unos 10 minutos te llevo a comer

- Sí porfavor, me muero de hambre

Rio y volvió a sentarse frente el ordenador. Yo mientras miraba el teléfono, tenia varios mensajes de Dani. Me metí en su conversación y empecé a leer.

Lorena, ¿dónde estás?
Necesito tu ayuda.
Porfavor.

¿Qué ocurré Dani?

Dime el lugar más romántico de todo Madrid

Ha una media hora de aquí hay un descampado con un lago bastante bonito, se ve el atardecer perfectamente
¿Por qué me lo preguntas?

Para llevar a mi chica, mañana hacemos un mes y necesitaba algo especial. Gracias de verdad, te adoro.

No tienes porqué darmelas, oye ¿le puedo contar a Jesús lo enamorado que estás?

Ni se te ocurra, si no quieres que Jesús se entere de cosas inapropiadas...

¿Me estás haciendo chantaje?

Así se llama, ya te cuento como ha ido la cosa, dale recuerdos a mi hermano, mañana iré a veros

Adios, un beso.

Alzo la vista hacia Jesús y veo como esté me esta mirando con cierto. ¿Por qué me tiene que mirar tan tierno.

- ¿Has acabado?

- ¿Si te digo que no he empezado, me matarías?

- Pues no, te diria que le den por culo a esto y vamonos a comer

- Eso me va gustando más - reimos -

Se levanto y me quedé mirandole. Tengo suerte de haber encontrado a alguién como él.

Agarró mi mano entrelazando los dedos, no pude evitar mirar nuestras manos juntas, mi anillo de compromiso cosa que hizo que me sonrisa fuera a más.
La apretó con fuerzas y empecé a caminar una vez reaccioné.

- Te llevaré donde yo quiera, esta vez me toca elegir a mí ¿no?

- Sí, por esta vez te dejo - le sonrei -

- No tenias más remedio ibas a ir si o si, guapa

- ¿Y ese guapa a que a venido?

- Hoy te veo relamente preciosa

- ¿Y otros dias no? - le fulmine con la mirada -

- Eh...vamos a comer

Alfinal acabamos riendonos, siempre la caga.

(...)

Llegamos a casa después de comer. Habré engordado como unos dos kilos, estoy llena.

Suena el tiembre y el que va es Jesús.
Se escucha de hablar a él y a un hombre.

- Cariño, voy a dar una vuelta con Erik ¿te acuerdas de él?

- Claro, pasadlo bien

Antes de irse se asomó por el salón y me tiró un beso.

Pues sola en casa.

2:00 de la mañana

Se escucha la puerta, los pasos de subir por la escalera y me doy cuenta de que va chocandose con todo. ¿Está borracho?

Abre la puerta de la habitación y tira la chaqueta al suelo. Se acerca a mí y me besa el cuello repetidas veces.

- ¿Qué haces? - me giré quedando boca arriba -

- Las copas han echo su efecto

- Pues a mí no así que quitate

- Venga que sé que quieres

- No, no quiero

- ¿Por qué? ¿estás con otro? ¿ya no me quieres?

- Ninguna de las dos cosas es, así que quitate ya joder

- Estás con otro ¿verdad?

- ¡Joder Jesús que no!

- Eres una puta

- ¿Perdona?

- Lo que has escuchado

- Fuera de aquí Jesús - me levanté y le empujé de la cama - ¡que te vayas!

- ¿Me vas a echar de la cama?

- Ahí tienes el sofá

- Pues vale, ya ves tú que problema más cómodo porque eres más pegajosa

- ¡Fuera, ya!

- Buenas noches cariño

- Gilipollas

Cerré la puerta con pestillo y volvi a acostarme. ¿Enserio esto acaba de pasar?

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¿Me quieres? {gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora